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Zeldris

Pasaron dos semanas desde la muerte de Meliodas, durante ese tiempo, Estarrosa y yo habíamos completado la conquista de un Reino llamado Camelot...

Durante esas dos semanas, había tratado por lo menos una vez al día de comunicarme con (Tn_), pero ella no me contestaba, me estaba ignorando o eso quería creer, puesto que quizás le haya sucedido algo.

Suspiré profundamente y me acerqué a la sala donde estaba esa espada extraña incrustada en el suelo, allí ví a Estarrosa intentando sacarla.

Yo: ¿Aún no hay progresos, hermano? *Le pregunté viendo como no obtenía resultados* no pensé que fuera tan difícil sacarla de allí

Estarrosa: si, está siendo más complicado de lo que pensé, por cierto Zel... *Dijo cambiando su tono de voz a uno serio* ¿Notaste qué alguien se acerca?

Yo: lo sé, yo me encargaré de recibir al intruso *le dije y él asintió*

La presencia que se acercaba era muy familiar para mi, estoy casi completamente seguro de que es Gelda.

Espere unos minutos en uno de los balcones de ese castillo y pude ver a Gelda aterrizar justo frente a mi, pero antes de preguntar qué hacía aquí, ella se acercó a mí y me abrazo fuertemente, yo correspondi a su abrazo, realmente la había extrañado mucho...

Yo: ¿Qué haces aquí? *Le pregunté cuándo se separó de mi* pensé que te quedarías con (Tn_)...

Gelda: te extrañaba, así que decidí buscarte y quedarme contigo *me contestó* quise traer a (Tn_), pero ella lucía algo enojada...

Yo: lo sé *le dije* aunque creo que exagera un poco *comenté* bueno, ella no importa en este momento *le dije acariciando su mejilla suavemente*

Gelda: *ella sonrió levemente y se acercó más a mi* cierto, por ahora deberíamos compensar esos tres mil años que estuvimos separados

Junto con Gelda regresamos al interior de la edificación, Estarrosa estaba allí, pero para mi sorpresa, no le dió mucha importancia a la presencia de Gelda, lo más probable es que me pregunté luego por ella.

Narrador

Los días empezaron a pasar, Zeldris y Gelda parecían felices, pero para el azabache había un tema que no abandonaba su mente, le preocupaba (Tn_) cada día trató de comunicarse con la pequeña albina, pero simplemente era ignorado, se le notaba preocupado y distraído, sin embargo esa preocupación se desvanecia un poco al estar con Gelda.

Gelda: Zeldris, ¿te encuentras bien? *Pregunto la rubia* pareces frustrado por algo *dijo la más alta tomando la mano del demonio con preocupación entre las suyas*

Zeldris: si, no te preocupes Gelda *contestó el pelinegro sonriéndole levemente a la mujer* sólo he estado pensando en el tema de la conquista y cual será el siguiente paso, no es nada importante *dijo para luego jalar a la más alta haciendo que quedará sentada sobre sus piernas, mirándolo*

Gelda: ¿Ah si? *Cuestionó la rubia con algo de burla mientras que rodeaba el cuello de Zeldris con sus brazos, abrazándolo*

Zeldris: más importante que tú no es, eso tenlo por seguro *dijo para luego besar los labios de la vampira*

Pero... Por alguna razón, ya no se sentía igual que hace tres mil años, la chispa y el calor que sentía en su interior al besar a Gelda, ya no era igual... Por alguna razón era menos cálido y placentero besarla que antes de que Zeldris la sellara...

"Quizás sea por el estrés" fue lo que pensó Zeldris, pero no era así y muy en el fondo, y aunque él no lo admitiera, sabía que era a causa de la joven albina que se había vuelto su amiga y que le había dado su apoyo y cariño.

Sin embargo, por más que algo lo inquietaba, a él realmente le causaba felicidad estar con Gelda.

Sin embargo, de igual manera Zeldris seguía preocupado por (Tn_), pues ella no contestaba cuando trataba de comunicarse con ella y en cambio sólo era ignorado.

Zeldris: vamos (Tn_), respóndeme de una vez, ¿quieres? *Reclamó el pelinegro algo frustrado* no me disculpare por algo que no es cierto, así que si quieres seguir ignorandome, bien por ti, pero ya pasó un maldito mes y no esperaré que me contestes siempre, pero al menos hazme saber que estás bien, me preocupas niña tonta

Luego de haber transmitido ese pensamiento a la menor, el verdugo suspiro pesadamente con frustración, cosa que Gelda (quien estaba entrando a la habitación en ese momento) logró notar, por lo que se acercó al demonio y lo abrazo con suavidad y cariño, dejando la cabeza del menor sobre sus pechos sin notarlo.

Gelda: ¿Todo bien, Zel? *Pregunto con delicadeza mientras que acariciaba suavemente los cabellos del menor*

Zeldris: ujum *contestó vagamente con los ojos cerrados, sintiéndose relajado por la caricia de la vampiresa*

Gelda: ¿Cómodo? *Pregunto al ver al demonio acomodarse más en su pecho*

El menor asintió, sintiendo la calidez que Gelda le transmitía, pero algo faltaba... Por alguna razón, ya no se sentía completo era como si hubiera algo o quizás alguien que faltaba, pero no sabía que era... Sin embargo era consciente de que ya no era igual.

¿Quizás era el tiempo que estuvieron separados? ¿Quizás era sólo el estrés? Zeldris no lo sabía...

Pero Gelda lo había notado, se había dado cuenta de que algo estaba en la mente de Zeldris, o mejor dicho alguien.

La vampira era consciente del afecto que el demonio tenía hacia la medusa, de hecho ella también de había encariñado con ella, pero lo que Zeldris sentía por (Tn_) era mas que cariño o amistad.

Podía verlo en los ojos de Zeldris, al verla a ella, su brillo ya no era el mismo, si aún había cariño en su mirada, pero no era el mismo de antes...

En cambio al ver a (Tn_), podía ver la mirada de Zeldris resplandecer, incluso con los ojos esmeralda del demonio ocultos tras la marca demoníaca, claramente podía ver el cariño y la conexión especial que había entre ellos.

¿Qué tanto habían pasado juntos? No lo sabía, pero fuera lo que fuera, los había unido de una forma que enternecería a cualquier persona, pues las emociones de ambos eran puras.

Debía alejarse... Lo sabía, pero no quería hacerlo...

« Haré lo que sea necesario para que Zel sea feliz, aún si no es conmigo... » fue lo que pensó la vampiresa con tristeza.

Me And You « Zeldris y Tu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora