Rescate Gatuno

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Un movimiento suave era el que mostraba el pecho de cierto pelirrojo que se encontraba durmiendo plácidamente en su para nada humilde cama.

Naruto respiraba con tranquilidad ante la comodidad de su cama.

Arrugó su nariz en desagrado cuando sintió como algo peludo tocaba su nariz causándole incomodidad.

Lentamente comenzó a abrir los ojos para observar lo que tenía frente a él con una sonrisa.

Kokuyou descansaba sobre su pecho mientras de vez en cuando, su cola se movía generándole aquélla incomodidad.

Levantó su mano para acariciar y rascar la cabeza y orejas del pequeño lobo quien comenzó a dar sonidos de satisfacción ante su atención.

Habían pasado ya seis meses desde su cumpleaños y cuando Kokuyou se volvió su familiar.

Ese lobo ciertamente era muy orgulloso, pero su lealtad y aprecio también era muy grande.

¿En qué piensa, mi señor? —preguntó la voz de Kokuyou en la mente de Naruto.

El pelirrojo bostezó mientras continuaba acariciando al cachorro. —No es nada, solo recordaba lo que ha pasado en estos meses. —respondió con una sonrisa.

Si bien estuvo dedicado a sus investigaciones, de las cuales solo una ha tenido frutos, algo que en cierta medida lo frustraba.

No había podido tener mayor progreso con la pieza de Peón, ya había creado una fórmula mágica que serviría perfectamente para limpiar las impurezas de la Evil Piece, pero había algo que faltaba, un catalizador que le permitiera, de cierta forma, reiniciar al Peón para hacerlo nuevamente funcional.

Con lo que sí avanzó fueron los símbolos impresos en el cristal carmesí que colgaba en su cuello.

Parte por parte, cada símbolo fue impregnándose en cierto orden para crear un círculo mágico funcional, pero ciertamente complejo.

Por lo que pudo descubrir,la fórmula servía para dos propósitos, la primera era crear una protección única a quien iba dirigido el cristal si este se encontraba en un peligro inminente.

Aunque parece que ello no lo ayudó mucho a poder sobrevivir, pensó Naruto considerando que esa persona ya está muerta.

La segunda y más interesante era una guía para encontrar a Kurama, como un sabueso estaba diseñado para rastrear la presencia y firma mágica del Kyuubi y guiarlo a donde se encontraba.

Decir que estaba emocionado con aquélla idea era un eufemismo. Estaba extasiado ante la idea de encontrar a tal ser qué, como podía deducir leyendo las notas de aquél demonio, era sumamente poderoso e intrigante.

Kagami incluso tuvo que arrastrarlo a su habitación a dormir en algunas ocasiones por pasar tanto tiempo dedicado en ello.

Estaría ya vuelto un desastre de no ser por la Kitsune.

En todas y cada una de sus investigaciones, Kokuyou ha estado a su lado, aunque la mayor parte del tiempo se la pasa durmiendo, también es verdad que su sola compañía era grata.

Podría discutir con el orgulloso lobo hasta provocar una mini batalla con magia por parte de ambos, algo que Grayfia con solo verlos era suficiente para detenerlos en seco.

Kokuyou será un lobo de Hielo de Hellheim, pero la Reina más Fuerte los ha paralizado a ambos con solo su gélida mirada hasta tal punto de querer esconderse detrás de su amo.

Sabiamente ambos pactaron no intentar nada mientras ella esté cerca.

—Ven, déjame arreglarme y vamos por el desayuno. —le dijo Naruto agarrando al cachorro y poniéndolo en la cama.

Demonio Carmesí de Nueve ColasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora