Capítulo 2

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   —Es realmente asombroso lo que puede hacer, señorita (T/A). Nosotros usamos las varitas para hacer lo que usted acaba de hacer sólo pronunciando unas palabras en latín.
   »Quizá podríamos enseñarle a utilizar la varita que preparamos para usted y así nadie sospecharía de que no es de aquí; nadie quiere un montón de alumnos curiosos, metiendo sus narices en donde no deben. —Dice McGonagall.
    —Claro, por mi está bien, si es necesario para volver a casa.

    El primer hechizo que le hacen practicar es wingardium leviosa. (T/N) toma la varita y repite varias veces.
    —Wingardium leviosa. —Unas veces parecía que le quería salir, otras no. Después de quince minutos ya lo había dominado por completo.
    —¡Muy bien! Es asombroso para ser que es la primera vez que usa una varita. —Dice McGonagall— Si dominó esto en quince minutos siendo su primera vez con una varita, no habrá problema con lo que se le pedirá mas adelante.
    —Es bastante fácil.
    —Bueno, entonces empezaré con lo básico, espero que pueda entender todo con claridad a medida que voy explicando. —Dice Dumbledore.

    Después de dos horas y media, (T/N) sabía lo básico que tiene que saber para estar en Hogwarts.
    —Bueno, ahora, lo último que le pediremos, es que realice ciertas cosas, para que podamos evaluar su nivel académico correcto.

    Le hacen una prueba en la que le preguntan cosas sobre las materias que se cursan en Hogwarts. Al terminar la evaluación, Dumbledore y McGonagall piden a (T/N) que saliera un momento para que pudieran decidir bien en qué año estaría, (T/N) sale.
    Afuera, (T/N), se queda un buen rato mirando los detalles del castillo, está tan concentrada en estar desconcentrada, que no se percata de la presencia de alguien, que la observa desde una columna, apoyado en esta...hasta que se da cuenta.
    —Oh, hola, no te había visto. —Dice la joven, intentado mostrar su mejor cara de buena.

    Él se queda un rato en silencio, hasta que se digna a contestar.
    —Así que tú eres la nueva Ravenclaw de la que todos hablan...La chica Ravenclaw que inicia a mitad de año.
    —Mh...si. —Dice algo avergonzada, ahora sabe que todos hablan de ella. Eso no está tan bien— Bueno...¿tu eres de Slytherin, no es así? Vistes de verde. —Dice, intentando tornar la conversación algo menos incómoda para ella, y hacerla, de algún modo, más amigable.
    —¿Tú qué crees?
    —Ah...mh. —Se muerde el labio algo apenada y algo pensativa, la cosa no va muy bien— He oído que Slytherin y Gryffindor no se llevan muy bien. —Insiste.
    —Que lista. No, no nos llevamos bien, pero ya basta, es terrible ver como te esfuerzas por intentar ser amable y agradable. —Remarca lo último con un tono de voz algo arrogante.

    La señorita McGonagall interrumpe a estos, abriendo la puerta para llamar a pasar a (T/N).
    —Señorita (T/A), ya puede pasar. Señor Malfoy. —Saluda McGonagall.
    —No creo que te caiga muy bien, pero un gusto, por si acaso. —Dice (T/N), sin rendirse.
    —No te molestes. Adiós. —Dice Malfoy, para luego retirarse.

    (T/N) pasa a la sala y se encuentra nuevamente con Dumbledore y McGonagall.
    —¿Quién era ese?
    —¿El joven de ahí afuera? Es Draco Malfoy, no se preocupe si no le agradó, es un tipo rudo con todos. —Dice Dumbledore— Hemos terminado de evaluar su nivel académico y ambos hemos decidido que tiene suficiente conocimiento como para una alumna de sexto año, acorde a su edad.
    —Bueno...Agh. —Se queja (T/N).
    —¿Pasa algo, señorita (T/A)? —Pregunta McGonagall.
    —Sí, si pasa, no quiero estar aquí; no tengo que estar aquí. Tendría que estar en mi mundo, con mi hermana, protegiéndola de lo que podría llegar a ser su condena a muerte y estoy... aquí...— (T/N) se pone las manos en la cara y se recarga sobre una pared. Algunas lagrimas se asoman.

    Ambos directivos se ven afectados emocionalmente por la angustia que presenta esta chica, y aún más porque no pueden hacer mucho para ayudarla.
    —Todo estará bien, señorita (T/A), sólo sea paciente y le aseguro que la regresaremos a su mundo en cuanto podamos. —Dice McGonagall.
    —Gracias...Ni siquiera estoy acostumbrada a esto, es todo muy...no lo sé. Nuestra iniciación en la academia de las artes obscuras son tres días de tortura, no es para nada parecido a lo que estoy viviendo aquí. Tengo que comportarme como un bendito ángel frente a todos y no soy así...pero aguantaré, si es sólo eso, creo que aguantaré para ayudar a mi hermana, ella ya lo hizo por mí, ya aguantó y ya me ayudó...es mi turno. —Se acerca a Dumbledore y a McGonagall y los abraza— Gracias.

    McGonagall y Dumbledore le corresponden el abrazo sincero que les brindó (T/N) y se aparta un poco.
    —Bueno, ¿en qué estábamos? Ah, sí. Tiene que elegir dos materias extra que son escogidas a partir del tercer año y son estudiadas hasta el último año de escuela aquí. Tiene que elegir dos de seis materias. Estas son: Estudio de Runas Antiguas, Aritmancia, Estudios Muggles, Cuidado de Criaturas Mágicas, Adivinación y Alquimia. —Dice Dumbledore, entregándole seis afiches a (T/N).

    Después de pensarlo unos minutos.
    —Me quedaré con Cuidado de Criaturas Mágicas y Alquimia. —Dice, entregando los papeles otra ves a Dumbledore.
    —Bueno, ahora, siendo estudiante de sexto año, la escoltaré a su segunda clase del día, que sería encantamientos. Venga.

    McGonagall y (T/N) se dirigen al salón de encantamientos, con el profesor Flitwik.

Magia de otro Mundo (Draco Malfoy Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora