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Antares Malfoy

He sabido del ataque a Lily.
Me culpo de no haber estado con ella.
¿Por qué diablos no la seguí?
Solo espero que no le hayan hecho nada grave.
Ella no se merece eso.
Ella es la omega más fuerte que he conocido.
Ella siempre ha estado para mí, me ha protegido de tanto matón en el pasado.
Soy una mala amiga.
Pésima.
La peor.
-ya, Tari. No tienes la culpa y lo sabes.
Albus me saca de mis pensamientos.
-me asustaste, tonto.
Sé que Albus está molesto.
El también se siente culpable.
Nadie se dió cuenta de que estaban atacandola. Ni él ni James.
Scorpius...
Él es otra historia.
Él se manchó las manos de sangre al propinarle tremenda paliza a Ethan.
Scorpius, siempre cerca de ella...
-Scorp fue más rápido que nosotros. De no ser por él Lily... No quiero imaginarlo.-
Su tono es dolido, asqueado, impotente.
-mi padre piensa darles un escarmiento a los Rosier. Y mi abuelo está dentro. Lo sabes ¿Verdad Al?-
El asiente y aunque su mirada es sombría parece tranquilo con lo que le he contado.
-ustedes sí que son radicales. Menos mal tía Mione y Cissy estan ahí para frenar a los dragones Malfoy.-
Su comentario me saca una sonrisa.
Y sí, es cierto.
Mamá es la única que puede aplacar los impulsos de mi padre.
Solo ella puede calmar su instinto asesino.
Y la abuela ni que decir.
El abuelo es mucho más sádico que papá.
Somos el freno que necesitan los hombres de la familia.
¿Cuántas veces he parado a Scorpius de plantarle unos cuantos guantazos a quienes nos molestaban?
-eres gracioso Al.
-solo digo la verdad.
El tío Harry ha hecho que expulsen a los Rosier de la comunidad mágica.
Les han roto la varita a los tres.
La madre de Ethan, Millicent está más que destruida, y ni que decir de su padre, Adam. Ha montado en cólera y al saber lo que le ha hecho su perfecto hijo a la princesa de Harry Potter no ha hecho más que jalarse de los pelos por la ira.
Al parecer a Ethan lo cegaron las ideas de su padre.
Su madre ya había tenido un lío con la mía en el pasado.
Estaban advertidos.
Tenían a Pansy Parkinson como ejemplo de que no debían meterse con nosotros.
Pero se les salieron de las manos.
Serán exiliados al mundo muggle no sin antes recibir unos cuantos crucios y otras maldiciones de parte de mi padre, mi abuelo y el padre de Lily. Y luego, según escuché a mamá, les modificarán la memoria.
-no entiendo, ¡¿por qué nos dejaron de lado?! ¡Es nuestra hermana!- James entra bufando a la sala común de los leones.
Hemos quedado en venir a ver a Lilu. No debe estar sola. Puede ser peligroso.
-¿Será por que somos menores de edad?- mi hermano llega detrás de él.
-si pero tú, Scorpius. Tú le propinaste una paliza. ¿Por qué nosotros no?
-ya James, no es para alterarnos. Ya sabes cómo se ponen nuestros padres con eso.
El silencio reina en la sala.
-Oigan, ¿Dónde está Lily?- la pregunta de mi hermano me hace pararme de golpe.
Corro hacia la puerta y toco.
-¿Lilu? ¿Estás ahí?
Ella no responde.
Su silencio me hace preocuparme.
Todos están pegados a mi espalda.
-Lilu, voy a abrir.
Nada, ni un solo ruido.
- alohomora.- susurro el hechizo unos puerta se abre. Lily tiene unas tijeras en las manos.
-Lily, suelta eso.
Me abalanzo sobre ella.
Mi amiga, mi hermana está demasiado mal.
Le quito las tijeras. Y noto su cabello lo tiene disparejo.
Mechones de hebras rojas están regadas en el piso.
Ella tiene la mirada perdida en el espejo.
Volteo a ver a los chicos y veo la tristeza e impotencia en sus ojos.
Scorpius parece más afectado y sale de la habitación con los ojos húmedos.
-ven, cariño. Vamos a emparejar ese bonito cabello.
Les hago señas a los chicos para que salgan de aquí.
Siento a Lily frente al espejo.
Peino su largo y ahora disparejo cabello.
Poco a poco voy cortándolo a la altura de su espalda.
Y cuando estoy atando los cabello que estaban en el suelo con un listón verde ella rompe a llorar.
Está angustiada. Lo sé.
-no llores, cariño. Estoy aquí. No estás sola, omega.
También estoy triste.
Trato de calmarla marcandola con mi aroma. Temo por ella.
-shhh, todo está bien...

