Al filo de la muerte.

979 84 0
                                    

Su cuerpo se congeló aún más al ver de frente a ese hombre, el que había sido culpable de la muerte de sus amigos y ex novio.
Sintió como su estomago se revolvía debido a una mezcla de sensaciones que no podía controlar. Puso su mano en su panza para tomar fuerzas y ponerse de pie, y en el intento se tambalea y cae al suelo de rodillas para vomitar todo el agua que había tragado al estar ahogada.

-Ahgg que asco, a caso no tienes modales terricola. Claro que se puede esperar de humanos débiles, y más de una mujer.

Cada palabra que decía Vegeta para Bulma eran un agudo pitido en sus oidos, seguía vomitando como si con eso se le fuera el alma en ello. Que importaba que ese hombre la viera así, sabía que iba a morir de todas formas, nada bueno podría suceder de manos de un tipo como ese.
Bulma se limpia la boca para intentar nuevamente ponerse de pie, si algo de fuerzas quedaban en ella, no le daría el trabajo fácil a la muerte nuevamente.

-Qué ridículo es intentar ir contra la corriente, más cuando eres tanto o más débil que una cucaracha.
Vegeta seguía de pie frente a ella de brazos cruzados con mirada soberbia miraba a la chica de la forma más altanera que podía.

-Callate...- susurro Bulma, a penas le salía la voz.
-Calla... ¡Callate!- dijo con la mayor fuerza que podía para luego ponerse de pie por completo.

-A si que la debilucha tiene voz, Ja ¿y a sí me agradeces haberte salvado la vida?, debí dejarte morir en manos de esta escoria- camina hacia ella y patea un bulto.
Bulma mira hacia su costado izquierdo viendo el cuerpo de un hombre de piel morada con escamas, ojos blancos y vacios, tenía una armadura similar a la de Vegeta, pero en su pecho yacía un grueso tronco que lp atravesaba de un lado al otro.
A Bulma se le pone la piel aún más pálida y comienza a vomitar nuevamente.
-Maldito animal...- se limpia la boca.
-ajaja el animal fue él, ahora que lo pienso debí dejar que te hiciera cualquier cosa, como abusar de ti por ejemplo.

Vegeta camina hacia la orilla de la playa se agacha, quita sus guantes y lava su cara. Tenía su rostro manchado con sangre y barro, quito las marcas de barro pero aun seguía sangrando de su frente.
La chica nota como intenta limpiar sus heridas y ve que es una buena ocasión para huir.
Comienza a retroceder de la manera más sigilosa que podía, pero una piedra cae como un proyectil a solo milímetros de sus pies haciéndola detenerse al instante.
-¿Donde crees que vas?- Vegeta había lanzado la piedra desde la orilla de la playa.
-Dejame ir, yo no te sirvo para nada. Si dices que moriré, déjame ir, o matame tú !ahora!- toca con desesperación su cuerpo buscando su banano por si había alguna cosa que le sirviera para salvarse.
-¿Buscas esto?- Vegeta recoge desde la orilla el banano que Bulma buscaba. Se incorpora, para mostrarle el pequeño bolso.
-¡Devuelvelo!, ahí no hay nada que te sirva-.

En un segundo mira a Vegeta a los ojos para ver detrás de él una enorme sombra que se abalanza sobre él a una gran velocidad, atrapandolo, siendo arrastrado hasta el mar.
El mar se abre con mucha fuerza, saliendo del un enorme pulpo verdoso que tenía a Vegeta agarrado con uno de sus enormes tentáculos. Vegeta forsejeaba con la enorme bestia, pero su cuerpo estaba ya muy debilitado por la reciente pelea.
Bulma mira el espectáculo atónita, podría a ver sido ella la víctima de ese enorme ser, pero solo era espectadora. Tenía demasiada suerte, era su momento para escapar. Da media vuelta para comenzar a correr pero los fuertes gritos de dolor de Vegeta la detuvieron.
El pulpo gigante tiraba una de sus piernas con mucha fuerza. En cualquier momento podría mutilarla.
No lo pensó, y ya estaba avanzando hacia la orilla del mar buscando una forma de ser útil.

-donde... donde... tiene que haber algo...- miro para todos lados buscando algún objeto que fuera un distractor.
Vio el cuerpo atravesado por el tronco y vio que en uno de sus brazos tenía una especie de arma.
Corrió hacia ella y sin sentir ni asco, ni miedo saco el arma del brazo del muerto.
No se dio el tiempo ni de revisar su estado cuando ya lo tenía puesto en su brazo tratando de buscar el objetivo. No tenía fuerza física, pero si poseía astucia y buena puntería.
Fijo su objetivo, a pesar de tener sus manos aun congeladas y medias dormidas por la hipotermia. Hasta ese punto no habia recapacitado, su impulso fue más grande que el análisis de la situación.

Miro hacia Vegeta.

-Deberia matarte ahora mismo y se acabaría esta pesadilla...-
-Te lo mereces por todo el daño que has causado...-
Los gritos de Vegeta cada vez eran más débiles...
-¡¡Pudrete!!- Grita al unísono junto con el disparo.

Antes de conocernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora