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Mi nombre es Choi SulHye, 22 años recién cumplidos, acabada de mudar a la ciudad, estudiante en la Universidad Nacional de Seúl, no me gustan los deportes, mi sueño era ser idol (cuanta originalidad), audicioné en Hit It 7 de la empresa BigHit y salí con un odio profundo hacia el Donghyuk -ese hijo de puta-, más conocido como Supreme Boi. Por cierto, me fue como la mierda en la audición y salí odiándolo porque él se encargo de hacerme saber que no era buena rapeando, aunque mis letras y ritmos no eran tan malos. Pero ya quedó en el pasado, han sido dos años de eso y ahora soy una miserable negociadora internacional, o eso intento pero la presión me está matando.

Estoy en mi cama siendo noche buena, bebiendo Soju y Makgeolli al mismo tiempo, sin haber cenado.
Ya siento la cabeza dándome vueltas y el cuerpo abatido.

Mis padres se quedaron a vivir toda su vida en Hanam, mi hermana mayor se largo a Reino Unido desde que pudo y mi primer hermano de parte de padre nunca ha venido a Corea. Salí de Hanam hace unos pocos meses, a penas estoy terminando mi primer semestre y siento que el mundo está en mi contra.
Es mi primera navidad sola y no tengo dinero ni para poner datos, el internet del edificio es demasiado lento como para siquiera ver un vídeo por YouTube en 240p, mis pocos amigos se cambiaron de carrera y universidad, unos cuantos se fueron lejos del país a pasar las vacaciones y yo sigo embriagándome en el lodo.

Di la vuelta viendo mi poster de BTS, ¿por qué son tan geniales? Es injusto que unos nazcan con un don por explotar y otros no tengamos nada. Aunque como dije anteriormente era buena escribiendo letras y haciendo pistas musicales pero ya ni eso sé hacer, fui obligada a estudiar negocios internacionales por mi madre y creo que eso me dejó sin deseos de hacer algo que verdaderamente me gustase.

Para serles sincera a veces he pensado en tirarme de un puente de esos pero ya cuando los vas cruzando no están como antes, ahora están electrificados, tienen teléfonos y palabras bonitas que siempre me hacen devolverme a mi cuatro para derrochar mierda. No tomo el suicidio como un juego, pero mi vida si.
Por lo menos siempre que estoy en este estado de embriaguez.

¿Alguien me estará extrañando?

Tomé mi celular recordando que la compañía del celular me había regalado minutos nacionales para llamar, debería llamar a casa.
No, joder en este estado no.. bueno, no importa.

— ¿Si? —al tercer pitido se escuchó la suave voz de mi vil madre.

— Mmammiii, soy Hye. —estiré los brazos en la cama, imaginándome un abrazo de bienvenida.

— ¿HyeSun? —fruncí el ceño sentándome en mi colchón.

— No tu hija la vieja, tu tesorito más pequeño.

— Aah, SulHye, hola amor, disculpa es que acababa de hablar con tu hermana que llamó. —¿a esta hora? miré mi reloj, seguro acababa de llegar de una de esas mega fiestas que se montan sus amigos extranjeros.

— Ah, okay.

— ¿Cómo estás amor, cenaste?

— Sip. —me mordí la lengua luego de responder, mi madre suele identificar cuando miento.

— SulHye. —alargó al final en modo advertencia, joder.

— Si. Mamá, ya cené, te estoy diciendo la verdad. —se me fue el poco aire cuando me lancé hacia atrás.

— ¿Hiciste cena? Del dinero que te mandé te quedó algo para hacerte una cena SulHye. —suspiré pesadamente.

— Si mamá, ya te dije que cené. —me incorporé viendo las botellas de Soju en la orilla de la cama, tomé mi cabeza en manos al sentirme mareada, tengo que colgar ya. Bueno, mamá, sólo llamé para ver qué tal la pasabas. Yo estoy algo ocupada limpiando y necesito terminar. —di vueltas en el mismo lugar con algo de desesperación, en verdad no me siento para nada bien.

— Sul...

— Feliz noche buena, mañana hablamos. —colgué rápidamente y corrí al baño lanzandome a subir la tapa del inodoro para desahogar mi pobre estómago.

Joder.

Luego de tomar un par de respiraciones profundas y volver a devolver todo un par de veces más me puse de pie bajando la cadena del baño para seguidamente verme en el espejo. Una ojeras horribles decoran mi ya no tan pálido tono de piel en el rostro, unos cuantos granos que se veían más rojo que esta mañana y labios sin color, estaba muerta en vida.

Lave mis dientes con la cabeza dándome vueltas y el estómago ardiendo junto a mi garganta, las náuseas no se me iban y me estaba comenzando a dar hambre pero no tenía dinero.

Mamá me había enviado dinero pero solo me dio para resolver unos pagos en la universidad, el pequeño trabajo a medio tiempo que tenía en la tienda de conveniencia tampoco me brindaba la suficiente cantidad de dinero así que todo lo que trabajé lo guardé (traté de guardarlo todo alimentandome sólo de ramen y agua) pero de igual manera se fueron junto a casi todo el dinero que mi mamá me envió para la universidad.

¿Qué iba a hacer ahora?

Mañana tengo que ir a una cafetería cercana en la cual solicité trabajo durante este fin de año, me dijeron que me tendrían a prueba este último mes y pues si hago mi trabajo bien me dejarían fija con horarios cómodos para mis clases y un pago suficiente. Solo oremos para que todo me salga bien.

Seque mi rostro antes de salir del baño y al salir tomé asiento en la orilla de la cama.

Tengo que hacer el pago del agua y la electricidad dentro de dos semanas, hace poco pagué el alquiler así que no es algo de que preocuparme por ahora. Viendo bien el lugar necesito limpiar y no tengo detergente, también necesito lavar ropa.
Algo mareada me puse de pie tomando mi monedero para ver la cantidad de dinero de la que disponía.

Es imposible que me vaya peor.

Volví a caer sentada en la cama. Aún tenía bastante agua para beber y unos cuantos paquetes de ramen instantáneo. Mañana podría bajar a comprar detergente para limpiar (y ver si así me llega la buena suerte), tal vez me quede algo de dinero.

Me dejé ir de espaldas al colchón, y me quedé viendo el techo por unos minutos.

Mis hermanos avanzaron bien, y lo siguen haciendo todo tranquilamente cada uno por su cuenta, ¿por qué yo no puedo hacerlo de la misma manera, cuál es el problema?
No quería ser la única que se quedase en casa así que cuando pude avancé a la ciudad sabiendo que no iba a ser fácil pero esto no es ni una pizca de lo que me imaginé.

Mis ojos ardieron y sin contenerme comencé a sollozar en voz alta, me estoy cansando pero no me quiero rendir, no puedo darme el lujo de hacerlo.

Giré en la cama mirando hacia la pequeña ventana donde se veían las luces parpadeando de la gran ciudad, ¿algún día viviré sin estos tipos de presiones?

¿Cuánto tiempo más tiene que transcurrir?

Noche buena es para celebrar el nacimiento del niño Jesús, ¿cierto?
Pues quiero pedirle al niño Jesús que se siente a conversar con el destinista celestial y le diga que me baje un poco de presión porque puedo explotar.

Querido destinista celestial no todos están hechos de hierro, muchos fuimos forjados como pudimos en el plástico. Sería genial si usted pudiera convertir ese plástico en cristal blindado y eventualmente en hierro.

 Sería genial si usted pudiera convertir ese plástico en cristal blindado y eventualmente en hierro

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Omnipresente.  ||  J.HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora