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✿ฺ¡Hagamos una pijamada!✿ฺ

Llegó el fin de semana que esperaba, mi padre no trabaja hoy pero su pareja si. Aún ni siquiera se muda o nosotros mudarnos pero sería una gran tarea todo eso que ni quiero pensarlo.

Tocan la puerta, corro por las escaleras y atiendo a gusto. No solo vi a Akiko frente a mí sino que se abalanzara a abrazarme.

–¡Feliz cumpleaños!

–Es mañana pero gracias –respondí sonriente.

Ella se adentró a la casa. Mi padre no bajaba, subí a su cuarto y estaba durmiendo. Claro, se me olvida el detalle que llegó a las once de la noche, agotado y muy hambriento. Lo dejaré dormir unas cuantas horas y lo despertaré para la hora de cenar.
Corrimos por toda la casa jugando como niñas pequeñas que somos mentalmente. Subimos por las escaleras, vimos a mi padre dormir tan profundo que sus ronquidos eran fuertes y nada ni nadie lo podía despertar. Se nos ocurrió la alocada travesura de buscar plumones de pizarra, le rayamos la cara haciéndole un bigote sobre el bigote que le estaba creciendo, le hicimos patillas, lentes, todo sin que se despertara.

Empezaba a oscurecer y decidí ir a cerrar las ventanas. Wes ya no se había presentado y ya no pi arece sorprenderme. Volví a mi cuarto junto a Akiko, me dirigí hacia mi mochila pero se me cae sin querer la carpeta con los registros de Wes. Ella me quedó mirando y reaccionó más rápido que yo, me arrebató la carpeta pero no la abrió. Intercambiamos miradas, el título de carpeta dice claramente todo.

–¿Por qué investigas a Wes? ¿Es por la respuesta que te di el otro día?

Asentí con la cabeza un tanto tímida. Nos sentamos en la cama, me pasa la carpeta. Intercambiamos miradas por última vez, miramos la carpeta que tiene de titulo el nombre y apellido completo de Wes. Abrí de una vez por todas para ver el contenido entre ambas. Todo bien, la primera página contiene datos personales, nombre completo, familiares, dato médico breve, años escolares y datos breves de familiares. Claro que pensamos que no había nada terrible en la primera página y es allí donde cuestiono el comentario de mi padre hasta que paso a la siguiente para ver contenía un titulo de secreto. Se veía la investigación del Stand de Wes por sobre todo, fotografías, comportamiento y disciplina de él. Todas las páginas se tratan de un muchacho que ha pasado casi toda su vida entrenando como soldado y su comportamiento se aleja al comportamiento de su padre aunque los dos luzcan como buenas personas.

Mi padre tenía razón, esto no me iba a gustar. Pero el problema no era el contenido, era cómo veíamos a Wes como un buen muchacho tranquilo que no lastimaría ni a una mosca hasta que sucedió el incidente de mi casa mientras estaba sola.

–No puedo creer esto. Pobre, ha perdido su infancia.

–Akiko, no podemos decir nada sin que él nos cuente algo al respecto –susurré.

Ella siente. Ambas quedamos calladas por unos cuantos segundos. Es un misterio que ninguna de las dos podíamos entrometernos a menos que él confíe en nosotros o quizá nunca lo diga y deba haber una explicación lógica atrás de todo esto.

–En primer lugar no sabemos nada de la madre –deduje enseguida.

–Pero no podemos culparla a ella.

–Claro que no pero piensa, Akiko –respondí–, su papá no podría ser, si hasta es un oficial como mi papá. Además, no olvides que ella no se ha mudado a Japón con ellos.

Ambas quedamos pensativas hasta que el sonido del timbre nos quitó de los pensamientos. Ocultamos rápidamente el archivo secreto de Wes, escuchamos los pasos de mi padre.

–Yo voy –dice somnoliento–, debe ser tu mejor amiga.

Le cubrí la boca a Akiko antes que le avisara que ya está allí. Me asomé por el marco del puerto, viendo que camina más lento que un caracol mientras se refriega el ojo de tanto sueño que tiene. Al abrir la puerta los tres nos topamos con una sorpresa. La cita de mi padre había tocado la puerta y llevaba un ramo de flores en su mano.

–¿Sabias que existe algo llamado la...? –se detiene al ver el rostro de mi padre– Deberías mirarte a un espejo, estás hecho un desastre.

Rohan cubre su boca intentando no reír, es entonces que las dos empezamos a reír a carcajadas, tanto que caí abrazando mi estómago de la risa que aguantaba junto a Akiko. Mi padre corrió al baño y notó que no era problema de peinado sino que era su cara rayada. Todos escuchamos como gritaba molesto un millón de insultos.

–¡Shizuka! –exclamó molesto mi nombre.

Para cuando vuelve a mi, me mira muy molesto pero conociéndolo se lo tomaría como una broma como lo ha hecho desde que llegué a la casa. Corrí por la casa mientras él me perseguía. El par de invitados nos quedaban mirando, impresionados que luciera como un juego de niños.

–Vaya madurez –suspira el mangaka–. Solo venia a entregarle esto a Shizuka.

Su comentario me distrajo al punto de sentir los brazos de mi padre tomarme por sorpresa, darme cosquillas con sus manos por estómago y sus labios provocando un cosquilleo y un sonido ridículo en mi cuello mientras me provocaba más risa. Castigo no tenía sentido darme, no era la primera vez que gastaba una broma en especial en su cara y que mi mejor amiga lo presenciara, menos podría hacerlo en mi cumpleaños o un día antes de celebrarlo.

Me preguntaba qué hacía la futura pareja de mi padre en casa a estas horas quizá solo buscar encajar poco a poco aquí, digo futura porque aún no se le declara pero van bastante bien por más que aún ya lo hayan hecho. No sé qué esperan, llevan un buen rato saliendo.

En fin, la noche tuvo un buen inicio, una que otra risa y comentarios hilarantes para alegrar la noche aunque mi padre pareciera aterrado en ver a su andante reír tanto, quizá algo habrá pasado antes que le traiga mal recuerdo su risa pero debería tener una buena explicación como siempre. Terminamos de cenar juntos y nosotras nos despedimos para irnos a acostar o más bien quedarnos despiertas hasta tarde, charlar de locuras, planear bromas a mi padre pero no terminó siendo como las otras pijamadas. El timbre que había marcado la llegada de Rohan solo había distraído nuestros pensamientos así que sacamos el expediente para analizarlo a una mayor profundidad, no había tenido sentido alguno que Wes haya pasado todo eso sin decir ni un poco de su pasado. Ni hablar de ello, ni nos creímos que vimos la peor parte hasta que pasamos la siguiente pagina. Decidimos retomar la hoja en que quedamos pero al pasar a la que sigue solo fue peor al punto de tener que cubrir nuestras bocas y tirar al archivo a otro extremo de la habitación. La razón del asco era simple: contiene la foto de un accidente automovilístico de su él y su madre, Wes no resulta del todo herido pero la madre había chocado al punto de haber salido volando, la foto muestra los rasguños, sangre, heridas abiertas y, lo más chocante aún, el cráneo abierto tras el fuerte impacto contra el cemento. Al parecer fue a una gran velocidad.

Akiko tomó el archivo, resulta que las demás hojas están en blanco.

–Al parecer tras es el accidente por eso se mudó aquí.

Su deducción podía ser tanto errónea como cierta, pues no mencionan del todo a la madre por no decir que no lo hacen nunca y Wes parece omitirla al momento en que preguntan de su familia y sus origines cada vez que alguien curioso se le acercase a preguntar acerca de él.

Decidimos hacer otras cosas, cuando mi padre dijo que no me gustaría para nada verlo tenía razón. Siento haber sido mala amiga y dudar de él por más extraño que sean sus mentiras que al parecer no afectan del todo como pensaba. Ni siquiera pudimos hablar, nos acostamos juntas en la cama y dormimos abrazadas esa noche. Quizá mi padre pregunte en la mañana por qué no charlamos tanto en la noche pero me regañará si sabe que involucré a Akiko en este lío también.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2020 ⏰

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