—Sasuke y Naruto ya lo saben. Han hablado.—Eso quiere decir que Naruto ya le dijo la verdad, ¿no?
—Sí... Pero ambos han estado tranquilos, espero que siga así.
El pelirrojo anunció su llegada mientras ponía sus cosas en el perchero y la mesa que había en la entrada, al igual que se cambiaba sus zapatos.
—Veo que tú novio a llegado, los dejo entonces. Cualquier cosa llámame, o a Sui, ¿de acuerdo?
—Claro, adiós.
—Adiós— y el rubio colgó.
El pelirrojo se fue a la cocina, el menor dejó la laptop en la mesa y le siguió. Al entrar, le vio tomando agua.
—Hola, ¿cómo te fue?
—Bien, lamento no haber saludado pero hablabas por teléfono. No quise interrumpir— dejó el vaso en la mesa y se acercó al contrario.
—Eres tan... Raro— el pelirrojo frunció su ceño —Era Karin.
—Demonios, hubiera interrumpido— ambos sonrieron y el mayor depósito un beso en los labios del contrario. —¿Qué quieres comer?
—Lo que sea esta bien— se separó y salió de la cocina. —Seguiré en esto por un tiempo.
Volvió a tomar asiento en el sillón y tomó su laptop. El pelirrojo también salió de la cocina.
—¿Todavía nada?— el menor negó. —Deberías descansar, yo lo hago por ti.
—Yo puedo hacerlo.
—No has dormido nada. Déjame ayudarte en esto, ¿bien?
—Supongo que no tengo opción, ¿cierto?— le vio y esté negó. —De acuerdo, sólo un poco.
—Gracias.
El rubio se levantó y subió las escaleras hacia la habitación de Sasori. Al llegar, se acostó y después de unos minutos se quedó dormido.
>•<
Se despertó, sin saber exactamente qué hora era. Se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación, y escuchó la voz de su pareja.
—No sé que fue lo que está pasando— escuchó que dijo, mientras se acercaba a la escalera. —No, sé que esto es muy importante y que no debería de preocuparme todo esto, pero no entiendo como es que pudimos entrar tan rápido.
Fue bajando los escalones, hasta que llegó a la parte baja. Se acercó a donde se escuchaba el pelirrojo y le vio de espaldas.
—Los tres, al mismo tiempo, pudimos entrar. Como si ellos nos invitarán a buscar— el chico volteó y vio al contrario. —Te habló al rato— y así colgó.
—¿Con quien hablabas?— le vio serio.
—Con Suigetsu. Pudimos entrar a las computadoras de la empresa.
—No te ves muy feliz por ello.
El pelirrojo soltó un suspiro y se sentó en el sofá. Deidara se acercó e imitó su acción.
—Hay algo que no me estás diciendo, ¿qué es?
—Suigetsu, Juugo y yo pudimos entrar sin ningún inconveniente, al mismo tiempo. En cuanto yo pude, al minuto te llamó Suigetsu y me dijo que habían podido. Algo no me da buena espina, siento que ellos saben que estamos haciendo esto, pero no sé cómo lo saben.
—Puedes... Borrar mi ubicación, ¿cierto?
—Claro, ya sabes el plan cada que hacemos esto. Pero no pude evitar preocuparme, lo siento.
—Bien, gracias— le abrazó y el contrario del correspondió. —Desde aquí me encargo yo, si quieres.
—De acuerdo, iré a preparar algo de cenar, ¿bien?
—Sí... Sasori, te amo.
—Y yo a ti— se separaron del abrazó y el pelirrojo se levantó y se dirigió a la cocina.
El rubio tomó la laptop y investigó a fondo con la poca información que había en la computadora.
Tomó su celular y llamó a ese número que cambiaba cada que podía.
—¿Hola?— se escuchó la voz cortada del contrario.
—Sasuke...
—Dei... Dios, ¿qué ha pasado? ¿Todo bien por allá?
—Sí, sí. Todo bien, es sólo que... Tengo una noticia, tal vez Karin ya les dijo...
—Ah, sobre que pudieron entrar, sí, nos lo dijo.
—Bien, pero hay algo de lo que, yo creo, aún no saben.
—¿Qué es?
—Sasori cree que tal vez sepan que estamos buscando pruebas.
—¿Por qué el cree eso...?
—Entraron muy rápido, fácil y los tres al mismo tiempo. No siente que seguir con esto sea seguro. Pero espero yo que todo esté bien.
—¿Le tengo que decir a Karin o a tu hermano?
—No, no, aún no. Mantendremos esto en secreto, el día de la boda hablare con ustedes.
—De acuerdo, iré a ver a Menma. Te dejo. Adiós.
—Bien, adiós— y el azabache colgó.
Deidara dejó el celular en la mesa y siguió buscando algo en toda esa información, cualquier cosa de utilidad.
Sasori salió de la cocina con dos platos de comida, los dejó sobre la mesa y fue de nuevo a la cocina por dos vasos.
Ambos se pusieron a cenar, ya que no habían comido, pero ninguno de los dos tenía mucha hambre, pues la sola idea de que los habían descubierto les carcomía la cabeza.
Pasando la media noche, el rubio subió las escaleras y se adentró a la habitación del mayor, quien dormía ya con mucha relajación, o así lo veía el rubio. Sasori apenas y había podido conciliar el sueño.
Ambos ya no sabían que pensar, deberían de no preocuparse, pues Gaara no les había informado de nada sospechoso, aun así no dejaban de tener muchas preguntas.
ESTÁS LEYENDO
No cometí el error. (Veinte días). ~SasoDei~
DiversosContinuación de la historia: "Veinte días" centrada en la pareja secundaria SasoDei