Danza

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Estando sentada sobre él se abrió camino con sus manos para quitarle la parte superior del suit, ya estaba tan malogrado que quitarlo no fue un gran problema. Él accedió a que ella hiciera todo el trabajo.
Vio su torso desnudo, con músculos muy definidos, su contextura no era tan grueza como la de Gokú. Tenia la piel ligeramente bronceada, era firme, con algunas cicatrices y al tacto su piel era suave.
Se acercó lentamente con su boca a la de él, no quería besarlo, pero si quería estar al límite de hacerlo. Rozaron sus bocas por varios momentos hasta que Bulma besó su mentón, llendo con pequeños besos por el borde de su perfil hasta llegar al cuello donde mordió su cuello y lóbulo de su oreja.
Por otro lado no solo estaba centrada en el cuello del saiyajin, bajó su mano desde los pectorales poco a poco hasta llevar a la orilla de su pantalón pasó por encima de la tela y toco si tapujos el abultado pene, retrocedió su mano solo para subir con la otra libre y meterla dentro, toco y sintió lo caliente y duro que estaba su miembro, subió y bajó su mano en un par de ocasiones haciendo que Vegeta soltará un gruñido. Le gustaba.

Su cuerpo se estremeció, como si una corriente eléctrica lo recorriera desde la cabeza a los pies, una sensación increíble.
- Eres osada terricola- le susurró al oído, y luego tomo el rostro de la chica para verla nuevamente, mientras ella seguía en lo suyo.
Bajo con sus manos por el cuerpo de la chica para ponerlas en las nalgas de ella, subió su falda y tocó con fuerza su trasero, para de un momento a otro ser sumamente delicado al notar la ropa interior de ella. Otro obstáculo más que estaba dispuesto a romper cuando fue interrumpido por ella.
- Ni se te ocurra romperlas- dijo ella poniéndose de pie, dejándolo a él sentado. Bajo sus pantaletas con sumo cuidado dejándolas a un lado, se saco su traje amarillo que desde hace un rato ya era un problema.
Quedó casi desnuda frente a él, iba a sacar su camiseta remangada sobre su busto, pero Vegeta se puso de pie al instante impidiendo que continuara, se abalanzó sobre ella empujándola a la dura pared de roca.
La tenía acorralada casi desnuda para él, volvió a tocar sus pechos esta vez con más fuerza, bajó solo una de sus manos poco a poco hasta llegar a la vagina, la toco con cuidado y metió sus dedos, estaba húmeda y cálida, levantó sus mirada solo para ver la expresión de ella cuando el introducía sus dedos. Repitió la acción sin detenerse, ella no paraba de gemir.
- Como demonios puede ser tan bruto y a la vez tan sutil- ese pensamiento pasó fugaz por la mente de Bulma hasta que sintió los dedos de él dentro de ella.

Volvió a los pechos de ella esta vez con su boca, succionando, lamiendo y dando leves mordiscos, podía sentir como el cuerpo de la chica tiritaba en sus manos, de una forma frágil hasta enternecedora, hasta que las uñas de la chica se enterraron en su espalda, obviamente no le producía ningún tipo de daño, pero saber que la chica luchaba la hacía aún más sensual para él.

Las manos de Bulma bajaron por la espalda de saiyajin enterrando de vez en cuando sus uñas hasta llegar a la cintura de él y encontrarse nuevamente con el pantalón, que intentó bajar en razón de lo que sus espasmos y movimientos se lo permitían.
No quería más preámbulos, quería ir directo al fuego.
Vegeta se detuvo para dejar que ella continuara su acción, se cruzó de brazos y con su característica mirada dejó que ella le quitará los pantalones, el verla por debajo de él, agachada, sumisa a su ojos, le producía un placer especial que fomentaba aun más su ego de príncipe guerrero.
Bulma notó esa arrogancia en la mirada y se puso de pie de manera inmediata, no le daría en el gusto. Era muy astuta para permitir que solo él fuera quien se sintiera el líder de este juego.

Tenía Vegeta completamente desnudo frente a ella, desde hace rato había dejado de ser el enano maldito, a solo ser el maldito. Había pasado a ser la persona más sexy y varonil que haya conocido a lo largo de su vida. Demasiado atractivo y viril para su gusto, eso le fascinaba.

Mucho no pasó hasta que Vegeta le ganara la jugada, y la alzara como una pluma para llevarla nuevamente contra la pared, levanto la piernas de la chica y ella se abrazó a él como mejor podía, sin cuidado alguno la penetró, dolor, ardor, calor, pasión, excitación al mil los envolvió a ambos. Embistió a la chica con fuerza una y otra vez, al unísono él gruñia como ella gemía.
Los gemidos pasaron a gritos de placer, era un bruto al entrar en ella así, pero no se podía esperar tanta delicadeza de un saiyajin.
Escuchar a Bulma soltar chillidos de placer aumentó la fuerza y velocidad de sus embestidas, el escucharla así lo estimulaba mucho más, hasta que nuevamente sintió las garras de la mujer en su espalda y esta vez más fuerte que antes.
- Detente... me duele- dijo ella entre jadeos. Sin esperanza de que él obedeciera puso su rostro en el hombro de él y cerro los ojos esperando la siguiente embestida y asi fue volvió a embestir con fuerza una vez más pero al continuar fue bajando el ritmo poco a poco, la había obedecido en el fondo.
Bulma notó lo molesto que estaba pero agradeció en su interior que accediera. Bajó sus piernas y se separó de él, Vegeta la miro desconcertado y molesto.
Se acercó a él.
-Dejame a mí- puso sus manos en los hombros de él haciendo que bajara al piso, quedando sentado apoyado en la pared, ella se puso frente a él y se sentó en sus piernas, movió su pelvis de manera suave de adelante hacia atrás para volver a encender el fuego que no demoró mucho en estar a llama viva. Acomodó sus caderas y piernas haciendo un calce perfecto, la penetración fue lenta y suave, al ritmo de ella.
Comenzó a moverse de a poco hacia arriba y abajo sosteniendo a sus costado las manos de Vegeta, no quería que interviniera, no aún.
Vegeta cerró los ojos y respiró hondo, sentirla así era mucho mejor de lo que esperaba, sus movimientos era aún más estimulantes que escucharla gemir de placer. Ver como sus pechos se movían al ritmo de su cuerpo era casi hipnótico, no pudo contenerse y se aferro a ella para perderse en su aroma, era como beber un enorme vaso del más delicioso nectar, podía saborearla. Bulma aumentó la velocidad y también se aferró al cuello de él, Vegeta entendió la señal de ella y también aportó movimiento en su pelvis, para subir y bajar al mismo ritmo.

-Como explicarle a este hombre que es increíble en esto, sin que se le suban los humos a su mente altanera- pensaba Bulma mientras se refugiaba en el cuello de él.
-Como decirle a esa mujer que lo tenía loco, que iría por ella mil veces más si fuera necesario- pensó en su interior mientras se empapaba de los gemidos y sudor de la chica, paso su lengua por el cuello de ella, cuando sintio como en el final de su columna una corriente se acumulaba pidiendo salir.

El balanceo de ambos seguía, ambos sudorosos, ambos extaciados por el otro. Bulma se agarró aún más fuerte del cuello de él y él abrió su boca para tomar aire y emitir un gruñido casi animal, mordiendo el cuello de ella de una forma brusca, a ella poco le importó el dolor que sintió, el orgasmo era más fuerte que eso.
Gritó y no le importó que tan fuerte fuera, él emitió un rugido sin sacar su rostro del cuello de ella.

La danza había terminado.

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