NARRADOR
Perla tocó a la puerta con mucho cuidado tratando no tirar nada de la bandeja. Esperó un rato y finalmente la puerta se abrió.
Una chica castaña que ella recordaba haber escuchado que se llamaba Karina le sonrió.- Le traigo la comida a la señora.- Karina se hizo a un lado para permitirle paso a la empleada.
Perla sabía lo que tenía que hacer. No era la primera vez que le tocaba traer la comida a la habitación de la aún luna de la manada. El último mes se la había pasado en la habitación, así que esto lo había hecho casi por lo menos una vez al día. Habían cruzado palabra algunas veces, Perla creía que era una buena chica, una con una tristeza en el Alma, pero buena chica.
Ella dejó la bandeja con comida en la mesita de noche, le sorprendió ver a la chica levantarse de golpe para ir a comer. Ella sonrió el embarazo le había abierto el apetito.
Ella se dio cuenta de que no estaban solas y borró su sonrisa enseguida y caminó a la salida.- Oye.- Karina llamó a Perla antes de que saliera.
- Dígame señorita.- Se giró con las manos entrelazadas delante de su mandil y su mirada en el suelo.
- ¿No sabes si Zeth está en casa?.
- Según sé, salió desde la mañana y no a vuelto.- Le contestó con la mirada en el piso, la servidumbre no estaba autorizada para ver a sus superiores a los ojos. Eso se consideraba una falta de respeto.
- ¿Puedo pedirte un favor?.- Ella asintió.- Pero vamos chica levanta la vista, mírame.
- No se me permite hacer contacto visual con mis superiores.- Dijo ella encogiéndose de hombros.
- No soy tu superior, para tu manada soy incluso menos que nada.- La voz agria de la chica la hizo levantar la mirada.
- Por su puesto que es superior, es la mate del beta, eso le da una posición.- Karina entrecerró los ojos y ella le dedicó una sonrisa.
- No soy...- Karina sacudió la cabeza un poco.- Olvidalo. Solo podrías avisarme cuando el alfa esté aquí.
- Por supuesto.- Ella sonrió.- Si no se les ofrece nada más me retiro.
- Perla puedes llevarte la bandeja si gustas, para que no tengas que subir de nuevo.- Samantha había terminado de comer, y a Perla eso le dio gusto. Era la primera vez que se terminaba todo.
- Señora no se tomo el jugo, ¿Quiere que se lo deje para más alrato?.- Pregunto tomando el jugo y pretendiendo dejarlo en la mesita.
- No, está bien. El olor me da náuseas.- Samantha hizo una mueca de asco a lo que Perla sonrió.
- Esta bien, en su estado es normal.
Perla tomó la bandeja con los restos de comida y salió de la habitación. Ella estaba apunto de bajar las escaleras del segundo piso cuando se encontró a su hermana subiendo la comida de Karol. Subía las escaleras con mucho cuidado de no tirar nada.
- ¿Ya?.- Pregunto su hermana apenas llegó arriba.
- Si, se devoró la comida, el embarazo supongo.- Se encogió de hombros.
- Demonios olvidé el jugo. Si no te veo el vaso no me acuerdo.- Rodo los ojos. Con el trabajo que daba subir las escaleras con la comida y tendría que bajar y subir de nuevo.
- Puedes llevarle este, la señora ni lo toco. El solo olor le dio náuseas.
- Si, no creo que se dé cuenta, además no es bueno desperdiciar.- Paula tomó el jugo y lo puso en la bandeja que llevaba.

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Una Simple Y Débil Humana
Fantasía"UN DEMONIO SIEMPRE SALDRA DEL INFIERNO PARA BUSCAR A UN ANGEL" ¿Que consecuencias traerá que un lobo con sangre demoníaca encuentre a su mate? ¿Qué consecuencias traerá que sea una simple y débil humana? Pero, ¿Lo es? Hay un viejo dicho que dice: "...