•ZAFIRO•

Capitulo 3

Verlo frente a mí no fue algo que yo estuviese esperando, vamos hacían más de 3 años que desapareció, se fue, se esfumo.

Ok entendimos psicópata.

Necesito pensar algo rápido.

Córrelo.

- ¿Exactamente que deseas decirme a ver?

-Déjame pasar por favor es una larga historia y sé que estas predispuesta a no escucharme, pero necesito que lo hagas.

Dentro de mi todo era un caos, no sabía cómo organizar mis ideas, estoy tratando de superar tantas cosas, tantas situaciones y de repente la causa principal de todo esto aparece en mi puerta.

No te atormentes, mantén la calma.

-No es el mejor momento para que pueda hablar contigo, estoy ocupada y estoy esperando a alguien, si me disculpas, tengo cosas muchísimo más importantes que hacer que estar aquí parada hablando con un completo desconocido para mí, necesito que te retires, perdón por el tuteo, retírese de mi vista y no lo quiero volver a ver más por acá.

Sin más cerré la puerta y me apoyé en ella, sentía que todas las fuerzas de mi cuerpo se agotaron en esas palabras.

Que cruel. Así me gusta.

Antes de que empecéis a juzgarme todos yo no me esperaba esto. en lo absoluto, es como si alguien se hubiera desaparecido de la faz de la tierra y de repente haga acto de presencia en tu caótica y trastornada vida, he de decir a mi favor que si alguien tiene intención de arreglar sus desastres hace más de un intento en resolverlos, sé que regresara así que me calmo, realmente lo extrañe pero sé que nuestra amistad era lo más tóxicamente toxico que me permití vivir y que directa o indirectamente me llevo a ese suceso, no quiero culparlo a él , más bien la culpable fui yo por permitirle tanto acceso a mi vida, por restringirme a tal modo que se volviera el centro de mi vida y opacara todo a su paso y me obstaculizara mi libertad, no quiero agradecer por eso que paso porque me cambio la vida, más bien he de decir fue una experiencia traumática que me abrió los ojos, es como si hubiera sido ayer, es algo que no olvido y aun lo siento en mi piel, los olores, las sensaciones... siento tantas cosas que no quiero sentir.

Eric.

Toda mi niñez estuvo ahí y no miento, desde que tengo uso de razón lo recuerdo, vivía a unas cuantas casas de la mía, y se convirtió en mi mejor y único amigo, era sobreprotector y como un hermano mayor para mí, tiene dos años más que yo y sentía que eso le daba derecho a manipular todo a mi alrededor, soy hija única y mi madre y sus padres son muy cercanos y digamos eso era más que un motivo para que siempre estuviéramos cerca y cuando mi madre trabajaba yo me quedaba con ellos.

Los años fueron avanzando y yo me hacía más grande, cuando llegue a la pubertad aún era muy inocente y éramos solo unos niños pero él se hizo adolescente primero que yo, y siempre pululaba a mi alrededor, yo lo veía normal pero ahora entiendo que aquello era enfermizo, su posesividad era tal que no permitía que ni niños o niñas se me acercaran, una vez le cuestione y me dijo que yo era su más preciado tesoro y no quería que nadie me dañara, que me mantuviera alejada de todos ellos, esas palabras llenas de control y egoísmo para mi eran de halago y me mantuve aislada de todos siempre, porque me convencí de que él era suficiente. Aun no entiendo como un niño de solo 14 años puede estar tan enfermo y ser tan egoísta, sus conductas con los demás eran despectivas y arrogantes, y ahora que analizo sus actitudes y conductas lo veo con total claridad.

Él tenía muchos amigos y de todo tipo, en lo personal cuando veía que se le acercaban más chicas, sensaciones raras dentro de mí se sentían.