Capítulo 4

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Mel puso su computadora portátil en la sala de estar para que se cargara mientras hace un poco de chocolate caliente. Charlie entra a la habitación justo después de su estudio y toma una taza para servirse. Mel lo miró de reojo.

—Sabes... si alguna vez volvemos a ver a ese chico, tendrás que disculparte con él.

Charlie frunce el ceño.

—Oye, no es mi culpa. El canto de Coraline me volvió loco, y...

—Oh no, no vas a culpar a Coraline por esto. Pienso que su canto en ruso era absolutamente hermoso, Charlie, ¡hermoso!

Justo cuando Charlie iba a responder, sonó el timbre de la puerta. Charlie se dirigió hacia la puerta y la abre. Estaba una mujer rubia con una bandeja de bocadillos en la mano. Un hombre con unos papeles en manos y una adolescente rubia como su madre que texteaba mientras mascaba chicle. Sandra, sonrió encantadoramente a Charlie.

—¡Holaaaa! —dijo ella con voz alegre— ¡Y bienvenido a nuestro vecindario! Vivimos al lado. Este es mi esposo, Perry —Perry extiende su mano y Charlie la estrecha— Ella es nuestra hija mayor, Courtney —Charlie le da la mano a la adolescente— Nuestro hijo más joven, Norman, se ha ido a caminar o algo. Mi nombre es Sandra. Somos la Familia Babcock.

Mel caminó hacia la puerta y se detuvo junto a su esposo

—Hola que tal... ¿quiénes son?

Sandra iba hablar cuando Courtney le gana a su madre:

—Vivimos al lado de ustedes. Somos sus vecinos, duh —afirma, abriendo su celular para enviar mensajes de texto nuevamente. Mel y Charlie se miran entre sí, y luego miran a los vecinos,

—Um ... ¿les gustaría ... entrar? —preguntó Mel, abriendo más la puerta para ellos.

Sandra colocó las bandejas sobre la mesa en el comedor, mientras que Mel tomaba algunos platos para servir los bocadillos. Luego de que Charlie estuviera un buen rato terminando los detalles del papeleo de la casa con Perry, todos pronto comenzaron a comer. Mel decidió hablar.

—Entonces —comenzó— ¿Cuánto tiempo han estado viviendo aquí?

Perry levantó la vista de su plato.

—Desde que conozco a esta mujer— Señaló a su esposa, antes de comenzar a comer su porción de mini pizza. Sandra rodó los ojos.

—¿Entonces... dicen que también tienen un hijo? —pregunta Charlie.

Sandra le asiente con una sonrisa.

—Mi pequeño y valiente bebé —dijo con voz encantadora— Tengo una foto de él. ¿Quieren verla?

Mel asintió y Sandra comenzó a buscar en su bolso. Sacó su billetera y le extiende la foto.

—Aquí está ¿No es simplemente apuesto?

Mel tomó la foto y la miró por un rato. Luego jadeó la cabeza y se vuelve hacia su esposo.

—Charlie. ¡Este es el chico de antes!

Sus vecinos los miran confusos, mientras que Charlie mira a su esposa con ojos como platos.

—Querida no...

Mel apunta a su esposo

—¡Casi atropella a su hijo! —dijo antes de poder frenar las palabras.

Los Babcocks casi se ahogaron con su mini pizza.

—¿QUÉ? ¡OH MI HIJO! —Sandra casi entró en pánico, pero Perry tomó su mano para calmarla.

—P-pero no te preocupes, mi esposo aquí pudo detener el auto justo a tiempo —protesta Mel. Charlie miró a Sandra y Perry con nerviosismo. Mel, sin embargo, les dijo lo que no quería su esposo:

Los alucinantes mundos de Norman y CoralineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora