Capítulo 6 | Si nadie se entera

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Luego de varias copas podríamos decir que todos en la fiesta estábamos borrachos. Yo tenía la suerte de vivir al lado, sino no podría llegar, literalmente apenas me acuerdo de mi nombre.

-Joel, quiero ir al baño.- le dije mientras hacía un puchero para que esté me llevara. Él era el menos borracho.

-Okey, toma mi brazo, tenemos que pasar por toda esa gente, no te me vayas a perder.- Me pidió y le hice caso.

Sentí que los tres minutos intentando pasar a las personas se hicieron horas. Mi vejiga estaba por explotar.

-Llegamos.- Me avisó y abrió la puerta. Escucho sonar una de sus canciones preferidas y comenzó a bailar solo. Sin dudarlo le dije que vaya, ya iba a saber cómo volver.

Entre e hice lo que tenía que hacer. Lave mis manos y mi cara para intentar volver un poco a la realidad.

Luego de ¿10 minutos? ¿15? ¿5? No recuerdo bien, pero luego de unos minutos logré lo que quería y salí directo a donde se encontraban todos, pero una voz que provenía de uno de los cuartos con la puerta cerrada llamó mi atención.

Me acerqué y abrí sin golpear.

Allí estaba él. Retocándose el maquillaje.

-¿Qué haces acá?- Me gritó. -Cierra. ¡Cierra la puerta por Dios!- se levantó en mi dirección, me tomó del brazo, me corrió y luego cerró la puerta.

Me reí. Creo que todavía estaba bajo los efectos del alcohol. De todas formas, él se rió conmigo.

-No deberías estar aquí.- Me dijo mientras me soltaba poco a poco. -Menos conmigo en este estado.

-¿Qué estado?- le pregunté y él volvió a reír.

-Borracho.- Me respondió. -Y veo que tú también. Nunca tienes eso de no entender las cosas, siempre lo entiendes a la primera y eso es una de las cosas que envidio de ti.

Esperen. ¿Realmente el chico más hermoso del instituto me estaba diciendo que me envidiaba? El alcohol le hace mal.

-¿Qué tiene que estemos borrachos? Creo que es mejor.- Comenté.

-¿Por qué mejor?

-Porque somos más sinceros.- dije mientras me fui acercando a él. Debía aprovechar la situación.

Dió un paso hacia atrás. -Realmente no deberías estar acá. Esto no te conviene, rata.

-Yoandri.- lo interrumpí y me miro de manera extraña, sin entender. -Yoandri me llamo.- Aclare y su gesto se transformó en una sonrisa.

-Se bien como te llamas, solo que así es más divertido.- confesó y esta vez el del gesto enfadado era yo.

-Oye deja de hacer eso, das ternura.- Automáticamente después de que me dijo esto hice puchero. Realmente era la cara más tierna que lograba hacer. Él mordió su labio inferior. Era increíblemente sexy.

Todo estaba en silencio. Él se acercó, poco a poco a mi. Parecía muy decidido. Mi corazón comenzó a latir rápidamente. Sentía que en cualquier momento saldría de mi pecho.

Tomó mi mejilla y siguió dando pasos, hasta que nuestros cuerpos quedaron muy cerca y nuestras respiraciones comenzaban a mezclarse.
Miraba mi boca. Yo miraba la suya. Mis nervios se apoderaron de mí, tanto que no podía moverme y él tampoco lo hacía. Simplemente quedamos ahí.

Cerca, muy cerca, hasta que me decidí y rompí los pocos centímetros de separación que habían entre nosotros.

Mis torpes labios intentaban seguir a los suyos como podían. Mi corazón estaba latiendo muy fuerte. Mis nervios seguían ahí, pero esta vez yo gané la partida.
Un beso muy apasionado y deseado por mi estaba ocurriendo. Me relajé y lo disfrute lo más que pude.
Sus labios rojos y suaves acariciaban a los míos. Era tan perfecto.

Hasta que lo arruinó.

Ivan se alejó de mí y se dio la vuelta. No entendía que estaba sucediendo.

-¿Está todo bien?- le pregunte mientras tocaba su hombro.

-Emm, no, no creo que lo esté, te dije que no tenías que estar acá conmigo así. Por favor Yoandri, retírate.- Me pidió mientras abría la puerta.

-¿Qué hice mal?- pregunté.

-Nada. Solo, anda. No le digas a nadie por favor. Que nadie se entere.- Me pidió nuevamente, sin mirarme a los ojos.

Salí de la habitación. -Tranquilo, nadie se va a enterar. Perdóname, no quería que te sintieras así.

-E-Esta bien. No pasa nada.- miraba al piso. No entiendo que había pasado. Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. No me gusta que haya quedado todo así.

-Me gustaría hablar de lo qué pasó, quizás cuando estés mejor.

-¿Qué? Acá no pasó nada. ¿Qué hablas?- Me dijo y levantó su vista, logrando ver mis ojos cristalizados. -Em, perdón si te confundí, pero esto no cambió nada. Vos seguís siendo el rata. Esto no significó nada.- Me dijo logrando que una lágrima caiga por mi mejilla derecha.

Me di vuelta y me fui. No quería seguir en este lugar. Tenía que encontrar a Joel y a Johann e irme a mi casa.

Irreal pero fantástico | IvandriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora