Vainilla

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-Lo logré! Soy la mejor ajajaja!- sonrió Bulma después de lograr abrir el arma y sacar un par de cables.
Al estar tan concentrada no se percató que Vegeta la miraba con detención, estaba sentado apoyado en la roca.
Se dio cuenta de que había sido observada.
-Cuanto tiempo a estado ahí mirándome- pensó Bulma. Cuando noto calor en sus mejillas. -Lo que faltaba y ahora me da vergüenza que me miren- por alguna razón no quería tener contacto visual con él. Se sentía expuesta, un desconocido para ella, la había visto trabajar y quizás que otras cosas más escuchó.
-¿y si... escucho mis insultos? O peor, ¿si me escuchó cantar?- su cara se puso aun más roja.
Se puso de pie rápidamente para darle la espalda sin decirle nada, tomó el aerosol, el arma y se acerco a la pila de varas de madera. Roció un poco la madera con el líquido del aerosol, para luego encender el arma. Comenzó a sonar su pequeña turbina interna, en eso los cables comenzaron a soltar pequeñas chispas, Bulma acerco el arma a la pira de madera y un par de chispas cayeron haciendo combustión inmediata.
- Ahora quien es el jefe ajaja, me, I'm the big boss ajaja- levantó sus brazos solo de alegría, se sentía satisfecha por su logro.
- No pensé que los terrícolas serían tan básicos- fastidiar un poco a la chica sería interesante después de todo, era necesario distraerse un poco para olvidar el latente dolor de su pierna hinchada.
Bulma dio un brinco, al escucharlo, nuevamente sentía sus mejillas rojas.
cálmate, no eres una mujer timida- pensó mirando de frente a Vegeta.
- Deberías agradecer que haga esto- se acerco hacia Vegeta, que estaba sentado a solo pasos de los restos de madera. Tiro un par de palos más al fuego y puso sus manos para sentir calor, un verdadero placer después de todo lo sucedido. Al sentir como sus músculos se relajaban al fin. Toco su ropa para sentirla aún húmeda.
Medito por un momento si quitarse la ropa o no frente a él, no tenía que desnudarse, solo sacarse el traje nada más...
Los nervios por la vergüenza se disiparon al ver que Vegeta tenía los ojos cerrados, al parecer estaba disfrutando del calor del fuego.
-Que importa como esté- murmuró para si y comenzó a quitarse el vestido amarillo. Al sacar por completo la prenda vio como Vegeta quitaba la mirada de ella lo más rápido posible.
Afilo la mirada y pensó:
- Es más tímido de lo que parece, estoy segura que miró- camino hacia el fuego para tender su vestido cerca. Miro por el rabillo del ojo nuevamente y Vegeta seguía mirandola, lo cuál la hizo sonreir picarmente.
- Al fin y al cabo es un hombre, y si...- se giró de frente para intentar sacarse la camiseta.
Levanto lentamente su ropa negra pero fue interrumpida.
- ¿Qué demonios haces mujer?-. El rostro de Vegeta estaba ruborizado, se notaba a distancia.
- ¿Qué? ¿No puedo?, quiero secar mi ropa, y para eso me la tengo que sacar. ¿O qué? Me vas a detener, si con suerte te puedes mover.
- No tienes decoro mujer, que vulgar eres- realmente se había expuesto demasiado reaccionando de esa forma al ver a Bulma quitarse la ropa, siendo que ni siquiera estaba desnuda, llevaba puesta su camiseta y pantys negras.
El tono de voz de Vegeta delataba a leguas lo avergonzado que estaba.
- ¿A caso nunca has visto a una mujer quitarse la ropa?- le respondió de forma pícara, ya estaba completamente relajada. Para añadir.
- ¿No me digas que eres vírgen?- haciendo una mueca de sorpresa solo para burlarse de él.
No lo pudo evitar y soltó una enorme carcajada.
- Alardea todo lo que quieras terricola, no entiendo nada de lo que dices, además yo como príncipe de la raza Saiyajin jamás me fijaría en una mujer debilucha, gritona e insolente como tú, y que para peor canta pésimo- con ese comentario se dio por vencedor, vio el rostro de la chica como se desfiguraba y ponía rojo.

-¡¡Me escucho!!- grito en su yo interno Bulma, sentía como su cara hervía, pero no le daría en el gusto, esta pelea verbal la ganaría ella. Estaba dispuesta a arremeter aún peor cuando un aroma la distrajo, era un suave olor a vainilla, era sutil, como las galletas que hacía su madre, o como el helado del mismo sabor.
Derrepente su estómago rugió, y el de Vegeta también.

- ¿Qué es ese olor?- Preguntó Vegeta, nunca había sentido un aroma así, era dulce, placentero y le provocaba un enorme apetito. Estaba acostumbrado a lidiar con la escases a alimentarse de lo hubiera y cuando se pudiera, pero ese olor en particular le gustaba mucho.
- Es Vainilla, de seguro el aerosol tenía ese aroma- le respondió la chica mientras ponía sus botas cerca del fuego quedando descalza.
-Ni te imaginas las cosas deliciosas que hay en la Tierra con ese olor y su sabor... mmm delicioso y más aún si lleva chocolate, es maravilloso, un verdadero manjar de dioses...
Como extraño la Tierra- suspiró mientras caminaba hacia Vegeta
- Ni intentes tocarme mujer.
- De nuevo con lo mismo, mira tu pierna esta muy hinchada quitate las botas y los guantes necesitas que tu sangre circule- No lo dudo ni un segundo y tomo la bota izquierda del saiyajin, con sumo cuidado la retiró.
Vegeta no le quitaba la mirada de encima.
- Te dije que...
Fue interrumpido.
- que no te toque, mira como te obedezco- toma su otra pierna y retira la bota con rapidez, y extiende su mano hacia él.
- ya... ¿y los guantes?- hace un gesto de orden con sus dedos.
Y ha regañadientes Vegeta le pasa sus guantes.
Estaba claro, la mujer ya no le temia.

Antes de conocernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora