Sin dudarlo disfrute ese maravilloso momento. Aunque, por otro lado sabía que no me convenía.
Sus dulces y suaves labios guiaron a los míos, hasta el momento de separarnos por falta de aire.
Iván me miró y sonrió, solo me atreví a devolverle la sonrisa y mirar para otro lado.
Me levante y me fui a la cocina."¿Qué acaba de pasar? ¿Qué acabo de hacer?" Me preguntaba a mi mismo mientras daba vueltas, esperando que el agua se caliente y así poderle hacer un café a Iván.
Si Joel se enteraba de esto, me mataría.
El ruido del agua ya hirviendo me saco de mis pensamientos. Sea lo que sea lo que había pasado me había dejado una pequeña ilusión, aunque sabía que no debía dejar que crezca.
Ya con el café preparado, subí nuevamente al cuarto de Iván.
-Em... Toma.- le dije mientras acercaba la taza de té hacía él, sin poder mirarlo a los ojos.
-Gracias.- Me respondió intentando buscar mi mirada. Fue nulo.
-Si te sientes mejor me iré a mi casa.- los ojos de Iván se abrieron mucho.
-Em... Aún me siento mal y mareado.- comentó y luego hizo un tipo de tos forzada. Él estaba... ¿mintiendo?
-Okey.- largue un suspiro y me levanté de su lado. -Debes dormir.- ordené, y el mayor asintió. Me di la vuelta y fui rumbo a la cocina.
-Si quieres puedes quedarte.- Me habló, logrando que me detuviera y diera media vuelta para mirarlo.
-¿Quedarme?- pregunté.
-Sí, ¿qué tiene de malo?- Habló muy nervioso. -Los chicos se quedan en la casa de los chicos, es normal.- terminó.
Asentí, tenía razón. Esta noche me quedaría en la casa de Iván Lam, mi mayor amor.
—————
Así pasó el resto del día. Iván acostado, y yo haciéndole tés y cafés para que mejorara. También fui a comprarle medicamentos para que tomara, así todo se le iba a ir más rápido.
-Ivan.- lo llame, aunque esté estaba durmiendo y no quería molestarlo, necesitaba que me diera algo para dormir y que me indicara dónde me quedaría. -Ivan.- lo volví a llamar, aunque esta vez, con un tono más alto, logrando que este despierte.
-Mhm.- murmuró mientras frotaba sus ojos.
-Perdón, pero necesito que me des algo para dormir y me digas donde puedo quedarme.- le pedí.
-Si claro.- habló mientras se ponía de pie. Miro su ropero, buscando algo que pudiera quedarme a mi. Me analizó de pies a cabeza, parecía que solo con mirarme podría saber de qué talla soy.
-Okey, no tengo muchas cosas para ti, pero creo que esto te servirá.- dijo mientras me acercaba un buzo gris y un pantalón que parecía ser una pieza de algún pijama. Fui al baño y me cambié.
*POV IVAN*
Sentía que mi cabeza estaba por explotar, realmente, pero mejoró mucho desde que Yoandri me ayudó.
Es... él es...
No, no tengo palabras para explicarlo.
Un día normal, vi a Yoandri parado fuera del instituto, se veía tan tierno e indefenso que me dieron ganas de cuidarlo por siempre. Aunque, por otro lado, se encontraban mis amigos, creo que el que más entendía de todo esto era Erick. Supongo que ya sabrán que él está locamente enamorado de Pimentel, desde el día que lo vio por primera vez.
En fin, esto no se trata de ellos.
Mis amigos comenzaron a burlarse de él, y cada día aumentaban más las cosas que le decían. Me daba mucha lástima, pero las veces que intenté defenderlo levanté muchas sospechas, y verdaderamente no podría pasarme eso. Es que, soy el chico más popular de la escuela, con una novia hermosisima, y mucho dinero para gastar. Mi reputación no podía quedar manchada de esa forma. Si alguien se enteraba de mi amor secreto por Yoandri todo se acabaría, así que decidí seguir con las bromas de mis amigos, aunque no salió tan bien, ya que mi novia terminó conmigo al enterarse de mi secreto.
Seguro se están preguntando ¿Cómo lo supo? y la verdad, ni yo lo sé. Un día simplemente me dijo que debíamos terminar la relación porque no aguantaba más que mis ojos no sean solamente para ella, así que, sin decir más, nos separamos.
Él era mucho más de lo que yo esperaba.
—-
Yoandri salió del baño sacándome de mis pensamientos. Verlo con mi ropa me parecía muy tierno y a la vez extremadamente sexy, es que, todo le quedaba grande.
Si hablamos de pantalones podríamos decir que de seguro ambas piernas de Yoyo entraban en una sola de mi pantalón, y si hablamos de la camiseta que le presté... bueno... en ella seguro entraban 4 Yoandri's.Largue una carcajada y este frunció sus cejas. Estaba enojado.
-¿Por qué te enojas?- le pregunté cuando logré parar de reír.
-¿Es broma?- Me gritó. -esto me queda ENORME Ivan.
Volví a reír. Realmente lucía tierno. Yoandri se cruzó de brazos.
-A ver, probrecito.- dije mientras me acercaba a él, con los brazos abiertos, directo a abrazarlo.
*POV YOANDRI*
Los brazos de Iván rodearon mi cintura, y yo apoyé mi cabeza en su pecho. Fue un día muy largo y solo quería dormir, pero Ivan lo hacía imposible.
-Te ves lindo así vestido.- Habló sin despegarse de mi. -creo que deberías ir así vestido al instituto.- aunque no quise, sonreí.
Nos quedamos abrazados unos minutos más. No me quería despegar de sus brazos.
Iván me separó un poco de él, logrando que quedemos demasiado cerca y que nuestras respiraciones se mezclasen.
Hice punta de pie para acercarme un poco más a la altura de Iván y uní nuestros labios.
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Irreal pero fantástico | Ivandri
FanfictionIvan: Típico jugador de fútbol americano, popular y amante del makeup por las noches. Yoandri: Nada popular, sin amigos, amante de Ventino y Tini Stoessel. Vecino y acosador de Ivan