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En los siguientes días, se comenzaba a decorar la mansión para la llegada de la navidad y por próximo cumpleaños de Shadow.

María ayudaba a los empleados a acomodar los adornos y el árbol. Mientras lo hacía, miró hacia afuera y vio a Shadow junto con Sonic abrazándose y dándose algunos besos, eso le hizo sentir feliz a la eriza mayor quien después miró hacia la ardilla y ella permanecía algo seria acomodando los adornos.

María sabía muy bien el porque de su comportamiento, Sally rechazó al moreno por obligación y este volvió a poner toda su atención en el azulado, cosa que no era de agrado para la ardilla haciéndola apartarse del dueño de la mansión.

O eso parecía.

En la noche, Shadow se estaba terminando de duchar y se estaba cepillando los dientes, tenía una bata de baño puesta, se enjuagó la boca y en ese mismo instante la puerta se abrió y en seguida se cerró.



–¿Es difícil tocar? –Dijo sonriendo con cierto sarcasmo mirando a la ardilla desde el espejo– Parece que las damas pierden educación. –Giró para ver a la ardilla quien solo tenía puesto un ligero vestido para dormir.

–Shadow yo... –Se acercó a él– Te necesito...

–¿Me necesitas? –La miró fijamente– Define "necesitar"... Muéstrame.



Sally lo besó con pasión siendo correspondida por Shadow, pero en unos instantes ella se separó desabrochando la bata de él dejando ver su perfecto y trabajado abdomen. Se hincó apunto de bajarle el bóxer, pero la mano de Shadow la tomó de la barbilla con algo de brusquedad.



–¿Te es demasiado fácil? –Decía sin soltarla de la barbilla haciendo que se pusiera de pie sin dejar de mirarla de forma amenazante– Te gusta meterte en las relaciones ¿No? –La soltó con brusquedad alejándola unos centímetros de él.

–Te quiero Shadow... –Su voz sonaba un poco temblorosa.

–Te comportas como una perra en celo.

Le sonreía de manera cínica, amaba jugar con las mujeres con las que se ha acostado, Sally tan solo desvió su mirada y salió rápido del baño sin decir más.


Al día siguiente, se llevaba a cabo el cumpleaños de Shadow. Sonic le había hecho un pastel además de llevarle regalos al igual que María y Verena, pero Sally tan solo lo felicitó sin siquiera mirarlo a los ojos, eso le divertía al moreno.

Durante todo el día fue atendido por Sonic con mimos y atenciones únicas que solo él sabía hacer y que era del agrado de Shadow.


En la noche hicieron una cena en honor al cumpleaños número 27 de él. La mesa lucia perfecta al igual que los platillos que sirvieron para todos los invitados del moreno, además de un invitado más por parte de su hermana adoptiva.



–¡Kit! –Mencionó la eriza blanca muy feliz tras abrir la puerta y abrazar al erizo rojo vino con entusiasmo.

–Hola preciosa. –Correspondió feliz.



Fue muy bien recibido en la mansión aun que llegaba a sentirse intimidado por la fuerte mirada que Shadow ponía en él.

Todos se sentaron en la mesa para comenzar a disfrutar de los deliciosos platillos. Platicaban entre todos y Shadow solía hacer preguntas para conocer más el pretendiente de su hermana adoptiva.



–Si, mi papá es dueño de los bancos Global. –Respondió.

–¿En serio? –Lo miró– Ya he hecho tratos con él y han resultado de lo mejor. Gran empresa la que maneja y un señor respetable.

–El cordero está delicioso. –Mencionó encantada la eriza rubia.

–Solo lo mejor para ustedes. –Sonrió el moreno mirando a su madre.

–Si no les molesta, llevaré a Kit a dar un recorrido por la mansión. –La eriza blanca se levantó junto con el erizo y subieron las escaleras riendo entre ellos, pero cierto erizo los siguió con la mirada de forma amenazante.

–Amor... –Lo llamó el azulado– Deja que se luzca con él. –Tomó la mano del moreno haciendo que él dejara de seguirlos con la mirada.

–Tienes razón. –Le sonrió.



En unos minutos más, Shadow había subido y estaba buscando a los dos erizos menores ya que se le hacia raro no escuchar algún ruido o que se hayan tardado en bajar, aunque realmente lo que sentía era celos. Escuchó un ruido en uno de las habitaciones y se acercó a la puerta, era un sonido que no le gustaba.

Abrió la puerta, Kit tenía sentada en un mueble a Verena mientras la penetraba y ella gemía, aún tenían la ropa puesta y solo la habían acomodado para poder tener sexo. Shadow se acercó a ellos y jaló a Kit con brusquedad alejándolo de ella.



–¡Shadow! –Gritó asustada acomodando rápido su ropa– ¡Déjalo ya!



Ella trataba de separarlos, pero Shadow tenía demasiada fuerza y tenía a Kit en el suelo golpeándole la cara con toda su fuerza. De algún modo Kit logró alejarse de él acomodando su ropa y salió rápido de la habitación.



–¡Eres un idiota! –Le gritó molesta y salió de ahí dejando solo al moreno muy enfurecido.



De rato, Verena había estado hablando con María respecto a lo que sucedió. Shadow por su parte miraba por el balcón sin dejar de sentirse molesto, quería negar que sentía celos por el hecho de que alguien más pretendía a Verena y se adueñaba de aquel cuerpo que él gozaba tener para tocarla.



–¿Y con golpearlo crees que ella dejará de tener sexo? –Cuestionó el azulado acercándose a él– Fuiste demasiado lejos, te metiste en algo que no era de tu incumbencia.

–¿Apruebas eso? –Lo miró serio– Además, están en mi propia casa, ¿Debería permitir eso en mi casa, Sonic?

–Tienes un poco de razón, pero eso no es motivo como para ir a golpearlo, ¿Y si la termina?

–Mejor para él, –desvió su mirada del azulado mirando nuevamente por el balcón– no tiene idea de lo que soy capaz. –Hubo un momento de silencio, puesto que el azulado sabía de lo que su novio era capaz de hacer debido a que ya conoció ese lado suyo y era de temer.

–Solo... respeta las relaciones de tu hermana. –Dio la vuelta regresando a la habitación, el moreno tan solo suspiró.

Lust ~ ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora