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Capítulo 12:

¡Malditos fueran los dos! Su plan perfecto había fracasado de forma estrepitosa. Tanta preparación y todo se había vuelto en su contra. Los hermanos Hiten y Maten iban a violar a la condesa y a punto habrían estado de conseguirlo de no ser porque el conde Taisho apareció montado sobre su caballo para salvarla. Una escena idílica, típica de novela romántica femenina y causante de su fracaso.

Los hermanos habían cometido más errores de lo esperado. Quiso pensar que no eran tan estúpidos, pero desde luego los había sobreestimado. Hirieron a la condesa. Les dejó bien claro que podían divertirse con su cuerpo cuanto quisieran pero nada de dañarla. Por lo que le habían contado, la condesa parecía estar muriéndose cuando el conde se la llevó entre sus brazos. Si ella moría a él lo colgarían en el pueblo por no haber sido capaz de proteger a uno de los ciudadanos más importantes. Todos amaban a la condesa.

El plan era que la violaran. El pueblo exigiría venganza y querrían cargar contra él por ello pero, entonces, él aparecería triunfante con Hiten y Maten encadenados y condenados a una ejecución pública. Las masas lo alabarían por su coraje y su fuerza y le agradecerían entre gritos y lágrimas el haber vengado el honor de su adorada condesa. Incluso la condesa tendría que rebajarse a darle las gracias e incluso a disculparse por su altanería. Además, ella estaría decaída y deprimida por la violación sufrida y no tendría fuerzas para luchar contra él. El plan era perfecto y se había ido al garete.

En ese momento, se dirigía hacia el palacete del conde Taisho. Había llegado a sus oídos que la condesa permanecía en su hogar desde el ataque, recuperándose. Por lo que le contaron, se encontraba demasiado mal para ser transportada a su propio hogar y eso estaba fastidiando su campaña. Como alcalde le correspondía ir a comprobar su estado y jurar que sería vengada. Ahora bien, fue el conde el que tumbó a los maleantes y los llevó a prisión. El pueblo gritaba el nombre del conde, no el suyo. No sólo logró salvar a la condesa de una violación sino que además atrapó a los criminales, dos de los hombres más peligrosos de todo el condado. Tenía suerte de tenerlo de su lado en la campaña, pues de otra forma eso lo hundiría más en la miseria.

El plan era sencillo. Le haría unas cuantas preguntas de cortesía, una reverencia y unas palabras apenadas y se marcharía. Su esposa lo acompañaba en el carruaje para darle más credibilidad a la visita. Ella estaba muy emocionada ya que sería su primera visita a los terrenos del conde. Había podido conocerlo durante la campaña y aún suspiraba cada vez que decía su nombre. No era para menos. Sin embargo, a él no le molestaba. Cuando miraba a su vieja esposa sólo veía eso, a una vieja. Tsubaki ya no era lo que una vez fue en su juventud, se había estropeado mucho con la edad. A veces, para cumplir sus deberes conyugales tenía que imaginar que era otra mujer, alguien como la condesa. El cuerpo de la condesa podría provocar sudores a un santo. Y los imbéciles de Hiten y Maten perdieron la oportunidad de gozarla. ¡Estúpidos!

Tan rápido como se detuvo el carruaje, se colocó la levita y bajó de un salto. Ayudó a su esposa a bajar y se dirigieron hacia los escalones de la entrada. Tuvo que darle un codazo a su esposa para que se comportara. Andar con la boca abierta y los ojos brillantes por la avaricia no era el modo más indicado de entrar en los terrenos de un conde. El mayordomo los recibió y los guió a través del vestíbulo hacia el que debía ser el despacho del conde.

- Señoría, han venido a visitar a la condesa el alcalde y su esposa.

Tras ser anunciados se hicieron paso y entraron en el despacho. En su vida había visto una estancia tan enorme siendo usada como despacho. Era más grande que la biblioteca pública del pueblo. Lujosamente ornamentado con los elementos más caros importados de otros países. Recordó al verlo la sala de té del hogar de la condesa. Ambos vivían en la más absoluta riqueza. ¡Malditos afortunados!

ɛʟ ƈǟɮǟʟʟɛʀօ ɖɛʟ ƈʀɛքúֆƈʊʟօ |•INUYASHA•|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora