Capítulo 6.-

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Jungkook no sabe sí lo que está haciendo es lo correcto, pero si sabe que es lo único que puede hacer.

Es por eso que afianza el agarre en la pequeña bolsa en la que lleva una pequeña porción de pastel de limón y unas cuantas galletas, cosas que compró en una tienda al otro lado de la ciudad tan sólo porque eran las favoritas de Kim Taehyung. Toma una bocanada de aire cuando el ascensor se abre en el piso que ya le es tan familiar, el pasillo vacío diciéndole que es una hora en la que regularmente no hay muchas personas merodeando.

Jungkook sabe de memoria todos los horarios de Taehyung luego de meses compartiendo sus tardes con él, ambos apeñuscados en el sofá del apartamento que el mayor comparte con su novio mientras juegan unas cuantas partidas de videojuegos al azar o cocinando hombro con hombro recetas que sacaba de internet y con las cuales pretendía sorprender a Yoongi en cenas románticas, Taehyung siempre ayudándole incluso cuando cocinar no era su fuerte.

.- Ánimo, Jungkook – se dice a sí mismo mientras avanza hacia la puerta, sus dedos tensos sobre la bolsa – Es sólo TaeTae...

Pero, de alguna extraña manera, no se siente sólo como TaeTae.

No cuando han pasado varias semanas desde aquella tarde en la cafetería de la universidad en la que se sintió rechazado, y, aunque sabe que no debía de sentirse de esa forma porque Taehyung era al final de cuentas sólo un amigo más, no dejaba de resultarle triste, incluso molesto, pensar en el desinterés del mayor, en su aparente aburrimiento ante su presencia.

No había hablado con su novio sobre aquel episodio, siendo consciente de que sí lo hacía lo más seguro es que los problemas y las tensiones se acrecentaran entre los dos amigos y él realmente quería ayudarlos, quería que su relación se recuperara y así poder ver a Yoongi menos estresado y angustiado cada vez que el nombre de Taehyung se colaba en medio de alguna conversación, quería ver a Taehyung como antes y poder reírse mientras se recostaba contra su hombro, sintiéndose tranquilo y en el lugar correcto.

Quería por, sobre todo, dejar de sentirse culpable por las heridas en esa amistad.

Sabe que es estúpido sentirse culpable, que él no ha hecho nada y que no hay ninguna razón que apunte a que es la causa de aquellas fracturas entre ambos mejores amigos, pero Jungkook no deja de sentirse responsable por las cada vez menos tardes que Taehyung y Yoongi comparten, por las cada vez menos inexistentes conversaciones entre ambos mayores y por cada minuto que le roba a uno con el otro.

Tan sólo... quiero que ambos se encuentren bien; eso es todo lo que piensa mientras observa en silencio la puerta, sin saber sí entrar o no.

Una nueva bocanada de aire le da el ánimo suficiente para ingresar el código de seguridad y dejar que la puerta se abra con un suave clic, el silencio reinando en el pasillo de entrada mientras se descalza sus zapatillas sin soltar en ningún momento la bolsa que tanto ha cuidado desde hace casi dos horas. Tararea por lo bajo para darse un empujón de fuerzas antes de levantar la cabeza y toparse, de golpe, con la imagen de Taehyung al final del pasillo.

.- ¿J-Jungkook? ¿Qué haces aquí?

Una sonrisa aflora en sus labios, pero Taehyung no le regresa el gesto.

.- Venía a v...

.- Yoongi no está – le interrumpe el mayor entre los dos, retrocediendo unos pasos en dirección a la pequeña sala del apartamento, consiguiendo que Jungkook frunciese las cejas con molestia antes de seguirle los pasos – Seguramente está en el estudio, puedes ir a buscarlo allá, Jungkook.

El menor niega sin que el otro le vea, cada vez más confundido cuando observa a Taehyung terminar por cerrar una maleta sobre uno de los sillones, los hombros del mayor tensos, casi rígidos. Jungkook no entiende qué está pasando, por qué Taehyung parece tan lejano cuando siempre le recibió con una cálida sonrisa y los brazos abiertos.

En el borde.Where stories live. Discover now