Su amor estaba prohibido... Era incorrecto... Pero el amor que ellos se tenían era tan puro y sincero, que no importaba si estaba prohibido...
Ella, dulce y amable, pertenecía a una pequeña pero fuerte raza...
Él, frío y sanguinario, pertenecía a l...
Tras que Meliodas rompiera el sello note dos cosas, uno mi poder había aumentado bastante, y dos mi cabello ahora medía más que yo... Me siento enana...
Ah como sea, utilicé mi magia dejé mi cabello a la altura de mi cintura y luego vi a los Pecados, mi expresión no era muy amigable, pero es que seguía enfadada con ellos.
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Yo: Meliodas... *Lo llamé* lo más probable es que no lo sepas, pero, ¿en dónde está Zeldris? *Pregunté y él bajó la mirada con tristeza*
Meliodas: está desaparecido desde la batalla contra el Rey Demonio... *Contestó* otra vez no pude hacer nada por mi hermano menor...
Yo: oh entiendo... *Fue lo que respondí y empecé a caminar hacia afuera*
Meliodas: ¡Espera (Tn_)!*Me llamo antes de que saliera y yo lo miré* ¡Zeldris ya no está aquí!
Yo: ¿Y tú qué carajo sabes? *Le cuestioné con los ojos cerrados y una pequeña sonrisa* la única persona que puede saber con certeza si él está muerto soy yo, y te puedo asegurar que Zeldris está vivo
Meliodas: ¿Y eso cómo lo sabes?
Yo: porque mi alma está vinculada a la Zeldris... *Le contesta y puse mis manos sobre mi pecho* por eso yo siempre supe que él volvería a mi lado cuando Gelda revivió y por eso ahora sé que Zeldris está vivo, es algo que mi corazón me dice... *Le expliqué y miré de reojo a Elizabeth* tu mejor que nadie debe comprender cómo me siento ahora, ¿no es así Elizabeth? Me traicionaste para poder recuperar a tu amado... La desesperación por amor vuelve a las mujeres arpías sin límites *le dije a la albina con ironía*
Elizabeth: eso no fue la intención, no quería traicionarte, pero...
Yo: así fue como yo lo sentí... *Le dije con frialdad* mantengo lo que dije durante la batalla, ustedes no son más mis amigos, no, King, Diane y Gelda lo son... Pero tú, Elizabeth, haz perdido toda mi confianza
Hubo un momento de silencio, lo cual tomé como mi pase para irme, así que eso hice...
Me aleje de la taberna y empecé a volar...
Espérame Zeldris...
Esta vez es mi turno de ayudarte...
Narrador
En lo que quedaba del lugar donde lucharon contra el Rey Demonio, el Demonio Segador Dormilón logro recomponerse y al observar a su alumno inconsciente, al borde de la muerte, no muy lejos de él se acercó.
No permitiría que él muriera, por lo que usando su magia demoníaca atrajo los Mandamientos que habían quedado sin un recipiente, pero Chandler quien al igual que Cusack se encontraba en un deplorable estado, se quejó alegando que Meliodas debía ser el Rey Demonio, Cusack hartó de él lo asesinó con rapidez y sacó a Zeldris de donde se encontraba para acomodarlo mejor.
Pero él no se percató que el joven príncipe estaba recuperando la conciencia y en su desesperación Cusack introdujo los Mandamientos en el cuerpo del pequeño demonio, quién en su mente, sin poder hablar por la gravedad de sus heridas, no quería que estos fragmentos del poder de su padre entrarán en él... No quería convertirse en el nuevo recipiente para su padre, él debía volver con (Tn_)...
En su desesperación, logro soltar un gritó, suplicando a su maestro que se detuviera...
Pero fue muy tarde...
Cusack: ¡Oh, amo Zeldris! ¡Que increíble energía mágica, que forma tan espléndida! *Alago el pelirrosa con lágrimas de emoción* ¡Yo, Cusack, no puedo dejar de llorar de alegría! Y justo como pensé usted es la persona más indicada para ser el verdadero Rey Demonio... ¡Aún mejor que su padre en poco tiempo! *Exclamó en su alegría*
- Bien hecho Cusack... -Empezó el pelinegro, quién ya había dejado de ser Zeldris y había pasado a ser otro ente, y de un momento a otro, asesinó sin piedad al demonio pelirrosa- ...Pero es muy incómodo tenerte cerca, ahora puedes desaparecer, ya has cumplido mucho más que tú propósito -dijo y una maliciosa sonrisa se formó en su rostro para después soltar una risa malévola- ¡Sigo vivo, Meliodas! -
Y tras esas palabras siguió su camino, buscando un lugar en donde acostumbrarse al cuerpo de Zeldris y alegre pues el pelinegro no estaba oponiendo resistencia como Meliodas lo había hecho...
Sin embargo tras un rato, dentro de su propio subconsciente, Zeldris despertó, confundido por lo que había pasado.
Zeldris: ¿Dónde estoy...? *Preguntó en su confusión* ¡¡Es cierto!! ¡Cusack me introdujo los Mandamientos! *El pelinegro se levantó empezando a caminar en aquel espacio en blanco* ¡Padre, por favor devuélveme mi cuerpo, ya no soy de tu propiedad! *Pidió, pero no recibió respuesta* ¡¿Por qué no dices nada?! ¡¿Por qué no contestas?! No puedo quedarme por siempre... Aún hay algo que necesito hacer...
Y tras esta última oración, una figura pequeña y de albinos cabellos apareció tras de él como por arte de magia.
(Tn_): ¿Volver a mi lado, verdad? *Cuestionó aquella chica y Zeldris se giró sorprendido a verla, lucía y se oía como (Tn_), ¿Acaso era ella, o era una ilusión de su padre?*
El pelinegro no sabía que creer... Había visto a (Tn_) siendo atacada porque él no había podido protegerla... ¿Acaso había sobrevivido y lo había buscado?
Zeldris: tu... Tú eres una ilusión*dijo con desconfianza* ¡Eres un truco de mi padre para suprimirme!
(Tn_): ¿Po-por qué dices eso? *Dijo con una voz tristeza* ¿Acaso ya no quieres volver a mi lado?
Zeldris: ¡La verdadera (Tn_) no tendría el poder suficiente para rastrearme tan rápido y meterse en mi mente de esta forma con mi presencia tan baja!
(Tn_): pero... Mi alma si sería capaz, ¿cierto? *Dijo y el pelinegro la observó incrédulo diciendo un "¿Qué?"* La yo real, si así quieres decirlo, murió por sus heridas durante la batalla contra el Rey Demonio... Meliodas y sus amigos no se percataron de eso hasta ya terminada la batalla
El pelinegro no podía creer lo que oía, ¿realmente eso había sucedido? Ya no sabía que creer... ¿Y si era verdad? ¡No! No podía serlo.
Zeldris: ¡No mientas! ¡Mi padre jamás te dejaría entrar a este lugar! *Dijo desesperado el demonio*
(Tn_): Zel... *Lo llamo acariciando con suavidad su mejilla* yo realmente quería volver a tu lado, aún después de morir ese es mi más grande deseo, y el que esté aquí es solo porque tú padre lo permitió... Así que finalmente podemos estar juntos y en paz... Por toda la eternidad...
El pelinegro, con tristeza, ya no tenía idea de que creer, no estaba seguro de que era real o no... Pero la sola idea de pensar que su princesa había muerto rompía su corazón en miles de pedazos...
Y sin poder controlarlo... El pelinegro se rindió ante el control que su padre le exigía sobre su cuerpo...
