Como magia

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En medio de todos,
ella observaba el juego.

No era de piel morena,
su piel era clara,
lo suficientemente clara
para tatuar en ella mil poemas.

No tenía grandes senos,
pero en ellos,
tenía un extraño desvío
hacia su sonrisa,
cómo una carretera, cómo una curva,
pero con magia.

Su cabello no era liso,
pero sus rizos,
hacían caer a cualquiera
en su hermoso desorden,
hacían que dieras vueltas en sus ojos,
que te perdieras en su mirada,
cómo magia,
cómo un hechizo.

Su figura era un recorrido
adornado con curvas mortales,
con ciertos peligros,
con los que no me importaría
correr el riesgo.

Su belleza
estaba fuera de la monotonía,
su belleza era cómo magia.

Me miraba,
me miraba como si supiera
que escribía sobre ella,
y en un abrir y cerrar de ojos,
la perdí en medio del público,
cómo magia.

Allí termine mi escrito,
sobre alguien que quizás
jamás conozca.
Y la partida de tenis,
volvió a ser lo más importante.

FUEGO Y ESTRELLASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora