Sulley estaba recargado en los barrotes. Se encontraba pensando como salir, cuando volteó a ver las camas, vio que no estaba solo en la celda.
—— ¿Tú quién eres?—— El monstruo de gran tamaño se acercó.
—— Hola, mi nombre es Oh, favor de no golpeandome contra algo—— Pasó de morado a un color blanco.
—— ¿Qué es este lugar?
—— Siendo el Área 51.
—— Eh escuchado de eso. Pero creí que sólo era un cuento para asustar a los nuevos.
—— Jeje, no.
—— ...
—— ¿Tu llamándote...?
—— Soy James. P Sullivan, un gusto—— Sonrio.
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—— Poniéndote cómodo, mi celda es tu celda—— Dijo amigablemente.
—— Mañana trataré de salir de aquí.
—— Mejor no hacerlo, humanitos siendo muy enojones.
——...—— Lo miró y después se acercó a los barrotes, lograba mirar un poco en la celda de su amigo de dos cabezas. Aunque no los veía a ellos.
A la mañana siguiente, las celdas se abrieron como de costumbre, Sulley salió disparado, obviamente no iba a llegar tan lejos. Trató de abrir la puerta que daba al pasillo pero no lo logró.
—— Ey tú, quieto—— Tres de los hombres con trajes amarillos fueron por él y con choques eléctricos lo inmovilizaron.
Cayó al suelo y se quedó ahí, el chico con dos cabezas corrió hacia el ser y trataban de hacer que se levantara. La puerta de abrigo de repente y varios hombres con el mismo traje llegaron y se pusieron en la puerta evitando que alguien saliera. La Coronel Kubritz y el General Shanker entraron.
—— Debido a que ya hay más de ustedes aquí, no podemos controlar a todos. Así que le enseñé a nuestra nueva amiga este lindo collar—— Les enseñó el objeto—— Es obligatorio su uso, así que no se escondan mientras nuestros hombres se los ponen. Si alguien falta será castigo máximo, los más antiguos de aquí saben a que me refiero. Bueno, quédense en sus lugares mientras nuestros soldados les colocan esto en el cuello.
Los hombres tomaban una y los ponían en su cuello todos los seres, aprovecharon a que Sully estaba inconsciente y le pusieron uno.
—— Disculpe mi atrevimiento, pero me llena de curiosidad saber que es esto ¿puedo saber?—— Gary se acercó con temor.
—— Claro que sí. Estos collares nos ayudarán a cuidarlos a todos, cuando alguien lograra salir de esta habitación de inmediato les dará choques eléctricos suficientes como para ponerlos como su compañero azul—— Señaló a Sulley —— También es remoto, con este reloj puedo darles toques a cada uno de ustedes, así que los rebeldes piénsenlo dos veces antes de protestar o atacar a mis soldados.
—— Fascinante, nunca de me había ocurrido algo así—— La Coronel Kubritz miró con asombro—— Por el momento no hay señales de especímenes nuevos, aún así estén alerta, pronto haremos un mundo mejor para la humanidad—— Sonrio.
—— ¿Qué pretenden hacer?—— Preguntó Lem mientras caminaba, acercándose más a ella.
El General Shanker lo miró con enojo.
—— Digo, si se puede saber—— Retrocedió.
—— Eso no es de su incumbencia, sólo ayúdenos con fabricar prototipos con estos planos y datos.—— La Coronel Kubritz respondió con seriedad.
Un hombre abrió paso y les puso los papeles en la mesa más próxima a ellos.
—— Bueno, tienen un lapso de tres días para realizar su primer proyecto, pero si tardan más, a los más inútiles se les dará castigo máximo.—— Dijo el hombre con una expresión de enfado.
Los dos dieron media vuelta y salieron de ahí, los soldados con trajes amarillos los rodearon hasta que se cerró la puerta. Sólo cinco de ellos se quedaron en la habitación y se fueron por otra puerta, la cual daba a una pequeña habitación donde los soldados descansaban.
—— Esto es muy incómodo—— Vanellope tomó el collar y trataba de acomodarlo.
—— Lo sé, pero déjalo. No quiero que esos bobos piensen que quieras quitártelo y te den toques—— Rafael la cargó.
—— Ni que fuéramos perros—— Dijo el Doctor Cucaracha con enfado.
—— Vanellope y yo somos humanas y aún así nos pusieron collar, pensé que como andan en esa onda de cuidar a los humanos de los alienígenas—— Susan miró a Krel y a Aja—— Digo, extraterrestres, pensé que harían una excepción con nosotras.
—— Yo ya me acostumbré a que me dijeran monstruo, falla, problema...—— Dijo con tristeza la niña.
—— Tranquila linda, aquí nadie es un monstruo—— Dijo Rafael.
—— ¿Qué tiene de malo ser un monstruo?—— Eslabón cruzó los brazos.
—— Así es—— El chico de dos cabezas hizo lo mismo.
—— Sin ofender a los presentes—— Dijo la tortuga.
Todos rieron y después decidieron comer un poco antes de comenzar a trabajar.
