Su amor estaba prohibido... Era incorrecto... Pero el amor que ellos se tenían era tan puro y sincero, que no importaba si estaba prohibido...
Ella, dulce y amable, pertenecía a una pequeña pero fuerte raza...
Él, frío y sanguinario, pertenecía a l...
La pequeña Medusa observó fijamente como el Rey Demonio luchaba contra Ban y este aparentemente iba ganando.
Eso la alivió, pero sabía que era cuestión de tiempo para que eso acabará, pero para ese momento, ella ya tendría suficiente magia acumulada como para hacer lo que tenía planeado.
La magia de (Tn_) era más fuerte que nunca en ese momento, pese a que estaba bastante débil, sus poderes no habían alcanzado su máximo potencial por el sello que el Rey Demonio aplicó sobre sus antepasados, pero tenía la fuerza suficiente como para hacer un hechizo que permitiera a los Siete Pecados Capitales interferir en la batalla interna que el Rey Demonio y Meliodas mantenían, porque a pesar de todo, Meliodas era su amigo y él había tratado de ayudarla a ella y a Zeldris, a su extraña y extremista manera.
(Tn_): no falta mucho... *Murmuró observando la batalla* pronto será el momento...
Diane: (Tn_), ¿estás segura de lo que vas a hacer? *Preguntó a la albina preocupada* ¿Y si pasa algo malo?
(Tn_): muy segura *respondió con seguridad* no puedo dejar que Zeldris me proteja todo el tiempo, no puedo seguir dependiendo de los demás... ¡Yo también quiero ayudarlos!
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La gigante vio preocupada a la pequeña Medusa, pero la dejo estar, además dudaba mucho que se detuviera solo por eso.
(Tn_)
Desde que era muy pequeña, siempre fui muy diferente a las demás personas de mi clan, siempre fui más espiritual y emocional, me gustaban mucho las flores y los animales, aunque a veces me tomaban por sorpresa y me asustaba, pero me gustaban mucho. Mi abue decía que era por mi poder, era muy extraño y distinto al de las demás personas en mi clan y que por eso era que yo era la más adecuada para heredar el puesto de mi abue, yo nunca entendí porque era tan importante que supiera como usar mi poder, pero después de todo lo que había sucedido yo finalmente entendía el porque era necesario que lo supiera controlar.
Narrador
Justo cuando parecía que Ban iba a ser derrotado por el Rey Demonio, la albina aplicó el hechizo sobre el Rey Demonio...
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...Sus ojos, con aquel símbolo que caracterizaba a su raza, y finalmente aplicó el hechizo dejando que los Pecados Capitales entrarán al subconsciente de Meliodas.
En el subconsciente del demonio rubio, la repentina aparición de los Pecados los tomo por sorpresa tanto al padre como al hijo.
Meliodas: ¿Qué...? ¿Realmente son ustedes chicos? Elizabeth... *Volteó a ver a la diosa* Elizabeth, ¿realmente eres tú? ¿Qué hacen aquí?
Diane: ¡Vinimos aquí para ayudarte capitán! *Dijo emocionada soltando lágrimas por la emoción de haber logrado llegar hasta él*
Gowther: estamos en el mundo del corazón del capitán, así que no podemos interferir directamente, pero el hechizo de (Tn_) fue lo suficientemente fuerte como para traernos aquí y decirte lo que sentimos capitán
- Oh así que la mocosa Medusa -dijo el Rey de los demonios comprendiendo la situación- en ese caso primero... -
- Primero debo deshacerme de la fuente -dijo observando a la albina fuera del subconsciente que ahora compartía con el rubio-
Sin embargo la mirada seria de la Medusa jamás cambio ni flaqueó.
Para distraer a los demás que allí presentes se encontraban el Rey Demonio invocó al Sabio Suspirador y este fue gradualmente acercándose a la pequeña Medusa quien mantenía activo el hechizo.
Pero antes de que aquella infernal criatura lastimara a la Medusa, fue detenido por la espada del hijo segundo del Rey Demonio.
- ¡Zeldris! ¡¿Qué significa esto?! -Reclamó el Rey Demonio con furia-
(Tn_): ¡Zeldris! *Dijo aliviada, él estaba bien*
Zeldris: (Tn_), ¿qué fue lo que te dije que hicieras? *Preguntó a su mujer*
(Tn_): ¿Irme?
Zeldris: ¿Y qué fue lo que NO hiciste?
(Tn_): irme...
Zeldris: *el pelinegro suspiró, ya después le reclamaría por eso a la albina, y miró con seriedad al Rey Demonio* tengo asuntos que tratar con Meliodas, así que te pido que no interfieras padre, aunque antes me gustaría hacerte un par de preguntas padre *dijo el demonio más joven*¿Me ordenaste que aniquilará al Clan de los Vampiros aún sabiendo de mi relación con Geoda? Y también, ¿por qué era tan necesario mantener a la Raza de las Medusas de nuestro lado en la Guerra Santa? *Cuestionó el pelinegro con seriedad*
Hubo un momento de silencio antes de que el padre le contestará a su hijo.
- Eres un tonto que no puede entender cómo se siente un padre que quiere salvar a su hijo de una enfermedad mortal -dijo con frialdad el mayor-
Zeldris: ¿Qué...?
- Eres débil... -Empezó y el rubio con su dedo índice derecho señaló a la albina quien estaba detrás de Zeldris, la chica tembló asustada- ...Y esa debilidad es es una enfermedad -
Cuando el rubio señaló a la albina ella rápidamente se cayó al suelo adolorida, siendo sostenida rápidamente por Zeldris.
La apariencia de la ojirroja volvió a la normal y la pequeña soltaba gritos por el dolor que sentía.
Zeldris: ¡(Tn_)! *Exclamó con preocupación el pelinegro* ¡¿Qué fue lo que le hiciste?! *Exigió saber con furia*
- ¿Por quién me tomas? El mandamiento que te otorgué me contó hasta el último detalle -le dijo con malicia- Que intentaste ocultarmelo mientras continuabas teniendo tus encuentros con esa vampiresa, que desobedesiste mi orden y en lugar de ejecutar al Clan de los Vampiros lo sellaste, o cómo ignoraste la orden de advertir y doblegar a las Medusas para que obdecieran a la Raza Demoníaca en la Guerra Santa y continuabas con tus encuentros con la mocosa Medusa... -acusó al menor mientras que esté frunció el ceño frustrado- ...Esperando que algún día pudieras robar el trono del Rey Demonio, ¡¿sin mencionar el hecho de que en realidad estabas tratando de crear un inframundo en donde todos pudieran vivir en paz y armonía?! ¡Totalmente absurdo! -Se burló y luego cambio su rostro a uno serio- pero como me has estado obedeciendo había pasado todo por alto, pero eso acaba ahora -dijo y su mirada paso a la Medusa- a la mocosa la mataré con el sello que le puse a la malnacida de Azami, ¿quién diría que eso pasaría a su sucesora? -
El pelinegro apretó contra su cuerpo a la albina, ya entendía que hacía ese sello, el sello mantenía una parte de los poderes de las Medusas sellada y también le daba control sobre ellas al Rey Demonio.
