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— Si, estoy bien, descuida. Feliz año nuevo jaja, bye. —le colgué bajo la penetrante mirada del extraño en mi habitación, no me sabía ni su nombre.

— Sulhye. —él parecía saberse bien el mío porque siempre que tenía oportunidad me lo hacía saber—. No puedo saber lo que estás pensando, tampoco siento tus emociones. ¿Los cuerpos no perciben?

¿Qué cojones?

— ¿Qué? —sus ojos, juro que no estaba ni parpadeando—. Mira, no me sé ni tu nombre, solo por cortesía podrías decírmelo por lo menos antes de comenzar a preguntar estupideces. ¿Sigues borracho? Porque estoy comenzando a pensar que tienes algo más que alcohol en tu sistema.

No me respondió nada. Bien, supongo que dejé salir mi frustración en esas palabras.

— Sulhye, ¿por qué luego de escuchar eso me siento extraño? Una presión aquí. —se llevó la mano al pecho.

— ¡Dios! —dejé de mala ganas el celular encima de la mesa de noche y me puse de pie viéndole sentado aún en el piso. Se veía muy inocente, lo que no me estaba haciendo ni puta gracia. Todo lo contrario, tanta confusión me estaba tocando los nervios—. ¿Podrías dejar de hacer todo eso? Hablas como un tonto, ¿consumes drogas? Ni siquiera sé cómo llegaste hasta aquí, maldita sea. —caminé exasperada de aquí para allá—. Voy a llamar la policía.

Me volví a la mesa de noche dándole la espalda para tomar el celular. A punto de marcar el número de emergencias me detuve, ¿y qué coños les iba a decir?
El que amaneciera con un extraño luego de una fiesta de año nuevo no suena una excusa como para hacerles traerme una patrulla, suena más a resultado de una borrachera adolescente. No funcionará.

Mi nivel de frustración va de mal en peor, estoy sintiendo hasta calor del cólera.
Tomé aire dejando el celular en su lugar nuevamente, necesito pensar con la cabeza fría, no en este esta...

Me sobresalté mientras sentía sus brazos enredarse por mi estómago, su cabeza fue posada en mi hombro derecho. Estaba aguantando la respiración, ¿qué está haciendo?

No se cómo le llamen los humanos pero siempre lo he hecho cuando te exasperas. —mi corazón no se aceleró como esperaba, todo lo contrario, el aire me salió con tranquilidad y mi cuerpo se relajó—. Sentí que debía hacerlo en este momento, ¿te sientes mejor Sulhye?

Su voz era suave y su presencia muy cálida, se sintió mucho más familiar de lo que esperaba.



Me mordía las uñas mientras lo veía desde el otro borde de la cama, estaba oscureciendo y él aún seguía aferrado a la ventana abierta, consumiendo el aire que entraba por esta.

Me había quedado sin habla y con pensamientos demás. No se sintió morbo en el abrazo que me dio, y lo peor fue la respuesta de mi cuerpo a este. No he dejado de pensar pero tampoco quiero preguntar nada, algo me hace sentir que yo tengo las respuestas.

— ¿Podrías dejar de hacerle eso a tus uñas? Aun sé que es una señal de ansiedad, ¿qué te está poniendo ansiosa Sulhye? —tú, joder.

Ni siquiera se había movido de su lugar, no había abierto los ojos pero sabía lo que estaba haciendo.
Alejé mi mano de la boca porque no quería responderle. Lo seguí mirando cuando me percaté de que estaba tapando el póster en el lugar donde se encontraba parado. Aquel bendito pedazo de papel.

Bingo, tengo una idea.

Tomé mi celular y busqué el extraño nombre de la banda esta en Naver. Mi cerebro seguía avisándome que debían de haber siete, no seis. El aviso se intensificó cuando al darme los resultados aparecieron imágenes de los seis, junto a sólo seis nombres. Bangtan Sonyeondan, 2013, BigHit Entertainment.

BigHit, el nombre se me hacía familiar.

No se qué voy a hacer con mi cabeza, siento que me estoy volviendo loca.

— ¿Quiénes son? —subí la mirada para verlo de pie muy cerca de mi rostro—. Oh. Los chicos del papel en la pared, ¿cierto? —señaló el póster con una sonrisa simple en su rostro. ¿Por qué me hablaba con tanta comodidad?

— ¿Me conoces? —su sonrisa se frisó en su expresión, segundos después pareció derretirse en esta.

— Sulhye, claro. —bien, ahora parecía más confundido que yo. Pareciese que estaba viviendo todo en cámara lenta—. Si, sé que te conozco. Se muchísimas cosas de ti, yo.. yo las sé. —se enderezó en su lugar con un creciente ceño fruncido.

Oh Dios. Ahora estamos ambos en el mismo estado, ¿qué mierda pasó anoche? Si me acuerdo prometo no irme nunca más de fiesta.

  Ahora estamos ambos en el mismo estado, ¿qué mierda pasó anoche? Si me acuerdo prometo no irme nunca más de fiesta

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Omnipresente.  ||  J.HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora