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Los copos de nieve descendían suavemente siendo acariciados por el viento, el cual los llevaba directamente al rostro cálido de Jungkook quien se encontraba recostado sobre el césped del jardín trasero de la cabaña. Copo tras copo caía sobre sus mejillas, cerca de sus ojos y alrededor de su cuerpo, transformando el verdor del suelo en un manto blanco. Hace más de una hora que Taehyung se había ido y ya lo extrañaba, aunque su alfa no quiso irse temprano en la mañana, se fue a petición suya. Sabía que le debió costar demasiado dejarlo cuando apenas lo marcó, sin embargo los asuntos que debía tratar con Namjoon y Yoongi eran demasiados importantes como para dejarlos pasar.

Jungkook entendía lo que significaba ser un compañero alfa y aunque no le gustaba no tener suficiente tiempo con Taehyung debía aceptar que por ahora tenía que dejar a Taehyung ir a atender asuntos que por ahora resultaban ser demasiado delicados, asuntos directamente involucrados con su seguridad. Su alfa se estaba esmerando en hacer un lugar seguro para él en su bandada y lo agradece pero eso no quita su deseo por estar mucho más tiempo junto a él.

Todos esos pensamientos rondaban su cabeza mientras observaba los copos de nieve caer desde cielo y sin darse cuenta una de sus manos se movía sobre la nieve haciendo círculos quedamente y entonces un bulto del cielo cayó a un lado de su rostro, el sonido del pequeño cuerpo al impactar la nieve hizo que se levantara ligeramente para ver qué fue lo que cayó junto a él. Y alzar la vista con temor observó el pequeño cuerpo de una ave a su lado, su cuerpo empezó a temblar cuando empezó a girar su rostro, al hacerlo observó un pequeño hilo de su neblina que salía de su mano, el pequeño destello de neblina negra subía al cielo donde había alcanzado al pequeño emplumado. Seguramente estaba volando sobre él cuando su neblina lo interceptó.

Desde que Taehyung lo marcó algo dentro de él, además del lazo se había formado. La intensidad de su neblina estaba creciendo cada vez más en su interior, queriendo salir de su cuerpo sin que él se lo permitiera y eso invadía su cuerpo de temor, tanto que esa mañana no había querido poner un pie fuera de la cabaña, menos aún quería ir donde su hermano y padre omega, quienes estaban en cinta. No estaba seguro de si podría retener su neblina dentro estando cerca de ellos.

-¿Por qué estás solo?, te esperaba en mi cabaña y como no apareciste...

-¿Qué haces aquí?-preguntó a Jimin al ponerse de pie, pateó un poco la nieve para ocultar el pequeño cuerpo del pájaro y encaró a su hermano quien estaba a unos metros de él a un costado de la cabaña.

-Quería saber cómo estabas.

-Estoy bien, ahora vete.

-Ahora sé que te pasa algo, dime que es-exigió Jimin caminando en su dirección.

-Dije que no me pasa nada, vete ahora-casi suplicó Jungkook con voz temblorosa, dando un par de pasos hacia atrás, empuñando ambas manos en su espalda.

Cuando Jimin estuvo lo suficientemente cerca acarició su rostro lentamente y cuando lo hizo Jungkook sintió la calma que tanto le hacía falta y las lágrimas que quería derramar por tanto temor de hacer daño a alguien quisieron salir de sus ojos.

-Tu neblina, estaba alrededor de ti-dijo Jimin abrazando fuertemente a Jungkook-algo pasa contigo, conmigo y con papá, pero no temas, aquí estamos contigo.

-¿Qué sucede?-preguntó Jungkook con voz rota-¿qué me sucede Jimin?

-No lo sé. Entremos, hace mucho frío aquí afuera.

Una vez dentro de la cabaña con tazas calientes de chocolate frente a la chimenea, Jimin y Jungkook suspiraron a recordar las veces en las que sus padres y ellos pasaban los inviernos en una cabaña cerca de la montaña más alta de la manada. Sus recuerdos de tiempos tranquilos llenaron sus mentes de nostalgia.

ETERNAMENTE TUYO #3 MercancíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora