— Sulhye, ¿quién es? sé que le conoces pero.. no creo saber con exactitud quién es. —lo miré una vez más, hay algo que me estoy saltando.
¿Qué es lo que está sucediendo en mi cabeza?
— ¿Cómo te sabes mi nombre, por qué estás aquí? —hice una pausa y creo que hasta aguante la respiración cuando este se volteó a mirarme—. No te conozco, quiero saber cómo llegaste hasta aquí, no recuerdo nada de anoche y yo.. estaba borracha. —sus ojos se detuvieron a escanearme con curiosidad y luego frunció el ceño.
Su expresión de confusión me desconcertó ya que por algún motivo él se sentía raramente familiar.
— No sabes quien soy. —volvió a verse en el espejo—. Y yo tampoco sé quién soy. —okay, ¿qué?
— Mira, no me estás ayudando. —esto está comenzando a fastidiarme—. ¿No recuerdas cómo llegaste hasta aquí?
— No, yo.. no recuerdo, solo dormí. —se acercó a mi haciéndome retroceder, siento que lo conozco pero ya no recuerdo de dónde—. Sulhye, algo no anda bien.
— Si, hace rato me di cuenta, desde que desperté y vi que un extraño se encontraba en mi casa. —este negó repetidas veces sentándose en la orilla de mi cama con la expresión confundida—. ¿Podrías solo tomar tus cosas e irte? me incomodas, haremos como que nada de esto sucedió, no se qué pasó ni quiero saber, ¿bien?
Subió la mirada y puedo jurar que encontré un ápice de tristeza cuando sus ojos se encontraron con los míos.
— Tú no lo entiendes, eres mi casa, vivo en ti. No tendría a dónde ir con este cuerpo ajeno.
— ¿Cómo? no creo estarte entendiendo.
— Sulhye, esto está mal, no sé lo que sucede. —se puso de pie—. No debería de estar aquí. No puedo comprender qué está pasando. —se dio la vuelta mirando alrededor—. Estoy confundido. No entiendo siquiera por qué hablo así, con tanta fluidez. Necesito luz. —se acercó a la pequeña ventana y trató de abrirla fracasando en el intento, hacía movimientos pequeños y torpes. Parecía no saber tomar la manija para abrir la ventana.
Se rindió y quedó mirando hacia afuera. Si antes estaba desconcertada ahora lo estoy más.
Mis ojos se volvieron al papel pegado a la pared, siguen siendo seis y algo en mí me dice que eso no está bien.
Creo que no estuvo nada mal ser un poco amable, tal vez anoche pasaron cosas de las que estuve consciente en su momento y ninguno de los dos recordamos lo que sucedió así que creo que está bien. Por lo cuál hice desayuno para ambos, demasiado familiar la situación pero no habia de otra. Por mi parte me di una ducha y luego dejé que él entrara a hacer lo mismo. Le di unas prendas lavadas de hombre que poseía (porque me gusta la ropa masculina por más extraño que suene, a parte son holgadas y me siento cómoda con ellas en casa).
Al salir se sentó en el piso, justo al lado de mi cama, sin decir nada mientras se secaba el cabello. Puedo decir que le queda muy bien ese suéter verde oscuro. Cuando terminé de hacer el desayuno americano que me encantaba consumir me di la vuelta y lo encontré muy cerca de la ventana observándola detenidamente.
Me acerqué a dejarle el plato cerca y tomé asiento en mi cama, viendo como ni se inmutaba con mis movimientos. ¿Está mal tener la necesidad de saber qué es lo que ocurre por su cabeza? Porque es lo que quiero ahora.
— Oye. —dije suavemente, a lo que él respondió viéndome de reojo para rápidamente volver su mirada a la ventana y su cerradura.
Decidí no decir nada más cuando tomó la manija y la dobló, dio un pequeño salto cuando escuchó el click que hizo para avisar que se podía correr, pareció no captar el mensaje cuando dobló a la izquierda su cabeza con notoria confusión.
— Puedes moverla, ya está abierta. —tal vez de donde viene nunca ha tenido que lidiar con estas ventanas.
Extraño es el sentimiento que no se me quitaba, tenía un raro presentimiento.
Sin mirarme tocó el cristal y lo empujó a un lado haciendo que las ruedas debajo de este rechinaran al moverse. Sus ojos se cerraron al sentir el aire chocarle en la cara y yo estaba sumida en sus facciones, ¿por qué parecía fascinarle tanto?— Se te va a enfriar el desayuno. —volví a decir inconscientemente, estaba dejando salir las palabras.
Luego de un rato aspirando el aire se dio la vuelta, tomó el plato y se sentó en el piso. Yo seguí masticando tratando de aclarar un poco todo el desastre que había en mi cabeza, pero un gemido me desconcertó por lo que saqué un poco la cabeza y me lo encontré con los ojos muy abiertos mientras se llevaba las dos tiras de tocineta a la boca, comiendo desesperadamente.
Mi ceño se frunció por dos motivos. El primero porque sentí ternura y el segundo porque mi lado consciente me decía que estuviera alerta, todo lo que hacía y decía era extraño, mas sin embargo aquí estoy, sirviéndole desayuno y encima dándole ropa.
¿Qué es lo que estoy haciendo?
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Omnipresente. || J.HS
FanfictionEra un simple puñado de aire lleno de amor, tranquilidad y paz. Un día a comienzos de un año nuevo, luego de tener su primera siesta, despierta en forma humana. Pero no en cualquier forma y mucho menos en cualquier piel. |Hetero |Historia 1000% mía...