Lily Potter

Los recuerdos de ese día me torturan.
No puedo dejar de tener pesadillas con eso.
Me persiguen, me ahogan.
No puedo.
Me veo al espejo y me siento sucia.
Detesto lo que veo.
Cierro la puerta con magia. No quiero que me molesten.
Cojo unas tijeras y decido cortar mi horrible cabello.
Lo odio.
Odio ser yo.
Lo corto.
Corto varias veces y mi largo cabello deja de estarlo.
Tari golpea la puerta.
Decido ignorarla.
Ella insiste y no quiero hacerle caso.
- alohomora
Maldición, rubia.
Ella fija su mirada en mí.
-Lily, suelta eso.
Estoy inmóvil en medio de la habitación.
Ella se me acerca de un impulso y me quita las filudas tijeras.
No le presto atención.
-ven, cariño. Vamos a emparejar ese bonito cabello.
Mentira.
No es así.
No me mientas.
Mis ojos no aguantan más las lágrimas.
-no llores, cariño. Estoy aquí. No estás sola, omega.
Tari me abraza como siempre lo ha echo.
No puedo no quererla.
Ay Tari... Es horrible.
Ella parece entender.
Me marca con su dulce aroma a coco.
-shhh, todo está bien...
...

No puedo darme el lujo de faltar a clases.
El ministro ha venido al colegio a llevarse a Rosier, papá y el resto de autores también.
Papá me busca con la mirada y al encontrarme viene y me abraza como cuando desperté luego del ataque.
-princesa, ya todo pasó. Ese imbécil pagará caro lo que te hizo, te lo prometo.-
Sé que lo hará. Papá siempre cumple sus promesas.
Sus verdes ojos me miran con cariño.
Me abrazo a su pecho como lo he hecho desde niña. Como cada vez que tenía miedo.
-te quiero, papi.-
El me regala un beso en la frente y en la mejilla.
-ahora ve a clases mi niña. Hazme sentir orgulloso.-
Asiento y papá me sonríe con alegría.
Intuyo el por qué.
Me encamino a las mazmorras.
Y al llegar voy rápido hacia las vidrieras. Y ahí está la razón de la sonrisa de mi padre.
Mis ojos están castaños.
Como los de mi madre.
Sé cuánto ama esos ojos.
Las lágrimas pican por salir.
Tengo deseos de desaparecer. De no causarle tantos problemas a mamá y papá.
Así ensimismada no noto que Tari está a mi lado hasta que Slughorn dice lo que haremos hoy en clase.
-filtro de muertos en vida.-
La mención de la poción me trae a la realidad.
Mucho antes de que todo esto sucediera, entré a la sala de menesteres por pura curiosidad. Y entre tantos cachivaches encontré un libro peculiar. Pertenecía al príncipe mestizo. Raro nombre. Pero tenía muy buenas anotaciones. Ahí encontré todas las instrucciones para hacer la poción. Seguí las instrucciones al pie de la letra con gran esmero.
-¡magnífico, señorita Potter! Simplemente brillante. Hizo una poción perfecta, justo como su padre hace algunos años.-
Los demás aplaudieron admirados.
Hasta Tari que es muy buena en pociones.- cincuenta puntos para Gryffindor. Cuando termine la clase llenen un poco de sus pociones en un frasquito con sus nombres. Quiero ver los resultados. Es todo por hoy.-
Slughorn empezó a juntar sus cosas y yo tomé la muestra para el profesor y una más, sin que nadie se diera cuenta, para mí.
Los problemas iban a acabarse muy pronto...

OMEGA || ScorLyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora