A las 9 de la mañana, todas las celdas se abrieron, Rafael despertó y notó eso.
—— Gary—— Le habló al chico quien aún seguía dormido—— Te estoy hablando.
Se levantó y lo movió.
—— ¿Qué sucede?—— Dijo aún adormilado.
—— La celda está abierta, escapamos de aquí—— Salió corriendo.
—— No, Rafa eso solo es—— No alcanzó a decirle.
El chico corrió pero sólo miró un gran salón.
—— No puede ser—— Se sorprendió.
No sólo eran ellos dos, eran muchos más seres quienes estaban ahí.
—— ¿Que es esto?
—— No me dejaste decirte, las celdas se abren a las nueve de la mañana y se cierran a las diez de la noche. Tenemos un reglamento estricto, no rompas ninguna de las reglas, si no te desaparecen.
—— ¿Cómo?
—— No sabemos, nadie ha salido de un castigo como esos, hay varios rumores, pero mejor no saber. Cambiando de tema, puedes comer lo que tu quieras, ahí están los alimentos.
—— Espera, ¿Viven como si nada?
—— Pues si, no podemos hacer nada, este lugar tiene una seguridad irrompible, simplemente no se puede salir. Muchos lo han intentado y nadie ha podido, te digo que no hemos visto a ninguno que lo haya intentado.
—— Tengo que salir de aquí, mis hermanos estarán preocupados.
—— Ey, yo también tengo un hermano, hace mucho que no lo veo.
——...
—— Vente, te presentaré a los demás.
Los dos caminaron hacia unos seres, todos eran muy distintos entre sí. En el lugar habían cuatro mesas vacías y otras cinco estaban llenas . En una de esas había dos gemelos de tez del mismo color que Gary, estos poseían cuatro brazos y estaban comiendo. Se encontraban distantes de los demás en la mesa.
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Había otro que tenía tres ojos, poseía un aspecto viscoso y su piel era naranja, no tenía piernas y se encontraba comiendo rápidamente un tazón de algún tipo de avena, al igual que los gemelos, poseía cuatro brazos.
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Cerca de este, estaba un chico del mismo color de piel que la tortuga, poseía una playera roja, solamente miraba su plato con seriedad y de vez en cuando miraba a los que tomaban la palabra, no hablaba mucho con los demás.
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En otra parte de la mesa se encontraban cuatro seres que se reían en una conversación entre ellos, había una mujer de pelo blanco que parecía totalmente normal. Uno de ellos era una masa gelatinosa con un solo ojo, también había una cucaracha con ropa y el último era una especie de ser acuático.
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Junto a ellos estaba un último ser, este era de estatura más baja y su piel era morada, solamente se reía de lo que los cuatro chicos decían, nunca descansaba su boca, en todo momento se veía feliz, parecía que no estuviera consciente de que se encontraba encerrado.
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