3 🖤

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Desde la cama un par de ojos azules penetrantes observaban un cuerpo desnudo paseándose por la habitación, los músculos de su alfa Min Yoongi debían ser el pecado mismo en la tierra,  la encarnación de un ser divino hecho por los cielos en opinión de Jimin que se encontraba desparramado en la cama enredado en las sabanas de seda azul que realzaba su piel blanquecina. Un suspiro salió de sus labios cuando Yoongi dio media vuelta para mirarlo con esos ojos negros intensos y profundos, tan oscuros como una noche donde la luna no da signos de aparecer, Jimin podía perderse en esa oscuridad eternamente y sería feliz en las penumbras. 

- Ya despertaste. La voz ronca de Yoongi puso sus vellos de punta, el temblor en su cuerpo empezó a formarse desde los pies y pasó por todo su cuerpo como una corriente eléctrica hasta llegar a su cabeza. Jimin adoraba el efecto que provocaba el sonido de la voz de su alfa en todo su cuerpo. Una sonrisa en todo esplendor como el sol apareció en su rostro observando a su alfa acercarse totalmente desnudo, sin ni una pizca de vergüenza, Yoongi era tan engreído y Jimin adoraba esa parte de su alfa, más aún si eso significaba verlo sin una prenda encima. 

- Madrugaste. Dijo aun sonriendo, aún se encontraba un tanto adormilado por lo que su mente no estaba del todo clara, debían de ser las 7 de la mañana y Jimin no entendía porque Yoongi ya estaba despierto a esa hora, duchado y preparándose para salir. 

- Tengo una reunión a las 8 de la mañana con un  representante de una manada de lobos bebé. Yoongi estaba un poco desilusionado por tener que asistir a esa reunión y dejó ver esa desilusión en el tono de su voz, quería pasar la mañana acurrucado con su hermoso tigre pero hoy no podrá hacerlo, algo que hizo de su mañana una mañana no tan alegre, no como todas las anteriores que tuvo con su hermoso tigre desde que lo llevó a su manada que se encontraba a unas cuantas horas lejos de Seúl, cerca de Daegu. - No quiero dejarte. Se quejo mientras se inclinaba para besar los suaves labios de su compañero. 

- Esas reuniones son importantes. Dijo Jimin rozando los labios de Yoongi. - Ahora vístete y lleva ese gran culo de fiero león a esa reunión. Jimin sabía que aquellas reuniones entre manadas eran importantes, había crecido en medio de ellas, sus padres, en especial su padre Namjoon alfa de los tigres siempre asistía para obtener beneficios empresariales o para formar aliados estratégicos. 

- Quisiera quedarme y hacerte mio una vez más. 

- Aunque eso me parece perfecto y tentador, se que se te va hacer tarde, cuando empiezas a explorar mi cuerpo no salimos de esta habitación durante horas. En ese momento con un gran esfuerzo Jimin se apartó y fue directamente al otro extremo de la cama. - Ahora ve a prepararte Min Yoongi. Con tono tajante se dirigió a su alfa, no iba a permitir que ese gran león huyera de sus responsabilidades, ya había sido suficiente con haber pasado dos semanas completas encerrados en su casa, a excepción de cuando iban al hospital para que Jimin sanara a los cambiantes heridos de gravedad que resultaron de la pelea con Choi.

-¿Ahora tú das las ordenes aqui? Preguntó Yoongi divertido. 

- Exactamente... ahora ve a vestirte, yo voy a preparar el desayuno. 

- No quemes mi cocina. Rogó Yoongi antes de entrar al vestidor, pues Jimin había heredado la mala suerte de su padre Namjoon en la cocina, hasta el agua se le quemaba, eso si no quemaba las cortinas antes o incendiaba la casa, eso aprendió Yoongi el primer día que llevó a Jimin a su hogar, por suerte tenía un extintor en casa. 

- ¡No voy a quemar tu casa! Gritó Jimin desde el pasillo ofendido. - Eso espero. Dijo en un murmullo para si mismo dirigiéndose a ella. - Aunque... Pensativo Jimin observó la estufa como si fuera su peor enemiga cuando estuvo cerca de ella, era claro que ambos no se llevaban bien. - Creo que el cereal con leche no es un desayuno tan malo. 

ETERNAMENTE TUYO #3 MercancíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora