Demonio Carmesí de Nueve Colas

Reunión

Minutos más Tarde

Un circulo mágico apareció afuera de la mansión Gremory por el cual Naruto, su nobleza y los Yokais rescatados hace poco salieron.

—Vamos. —habló Naruto mientras caminaba al frente de todos rumbo al interior de la mansión mientras unos segundos después el resto le siguió.

Caminaban por los pasillos mientras algún que otro sirviente los veía, extrañados por el par de niños con aspectos muy poco higiénicos.

Una sola mirada de Naruto a quienes observaban fue suficiente para que apartaran la vista.

Él podía ver lo incómodos que se encontraban ambos Yokais, lo menos que podía hacer era evitar las cosas que se encontraban en su control.

—Kagami, tú y Spyro acompañen a los niños, hagan que se aseen y coman algo, deben de tener hambre. —dijo Naruto cuando estaban cerca de los baños de la mansión. —Yukine, ven conmigo.

Ambos rubios y el Dragón se extrañaron cuando Naruto les dio aquéllas ordenes, pero simplemente asintieron y comenzaron a acatar las instrucciones.

Los Nekomatas vieron por unos momentos a Naruto, como esperando algo de su parte, este simplemente les regaló una sonrisa, queriendo que estos puedan estar seguros de que van a estar bien.

Así, Naruto y Yukine emprendieron camino en dirección contraria a la que tomaron Kagami y Spyro.

Estuvieron caminando por varios minutos tratando de encontrar a alguien hasta que, viendo como se acercaba a la posición en la que se encontraba, decidieron esperarle allí.

Deteniendo sus pasos, una peli plata se posicionó frente al pelirrojo y al rubio con su mirada plana y sin emociones.

—¿Necesitas algo de mi, Grayfia Nee-chan? —cuestionó Naruto, aunque tenía ya la sospecha de saber que sucedía.

—Sirzechs-sama requiere su presencia y la de su nobleza. —respondió Grayfia.

—Con Yukine y conmigo es más que suficiente. —respondió Naruto viendo a la peliplata. —Kagami y Spyro se encuentran ayudando a dos invitados de nuestra parte. —el tono que el pelirrojo usó para describir a esas dos personas, ya le daba a entender a Grayfia que algo más había entre ello.

Grayfia internamente suspiró mientras se posicionaba al lado de ambos chicos, la seriedad con la que su Rey y esposo le ordenó buscar a su hermano era algo que, aunque no lo dijera en voz alta, le preocupaba.

Mucho más cuando habían otras personas implicadas en ello.

Con ese hilo de pensamientos, desaparecieron en un círculo mágico.

Castillo Lucifer

Pasos resonaban por los pasillos de aquél Castillo, una vez siendo habitado por el Maou Lucifer original.

Naruto caminaba en medio de Grayfia y Yukine con un semblante lleno de seriedad, sabía por la ruta que estaban tomando que no se dirigían hacia la oficina de su hermano y esas auras que podía sentir le mantenían alerta.

El poder mágico que algunas desbordaban hacían que Yukine instintivamente se acercara a su Rey, no estando acostumbrado a ese tipo de cosas.

Algo a destacar a los ojos de Grayfia, era ver al Lobo en la cabeza de Naruto completamente despierto y en estado de alerta, suponía que se encontraba de esa manera en caso de tener que defender a su amo.

Sus pasos se detuvieron cuando se encontraron con una gran puerta frente a ellos.

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