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La mente de JongIn estaba en pánico, pero su cara era de piedra. Sabia como aparentar sus emociones, o en ese caso su falta de ellas.
Algo en aquél muchacho pelinegro de ojos profundos y redondos le decía que no estaba jugando.

Había sido guiado por su rival hasta un cuarto bastante bien amueblado, una sala de estar, en el centro de la habitación, una mesa de billar y demás entretenimientos, JongIn supuso que era una especie de guarida para KyungSoo.
Sus ojos inconcientemente se fueron directo al recién nombrano, quien al caminar delante de JongIn meneana levemente sus caderas, y su ropa dejaba notar su delicada cintura.
El castaño trago duro, nunca habia pensado que alguien podria verse tan jodidamente atractivo, delicado e intimidante a la vez.

-Kim, seamos sinceros, tú no quieres ver muerto a tu hermano, pero a mi me vale mierda tener que iniciar una guerra sólo por venganza, si eres listo, sabes de lo que soy capaz, y tú no pareces un hombre idiota.-

JongIn fue arrancado de sus pensamientos abruptamente por aquellas palabras, dichas con una facilidad inquietante, aquellos labios en forma de corazón, que se veían completamente dulces, eran en realidad peligrosos y tajantes.
KyungSoo tomó asiento en un sofá de terciopelo rojo, indicando con la mirada a Kim que hiciese lo mismo con el sofá que estaba frente a él. JongIn no lo dudo e hizo caso, el más bajo encendió un cigarro y ofrecio uno al castaño, quien no acostumbraba a fumar, pero sabia que deberia hacerlo, ya que era una falta de respeto rechar aquél cigarro.
KyungSoo exhalo el humo de manera casi obsena a los ojos de JongIn, quien no tardo en encender su cigarro también, decidió que era hora de hablar.

-Muy bien, Do. ¿Quieres guerra? Eso tendrás.

Era un movimiemto arriesgado, pero decidio que no daría el brazo a torcer, debía mostrar que también tenía poder, que tambien podía ser cruel. Su expresión como una piedra, fija en las pupilas de KyungSoo.
El anterior mencionado estaba perplejo era poco, nadie sensato le habría declarado la guerra, y él bien sabia que una guerra con la mafia de Kim sería un plan homicida-suicida, así que solto una risa aterciopelada y miro a JongIn por debajo de sus pestañas.

-Eres más listo de lo que creí, JongIn.-

En un movimiento rápido, KyungSoo tenia un revólver en el cuello de Kim, quien trago grueso al sentir el frio metal, pero no aflojo su expresión.
Y así de rápido, JongIn también puso su revolver en el cuello de Do, ambos a pocos centimetros de distancia. Sus ojos fijos en las pupilas ajenas, una especie de electrecidad los inundó a ambos, sus respiraciones eran erráticas.

KyungSoo empujo a JongIn hacia atras y unió sus labios en un sucio y lascivo beso, el cual intento dominar sin éxito. JongIn lo había tomado por la nuca uniendo más sus bocas, explorando la cavidad bucal de su rival con su lengua, mordío los rojos labios del pelinegro hasta sentir el sabor metálico del menor en si boca, se separó, lamiendo sus labios dio una sonrisa ególatra al ahora sonrojado KyungSoo.

JongIn encendio otro cigarro.
Miro a KyungSoo, y sólo en ese momento entendió que aquél bajito pelinegro habia despertado algo que creía en el muerto hace mucho, había enterrado a ese JongIn en su adolescencia, podria haberlo jurado, pero al parecer sólo se necesita la tentación adecuada para despertar a la bestia.

-Verás Do, creo que ambos sabemos que una guerra no es nada conveniente para ninguno, sería perder hombres y terreno sin sentido, de igual modo, no conozco el paradero de ChanYeol y tu conejo.-

KyungSoo parecia estar analizando seriamente las palabras de su acompañante, lo miro nuevamente, esta vez, aquella mirada eléctrica se había ido, dando lugar a la misma mirada de hielo que habia mantenido desde que lo vio en primer lugar.
Se levanto, y se puso a la altura de JongIn, podía ser más bajo, pero definitivamente era igual de poderoso e intimidante.

-Bien, perro. Pero si alguna vez mencionas lo ocurrido en esta habitación, date por muerto, y créeme que me enteraré. Y sobre la guerra, aún no estamos en paz.-

Un aura oscura, intimidante, y sobre todo dominante, que hacia temblar las rodillas de KyungSoo, pero el menor obviamente no lo dejaría ver, se apodero de JongIn.

-Bien, pequeño conejo, nadie sabra nuestro secreto, pero no prometo mantener mis manos alejadas de ti. Y la paz nunca fue una opción, KyungSoo.-

Aquella última palabra resono en los oidos de KyungSoo, nunca nadie había dicho su nombre en tono tan ronco y sensual, su piel se erizo, pero se las arreglo para mantenerse en su postura firme hasta que JongIn, exhalando el humo de su cigarro en el rostro de KyungSoo, se despidió de modo simple, pero con palabras que torturarian en la mente del más bajo por días.

-Bien, Adiós pequeño conejo, pero no esperes que la próxima sea amable.-

En la mente de KyungSoo habían solamente dos cosas.

1: El humo exhalado en su cara, en la calle significaba dos cosas, la primera, falta de respeto, y la segunda, una invitación vulgar para tener relaciones.

2: JongIn dijo "La próxima" ¿eso iba a repetirse?

(...)

Las horas habían pasado volando a los ojos de KyungSoo, ya eran las 2:37 a.m. y no podía dormir debido a que una voz ronca y unas manos firmez regresaban a su cabeza una y otra vez. Lo peor es que Kim había logrado alterar y llevar a la luz un lado que KyungSoo dio por muerto en el momento en que heredo la mafia de su padre, su lado sumiso.
Ese lado de él quiso arrodillarse ante el hombre en cuanto éste le miro de forma dominante y ególatra.
Ese lado el cuál lo avergonzaba a morir, ya era suficiente el hecho de ser gay, pero ser un sumiso y masoquista sexual era otro nivel de vergüenza para KyungSoo, habia luchado y vencido a ese lado hacia años, pero en un momento llego aquél hombre de tes morena, manos fuertes, y ojos negros como la noche, entonces fue cuando todo su autocontrol se dio a la fuga.
Él era Do KyungSoo, el hombre más frio, manipulador, y calculador de toda Corea, pero ahora, estaba atrapado entre la espada y la pared por un arrebato de deseo y lujuria.
O más bien, estaba entre su deseo carnal de ser sometido y su orgullo que no le permitiría dejarse pisotear por el nuevo perro alfa.

Mierda, esto sería complejo para KyungSoo.




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Cambié completamente el concepto de la FanFic porque puedo y porque quiero.

Besos a quienes lean.

BLOOD. [Kaisoo] [BDSM-DaddyKink]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora