OMEGA || ScorLy

16

Scorpius Malfoy

Mi madre ha sido muy acertada debo decir.
Al enviarme una corona ya me daba una idea de lo que sería el disfraz de Lily.
En un inicio pensé que era un príncipe.
Y en cuanto las horas iban pasando y el disfraz no llegaba me ponía más ansioso.
-ya, Scorpius. Basta, estás haciendo apestar la habitación.-
A veces Albus puede llegar a ser tan molesto como James.
-no puedo Al, esta incertidumbre me puede. Mi disfraz no ha llegado.- volteo a verlo y me encuentro a Al vestido de un emperador griego.
-¿Quién se supone que eres, Al?
-Soy Teseo. Aunque en un primer momento quise ser Hyperion. Pero pues, no quería desentonar con Tari.
-yo ya soy Hyperion, Al. Me llamo así-
Le respondo aún irritado.
-ya hombre, calma. Voy a ver a mi diosa griega, sigue esperando. La tía Mione salvará el día, ya verás.
Si, lo sé.
Me envió solo la corona.
Vamos mamá, ¿Por qué tardas tanto?
En eso la lechuza de mi madre entra en mi habitación con un paquete.
Rápidamente le doy una golosina mientras se lo quito de las patitas, ella se va volando rumbo a la mansión.
Hay una nota, así que la leo rápidamente.

Querido cachorro:

Perdóname la tardanza.
No encontrabamos el disfraz perfecto para tí.
Te habrás hecho una idea de cuál es el disfraz de Lily.
Me he tomado el tiempo de buscar uno a la altura del suyo y lo he encontrado.
Tu tío Víktor me lo ha enviado esta mañana desde Bulgaria.
Espero que te guste, hijo.
Y seas junto a tu hermana y Lily los mejores de la fiesta.
Diviértete.

Con amor.

Mamá.

           

Abro rápidamente el paquete y me encuentro con algo que me sorprende.

Menudo disfraz me ha conseguido.

Es perfecto.
Me lo pongo rápido y este me queda como si me lo hubieran hecho a medida.
Mi madre es la mejor, la amo.
Me coloco la corona en la cabeza luego de acomodar mi cabello y listo.
Meto la varita en una de las botas, pegada a mi pantorrilla.
Perfecto, nadie lo nota.
Me encamino hacia la torre de Gryffindor.
Me sudan las manos.
Maldición.
Un Malfoy nunca siente nervios.
¿A quién engaño?
Temo verme mal delante de Lily.
James está cruzado de brazos en la entrada.
-ya te habías tardado mucho, Malfoy.
-estoy aquí Potter. Es lo que cuenta
-Bien- entra dejándome en la puerta.
Calma.
Necesito calmarme.
James está vestido como si fuera un faraón egipcio.
Es extraño verlo con esa cosa en la cabeza.
Escucho que se abre el cuadro y veo a mi omega salir del brazo de otro alfa.
No es james.
Eso es seguro. Me parece demasiado conocida esa figura.
Siento que la temperatura se me sube.
Quiero golpearlo, mi alfa interno gruñe por su cercanía a ella.
Solo cuando lo tengo frente a mí logro reconocerlo.
-Lupin, qué sorpresa.- soné como mi padre.
- cuánto tiempo, Malfoy. Admito que he extrañado mucho visitarlos en casa primo.
Merlín, solo deseo que la suelte.
El voltea a ver a Lily.
Está bellísima.
Su cabello de fuego enmarca su bello rostro. Sus ojos cambiantes se tornan verdes, igual que su vestido.
-te ves preciosa, reina roja.
Su dulce aroma llena mis sentidos.
Siento mis colmillos picar.
¿Qué rayos me pasa?
Ella está sonrojada.
Mía.
- tú también estás guapísimo mi rey.
Quiero tomarla.
Me siento algo afiebrado.
-Asi que... Lily, ¿Eh, Malfoy?- el comentario de mi primo me trae de vuelta.
-así es Edward. Lily es mi omega.
-¿Por qué rayos los Malfoy no pueden llamarme Teddy? Solo tía Mione lo hace.
No puedo evitar rodar los ojos.
-¿Te llamas así o no?.Teddy me recuerda a un oso de peluche que papá le regaló a Tari. Me imagino que es ese peluche, así que prefiero llamarte Edward.
Lo escucho resoplar.
Está frustrado.
Su aroma a sándalo me lo confirma.
-bueno, ¿iremos a la fiesta o no?- Lily ya está exasperada.
No pienso irritarla más así que con un apretón de manos me despido de Lupín.
Ya averiguaré qué hace en Hogwarts si él ya se graduó.
Nos encaminamos rápidamente al gran salón.
Está totalmente lleno.
A lo lejos diviso a Victorie Weasley junto a su hermana Dominique.
Así que Lupin vino con su omega.
Veo al tío Theo también aquí.
Lysander y Lorcan están a ambos lados de él vigilando a Pandora.
Hay muchas omegas con las hormonas alborotadas.
Me hacen tener el cuerpo acalorado.
Demasiados olores juntos.
Es hora del baile, llegamos casi últimos.
Nos acomodamos rápidamente y empezamos a movernos al compás de la música.
Lily se ve realmente como una reina.
Divina, preciosa.
Un destello rubio llama mi atención.
Tari y Al bailan a unos metros de nostros. Se ven como auténticos griegos.
Merlín.
Esa diadema de laureles de oro asientan bien en mi hermana.
Ella vive su cuento con mi amigo.
Vuelvo la mirada y mi reina roja llena mis sentidos.
Sus ojos me hipnotizan.
Su aroma me vuelve loco.
Quiero tocarla.
Quiero escucharla llamar mi nombre entre gemidos.
Siento calor, mucho calor.
Mis colmillos pican en mis labios.
Celo...
Esto no es nada bueno.
No puedo estar en celo justo ahora. Con tanta gente a mi alrededor.
La música termina.
Mi omega parece notar que algo no anda bien conmigo.
Corre rápidamente por un vaso de ponche.
Me lo ofrece.
Huelo su preocupación y lo único que su aroma logra es enloquecerme más.
- alfa, ¿estás bien?
Sus manos toman si rostro suavemente para que la mire.
Sus ojos se tornan dorados.
- vámonos de aquí, voy a darte lo que necesitas.
Merlín santo.
No puedo. No quiero hacerle daño.
Los alfas en celo somos bruscos.
Si le hago daño yo...
- confía en mí.
Aprovechando el barullo de la fiesta y la distracción de sus hermanos nos saca del gran salón.
Pierdo la noción del lugar en donde estoy. Solo me dejó llevar por ella.
Caminamos mucho y cuando menos me doy cuenta estamos dentro de una habitación muy grande.
-La sala de menesteres. Lily, no estoy seguro.
-shhh solo déjate llevar.- sus labios se posan suavemente en los míos.
No quiero dañarla. Pero la necesito.
La beso con urgencia.
No puedo evitar tocarla.
Que Merlín se apiade de mí. Pero no pienso soltarla, quiero hacerla mía hasta el cansancio.
Y nadie va a pararme...