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Verena estaba en la cocina sirviéndose un vaso con agua, aun estaba muy molesta por lo que pasó, además de que Kit había roto la relación con ella y perdiendo la comunicación por completo.



–¿Sigues molesta? –Se acercó a donde ella estaba.

–¿Qué esperabas? –Preguntó molesta mirando al moreno– Le rompiste la nariz.

–Su padre me llamó y ya quedó todo arreglado, yo pagaré los gastos del hospital y todas esas mierdas. –Se recargó en el desayunador quedando frente a frente con ella– Y si te soy sincero, me siento terrible por lo que hice, no quise lastimarte.

–Lo hiciste.

–Supongo que si, –se cruzó de brazos– pero ¿Qué querías que hiciera? Él quería llevarte a la cama.

–Y aquí vamos. –Rodeó los ojos con fastidio.

–Carajo Verena, es obvio porque tú... –Suspiró quedándose callado un momento– Eres mi hermana menor y quiero protegerte.

–¿Ah sí? –Lo miró– Es la primera vez que me llamas así, ¿O es que estás celoso? –Sonrió divertida.

–Verena... –La miró y suspiró desviando la mirada– Olvídalo...

–¿Piensas ir a embriagarte? Déjame ir contigo. –Sonrió– Tengo una identificación falsa y nunca falla.

–Eso es a lo que le temo. –Se acercó a ella.

–Shadow... Deberías de dejar de preocuparte tanto, y..., –lo tomó de la camisa acercándolo más a ella quedando sus bocas cerca del otro– ser honesto con tus sentimientos... ¿Crees que no me he dado cuenta la forma en la que me miras? –Ambos se miraron fijamente, ella amaba desafiarlo. El moreno colocó una mano en la nuca de la eriza blanca, pero la apretó para lastimarla– ¡Oye! –Lo empujó– ¡Eres un idiota!



Salió de la cocina y en ese mismo instante se acercaba María, el moreno tan solo se volteó sirviéndose un vaso chico con algo de whisky.



–¿Qué sucede, Shadow? –Cuestionó.

–Nada, madre... –Dio un trago a la bebida, algo dentro de él lo estaba haciendo inquietar demasiado– Ella actúa como perra en celo y yo soy un idiota.

–Deja de insultar a tu hermana de ese modo. –Ordenó ya muy molesta– Lo que tienes es miedo. Miedo a que veamos lo que hay en ti, pero ¿Qué crees? Todos estamos conscientes de lo que tienes dentro de ti, de lo que tu comportamiento esconde. Y aún así aquí estamos, amándote.

–Que gran análisis "doctora". –Sonrió con sarcasmo dando otro trago a la bebida– Tú no me conoces... –Dejó el vaso con brusquedad y volteó a verla– Tú no sabes nada sobre de mi. –Se acercó a ella de forma amenazadora.

–Claro que si, –trataba de mantenerse tranquila– eres mi pequeño hijo. Estuve al tanto de ti y nunca te dejé solo ni un momento. Sé perfectamente quien eres.

–Te lo agradezco. –La miró de manera intimidante y salió de la cocina dejándola sola.



La bebida estaba haciendo efecto en él.

Bajó hacia el sótano y al entrar miró a varias chicas sentadas observándolo, él miró a cada una recordando que las había llamado para escoger a una y tener sexo olvidándose de Sonic por completo y de todo.

Su mirada se volvía borrosa de momentos, pero él se mantenía de pie. Se acercó a una eriza color beige, su mirada lo engañó haciéndolo pensar que era Sonic ahí sentado, pero de la nada la alucinación cambió de forma, a Verena.

Shadow la miró de pies a cabeza, tomó a la joven prostituta y la llevó a un cuarto de ahí que lo usaba para coger con ellas. Shadow la embestía rápido y con fuerza creyendo que se trataba de Verena.

Lust ~ ShadonicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora