Corría a todo lo que las piernas le daban, sus tropas habían sido dispersadas o asesinadas. Todo había sido una trampa, habían sido guiados a ese lugar sólo para una emboscada.
Podía escuchar los gritos de las tropas enemigas persiguiéndole.
El peso de su armadura y la nieve bajo sus pies le dificultaban correr, odiaba huir de una pelea, jamás lo había hecho, pero esta vez fue necesario, debía avisar a su rey de la treta y que el ejército enemigo se acercaba.
Se detuvo en seco cuando llegó a la entrada de la llamada selva negra, aquel bosque supuestamente encantado del que nadie había salido con vida. Había oído muchas leyendas sobre criaturas tan aterradoras que no se podían describir, algunos hablaban sobre un viento frío y mortal, otros decían que el bosque era capaz de llevar a la vida tus peores miedos, pero todos coincidían en algo, hablaban de un hombre que habitaba ahí, un guerrero letal, un arquero que jamás fallaba un tiro, quien resguardaba el tesoro que descansaba en aquel lugar. Le llamaban Lobo Blanco.
Escuchó los gritos aún más cerca y decidió que todo aquello eran tonterías. Sus ojos azules se encendieron con determinación y decidido dio el primer paso y se adentró en el lugar.
Llevaba ya caminando un largo rato, la niebla le dificultaba ver el camino y la nieve a ratos impedía su paso, pero estaba decidido, debía cumplir y avisar a su rey, se lo debía a sus compañeros caídos.
El sonido de la hierba moviéndose a unos metros de él lo alertó, el corazón comenzó a latirle rápido. Recordó las leyendas, pero sólo eran eso ¿verdad?
Palideció y las manos comenzaron a sudarle cuando el sonido se intensificó y escuchó un gruñido. Sacó su fiel escudo lentamente, tratando de parecer calmado y esperando que sea lo que fuera esa cosa se largara.
Retrocedió lento, anteponiendo su escudo delante de él, era la única arma que llevaba consigo.
La criatura saltó, logró esquivarla por poco y se echó a correr. Creyó ver una cola como de serpiente y unos horribles dientes, no sabía que era, pero no se detendría a pensarlo.
Siguió corriendo a todo lo que sus cansadas piernas le daban, sentía el pánico y la adrenalina en su cuerpo y podía escuchar su propia respiración agitada.
De pronto, sea lo que fuere esa cosa lo tiro al piso, se cubrió con su escudo, intentado defenderse, pero parecía inútil, la criatura era fuerte. Trató de luchar, pero al parecer su muerte era inminente.
Siguió forcejeando y escuchó a la cosa gritar para luego salir corriendo.
Una flecha disparada con precisión había dado en un árbol cercano, asustando a aquel ser. Bajó su escudo y se volteó hacia el origen de aquella flecha.
Ahí fue cuando lo vio.
Su figura vestida con ropajes negros resaltaba en aquel paisaje blanquecino de invierno, su cabello castaño suelto llegaba casi hasta sus hombros, su piel pálida que resaltaba aún más sus labios rosas, enmarcados por una tenue barba y sus ojos de un color que no podía definir bien, ¿quizá si se acercaba más podría hacerlo?
-¿Quién eres tú?
Su voz resonó por aquel silencioso lugar y lo hizo estremecer.
-S-soy... Me llamo Steven Rogers, soy un soldado. –respondió, tratando de que su voz sonara firme.
-Y dime, soldado Steven Rogers, ¿qué haces en este lugar? –preguntó.
-Vengo de una guerra. –contestó, aún hipnotizado por la belleza de aquel hombre. –Tú... ¿Tú eres el famoso Lobo Blanco? –se aventuró a preguntar no muy seguro.
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Fictober Stucky
FanficHola Bueno este libro es, como dice el título, para el Fictober Stucky. Es la primera vez que me animo a publicar y espero les gusten estas historias. No serán todos los días :( pero espero y les gusten. Disculpen la portada que aún no me manejo muy...