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Dos semanas pasaron y Namjoon no regresó a casa ni un solo día. Jin estaba empezando a desesperarse y la culpa por haber mentido a su esposo se lo estaba comiendo en vida.

- ¿Cómo está Jackson? Preguntó apenas levantó el teléfono cuando este sonó, en su voz se podía escuchar lo angustiado que estaba.

- Está furioso, no voy a mentirte pero creo que va a regresar a casa esta noche.

Namjoon había salido de casa furioso el día en el que sus hijos abrieron la caja de secretos que había estado ocultando por tanto tiempo y sabía que se merecía aquella furia pero aunque se lo merecía no iba a decir nada, no podía permitir que nadie supiera aquella leyenda donde al parecer sus hijos iban a traer el Apocalipsis a la tierra, no iba a permitir que nadie les hiciera daño por miedo a lo desconocido, solo esperaba que las habilidades de sus hijos no aumentaran como las suyos.

Estaba tan preocupado porque eso pasara. A lo largo de los años sus habilidades habían crecido exponencialmente.

Y ahora Jimin podía devolver a la vida a cambiantes cuando estos acababan de morir y también curaba cualquier herida ¿y si luego podía revivir a cualquier cambiante a voluntad, sin importar el tiempo en el que había muerto? Y Jungkook... Jungkook podía matar a cualquiera con neblina ¿Y si luego podía matar con solo pensarlo o si su neblina se salía de control y mataba a medio mundo? Estaba tan temeroso porque todo eso pasara y cada pensamiento era más desastroso que el anterior.

- Puedo oler tu miedo a kilómetros. La voz de Namjoon a su espalda hizo que saltara en su lugar, estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta en qué momento había entrado a su habitación.

- Estoy asustado. Admitió con voz entrecortada mirando a su esposo que entraba por la ventana. Al verlo solo quiso ir corriendo a sus brazos y refugiarse en su pecho, escuchar su corazón latir para saber que todo estaría bien.

Namjoon se resignó a que Jin no le dijera nada por lo que ya no insistió más en el tema de sus hijos y aún que estuviera furioso con él por mantener secretos no soportaba sentir como el miedo se apoderaba de Jin.

No entendía porque su compañero estaba aterrado la mayoría del tiempo desde que sus hijos abrieron la caja de pandora sin embargo a pesar de los secretos no podía simplemente dejarlo así por lo que decidió regresar a casa esa misma noche, no podía soportar otra noche sintiendo la soledad y el miedo de su compañero en su pecho.

- Necesito tenerlos conmigo Nam, no quiero que estén tan lejos.

- Estarán bien. Dijo despacio acercándose poco a poco a su compañero. - Yoongi y Taehyung trabajaron duro en la seguridad de sus manadas antes de irse, además con la muerte del Jefe, los mercenarios que trabajaban para él están huyendo como ratas de Seúl.

Seúl era una ciudad enorme que era regida por el Consejo de ancianos, donde cualquier cambiante podía vivir sin necesidad de pertenecer a una manada, la seguridad no era tan buena como en los territorios de las manadas que se encontraban a los alrededores sin embargo contaban con un cuerpo de seguridad, no tan efectiva pero servía. El lema de las grandes ciudades era que todos tenían derecho a vivir en ella, lo que propinaba muchos problemas, por otro lado en caso de los territorios de las manadas era algo completamente diferente, si el alfa aprobaba que te quedaras podrías hacerlo si no, tenías que irte, de igual manera la justicia la propinaba el alfa, por otro lado en la ciudad un juez revisaba el caso, había un juicio y después se propinaba el castigo. Eran sistemas muy diferentes pero en todo caso servían.

- Has estado muy ocupado estas dos semanas.por lo visto. Dijo Jin tomando las manos de su alfa entre las suyas, necesitaba sentir su piel más que nada en el mundo en ese momento.

- Necesitaba un tiempo a solas y... necesitaba degollar algunas cabezas de cambiantes dedicados a la captura de cambiantes en Seúl.

- Supongo que todas las manadas en los alrededores ayudaron ¿ El Consejo de ancianos no se resistió a que ustedes propinen castigos en su territorio?

- No, todos están asustados, incluso los miembros del Consejo tienen miedo de que sus hijos sean capturados y vendidos como esclavos en otros países, ya cayó el principal Jefe de tráfico de cambiantes pero aún puede haber más, esos Consejeros se hacían de la vista gorda cuando cambiantes sin manada y sin familia desaparecían de Seúl o de otras partes del país donde ellos tenían el control, solo después de que nuestros hijos fueron capturados por mercenarios dejaron de taparse los ojos y nos permitieron sacar a esas ratas. Habló Namjoon lleno de indignación.

- El Consejo siempre a sido corrupto.

- No hay pruebas de su corrupción y sin ellas nadie puede hacer nada, menos sacar del poder a ninguno de ellos.

- ¿Quien les dio el manejo del país de todos modos? Pregunto Jin indignado.

Ese era meollo del problema, pues los alfas gobernaban en sus territorios como mejor les pareciera pero el Consejo de ancianos gobernaban el país y si en algún momento el alfa que rige una manda hacía algo incorrecto el Consejo tenía todo el derecho de juzgar sus acciones y propinar un castigo si se lo merecía.

- El dinero cariño.

- Odio que el mundo sea de esa manera.

- Pero así es... Dijo Namjoon resignado, tomando las manos de su esposo para llevárselas hasta sus labios y les dio un pequeño beso a cada una. - Ya dejemos de lado la política que de eso ya tengo suficiente, estas dos semanas estuvieron llenas de política para mi y ya no quiero más. Namjoon estaba cansado tanto física como mentalmente y ahora lo único que deseaba era estar entre los brazos de su omega y perderse en su aroma. - Te necesito. Dijo en un susurro muy cerca de los labios de Jin.

- Yo también. Al terminar de decir aquello ambos se sumergieron en un beso profundo donde se demostraron cuanto se habían extrañado. 

ETERNAMENTE TUYO #3 MercancíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora