El castaño lo tomó de la mano, arrastrándolo al centro de la sala del pequeño apartamento que había sido su hogar desde que llegó a la Tierra, hace ya casi cuatro meses.
El tiempo más maravilloso de toda su larga existencia. Sólo porque estaba con Bucky.
Aunque debía confesar que su primera impresión de aquel mundo no fue la mejor, es decir, las personas atiborradas, las construcciones innecesariamente grandes, la ausencia de vegetación y animales, el aire tan sucio. Todo tan distinto a su hogar.
Pero con el tiempo comenzó a agradecerle a la Fuerza Superior por haberle encomendado protegerlo, por haberle permitido conocer a este terrícola maravilloso, único, que ni en todos sus viajes a través de tantas dimensiones había soñado en conocer.
-Steve, rodea mi cintura, así –dijo pasando su brazo por su propia cintura. -Tú otra mano aquí, junto a la mía –entrelazó ambas.
El mencionado pasó saliva al tiempo que sentía su rostro calentarse.
Bucky pasó su brazo por el cuello del rubio.
-¿Q-Qué haremos, Buck? –dijo tratando de que su voz no denotara lo nervioso que estaba. Era un guerrero, maldición, pero había llegado a la conclusión de que el castaño tenía el poder de desarmar todas sus defensas.
-El otro día te vi observando la televisión y estaban bailando, parecías muy entusiasmado –explicó.
-¿Me espías? –sonrió divertido.
-Ya quisieras.
La música comenzó a sonar y Bucky comenzó a moverse.
-¿No bailan de dónde vienes? –preguntó el ojigris de repente.
-No –dijo intentado concentrase en lo que Bucky hacía.
-Se nota –le sonrió divertido.
-Idiota -bufó. -Y no, no lo hacen, al menos no así.
-Qué quieres que te diga, adoro esta música. Sé que es anticuada, pero... me gusta.
-Sí, a mí también me gusta –dijo mirando directamente a Barnes. Confesándose.
Y es que debía admitir que el terrícola le gustaba, no... lo amaba.
Debía admitir que pensaba en él todo el tiempo, en su hermoso cabello castaño, su voz, sus gestos, su forma de ser, en cómo se sentía completo estando con él, en cómo se acoplaban perfectamente.
Pensaba en sus hermosos ojos, tan únicos, en su perfecta boca y en cuantas veces había deseado tocarla con la suya.
Debía admitir incluso, que había pensado cosas con el castaño que ni siquiera sabía que podía desear. Su cuerpo desnudo debajo del suyo, sus manos recorriendo y su boca besando cada centímetro de esa blanquecina piel.
Barnes alzó la mirada, al oír esas palabras. El gris se encontró con el azul y Steve sintió que estaba donde pertenecía, era consciente de que ese no era su mundo, pero ahí estaba Bucky y estaba seguro qué pertenecía donde estuviera él. Su lugar estaba a su lado.
No supo en qué momento sus rostros comenzaron a acercarse, sólo supo que sintió el aliento de Bucky mezclándose con el suyo y luego sus labios rozándose, sus bocas besándose.
Sintió esa calidez que tanto caracterizaba al castaño envolviéndolo, llenando su ser, dándole paz, gritándole hogar. Jamás en su larga existencia había experimentado algo así.
-Steve –susurró el castaño cuando se separaron.
-Te amo –dijo sin más. Su voz denotando su seguridad.
El ojigris lo miró a los ojos y volvió a besarlo, esta vez con más intensidad.
-Yo también te amo, Stevie –susurró sobre sus labios.
Y eso fue todo lo que Steve necesitó para confirmarlo. Se quedaría allí con Bucky. Ya no importaba que fueran de mundos distintos, todo lo que necesitaba y siempre anhelo estaba allí con el castaño y se prometió que haría lo que sea por conservarlo, por estar con el hombre que amaba.
Bueno, espero que las haya gustado, es la primera vez que escribo de esta temática y la verdad fue bastante divertido.
Eso.
Tschüss
Mara~~
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Fictober Stucky
FanficHola Bueno este libro es, como dice el título, para el Fictober Stucky. Es la primera vez que me animo a publicar y espero les gusten estas historias. No serán todos los días :( pero espero y les gusten. Disculpen la portada que aún no me manejo muy...