El duelo

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Bulma volvió armar una nueva pira para la fogata, revisó el arma y no había como solucionar su estado, motor y turbina fundidos. Respiró hondo, resignada comenzó a separar una a una las vallas por color. Ya no tenía apetito. Caminó hacia la Roca con la caja de herramientas lleva de bayas, se agachó para abrazar sus piernas pero noto un fuerte ardor en sus manos y rodillas, ahí cayó en cuenta de las heridas y rasguños que tenía, miró sus manos llenas de tierra y con rasguños, nada muy grave pero si molesto, vio sus rodillas, no se notaba nada solo tierra en las pantys negras, levanto con sumo cuidado la tela y sintió como la piel y sangre estaban pegadas a la tela. Revisó su bolsillo para abrir la segunda capsula nuevamente y saco el estropajo de limpieza, no estaba tan sucio al final de cuentas. Tenía que limpiar sus rodillas, camino hacia la orilla de la playa, lavó sus manos y el paño, también lavó su cara para espabilar un poco, y camino de vuelta a la roca.

Al llegar al lugar Vegeta estaba apoyado en una de las esquinas, tenía flectada la pierna izquierda, y brazos cruzados.
- Me alegro que hayas mejorado de tu pierna- paso por el lado de él sin mirarlo.
- Es normal recuperarse rápido para un Saiyajin, ya deberías saberlo, ¿o a caso Kakarotto no te lo dijo?- giro hacía la mujer esperando la arremetida de la chica, pero solo recibió silencio.
Para su sorpresa lo que vio lo dejó perplejo.
- No tienes el más mínimo decoro ni respeto mujer- vio como Bulma se subía la falda para sacarse las pantys.
La chica no le respondió, siguió sacándose las pantys para quedar con sus piernas al descubierto. Sus rodillas estaban con rasmillones muy feos, con sangre y tierra pegada, el rostro de Bulma delató su dolor por el escozor que sentía.
Él no le quito la mirada de encima, las heridas de ella tenían mal aspecto.
-Pero...¿ por qué no llora?, ¿ni reclama?- se preguntó para sí viendo como ella con sumo cuidado limpiaba sus rodillas.

Cuando logró dejar sus rodillas limpias, el ardor aumentó y con ello gotas de sangre comenzaron a salir nuevamente, como pudo se sentó apoyada en la rígida pared, metió su mano en la caja de herramientas y saco una baya negra, la olió antes de darle una mordida, tenía un aroma que le recordaba a las ciruelas y canela. Confiando en el olor le dio una mordida, sabían muy parecido a las aceitunas, no era malo, aceptable en razón del hambre. No recordaba cuanto tiempo había estado sin comer, ni tampoco cuando tiempo llevaba ahí con Vegeta, era molesto estar en un planeta en donde no había ni día ni noche, todo era cielo verdoso y nubes.
Volvió a pasar el paño por sus rodillas al notar que un hilo de sangre bajaba por su canilla, mientras comía otro par de bayas negras
- Si no secas esa herida, se infectará- Vegeta estaba caminando hacia ella.
- Lo sé genio, pero si te das cuenta no tengo botiquín ni nada para curar heridas- la presencia de Vegeta ya la estaba cabreando.
- Vienes a un planeta extraño, no sabes cazar, no sabes nadar, ni mucho menos defenderte, creo que es mucho pedir que sepas algo de sobrevivencia básica, me sorprende la suerte que tienes para seguir viva hasta ahora y solo con un par de rasguños- se puso de pie enfrente de ella con la misma mirada altarena y fría que lo caracteriza.
El ver esa mirada colmó la poca paciencia y calma que había logrado tener Bulma después del gran susto, había liberado a su kraken interno. Se puso de pie en un instante.
- Mira Saiyajin de pacotilla, estoy en este puto planeta porque vine a buscar las esferas para poder revivir a mis amigos, amigos que por tu culpa están muertos- Hervía de rabia. Lo empujó con sus manos pero el Saiyan no se movió ni un milímetro de su lugar.
- Para que tu sepas yo soy la mujer más inteligente y capaz de todo mi planeta, he tenido que vivir miles de veces al filo de la muerte y me tratas de debilucha- golpeo el pecho de Vegeta con sus puños, mientras notaba como Vegeta se comenzaba a cabrear.
- Además, no estas obligado quedarte, si eres tan fuerte como dices, ¡¿por qué carajo sigues acá?!. Te salvé la vida, estamos a mano, ¡marcharte de una buena vez maldito petiso!- alsó su mano con la intención de volver a golpearlo, pero Vegeta la detiene al instante.
- cállate mujer...- con un leve movimiento de su mano la hizo caer al suelo.
- En vez de reclamar, ve por tu salud- hace un gesto hacia sus rodillas, que seguían sangrando. Tomo el paño con el cual se estaba limpiando y se lo tiró en la cara a la chica que estaba en el suelo.

Con que clase de hombre estaba tratando, primero la trata mal, la humilla, se burla, la amenaza de muerte, y después le salva la vida y le dice que debe tener más cuidado, estaba desconcertada. Tomo el paño y se limpió, no porque Vegeta se lo dijera, sino porque realmente sus rodillas tenían mucha sangre, en eso Vegeta se acerca nuevamente a ella agachandose frente a ella.
- Si me vas a matar hazlo rápido- lo miro desafiante.
- no tengo por qué darte en el gusto-. De sus mano derecha salió una pequeña esfera de energía.
- este es mi fin...- pensó Bulma, sin miedo.

Antes de conocernosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora