Capitulo 24

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—Esta mejor que el motel de Brasil.

Dimitri observaba el interior de mi casa en Sandstep, habíamos llegado hace unas horas y no había querido quedarnos en un hotel. No había necesidad, después de todo mi casa era la mejor opción, era pequeña, pero nos acomodariamos todos aquí, o por lo menos eso esperaba, eramos más que la última vez, considerando que en este viaje se unió Lía y Simón.

— Deja de quejarte, nadie te invitó a venir.— Connor le paso por un lado cargando algunas maletas.

—¿Desde cuando el emperador de los vampiros necesita invitación? — Considerando que Dimitri no quería ser el líder de los vampiros le gusta estarlo recordándolo cada cinco minutos, quizá sólo por molestar a Connor y Zeth.

Zeth entró después de Connor cargando dos pequeñas bolsas con nuestras cosas. Apenas entró miró todo a su alrededor y sus ojos se detuvieron en mí.

Que recuerdos.

Ante las palabras de Zeth en mi mente, vinieron a mí recuerdos. Había pasado ya un tiempo y aún recordaba cada detalle de cuando él vino a esta misma casa.

Yo incrédula de todo este mundo, mi vida anterior parecía un sueño ahora. Veanme ahora con un vampiro, tres Lobos, un brujo y una híbrida. ¿Quién lo diría?

Mire a Zeth y le sonreí.

—Comencemos a hacer el hechizo de rastreo. — Karina caminó a la pequeña mesa de madera que estaba en medio de la sala y extendió un pequeño mapa del pueblo. Tiro un poco de lo que parecía tierra negra encima de este. — Simón, ¿Abdón te dio el hechizo?

El mencionado acomodó sus gafas en el puente de su nariz y asintió. Camino hacía ella y se quito una mochila que traía en su espalda y comenzaron a lanzar palabras en latín. Los demás los veíamos atentos.

De pronto una chispa brillante que entraba por la ventana de la cocina llamó mi atención. Desde la pocision donde yo estaba era posible verla, creo que los demás no. Aprovechando que todos estaban muy atentos a lo que Karina y Simón hacían me dirigí a la cocina. Zeth se dio cuenta pero le sonreí e indique con la cabeza que iba a la cocina, él solo asintió en aprobación.

Entre a la cocina y busque por los lados esa pequeña luz, no la encontré.
En su lugar estaba esa chica que Connor y yo habíamos conocido el día que Zeth anunció lo de su hijo con Karol. La chica hada.

—Hola.

Saludo con simpleza, su voz era tan tierna. Y se veía así, con su vestido de seda tan fina, blanca y brillante. Su cabello tan rubio casi blanco amarrado en un chongo a la altura de su nuca.

—¿Hola? — Mi saludo sonó mas a pregunta, pero me daba curiosidad que hacía ella aquí, estaba lejos de casa. — ¿Nos has seguido?

Ella asintió y observó la cocina de un lado a otro, no con miedo si no más con curiosidad.

—Mi reina se entero de su partida y a encomendado la tarea de acompañarla. — Contestó sin mirarme. Aún estaba concentrada en los detalles de mi vieja cocina. — Este lugar está realmente descuidado y mal decorado.

Fruncí el seño ante su comentario. ¿En serio iba a ponerse a criticar mi cocina?

—Si, bueno. Hace mucho tiempo que no se usa. — Ella me miró

— Hablo de la decoración— Señaló con desagrado al rededor. — ¿Cómo pueden cocinar aquí?— Sacudió su cabeza como si borrará ideas — No se preocupe mi querida Arconte yo puedo ayudarla a mejorar este lugar.

Y me sonrió.

Antes de que pudiera siquiera responderle, sentí solo el viento aventar mi cabello hacía enfrente debido a la velocidad con la que Dimitri entró a mis espaldas por la puerta y parase enfrente de la chica hada. Casi en segundos, Zeth me sostenía a mis espaldas y Connor a apenas un metro de distancia entre yo y Dimitri.

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⏰ Última actualización: Jul 02, 2022 ⏰

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