Una vez que se limpiaron, lo mejor que pudieron, se fueron a casa para preparar el desayuno. Estaban en la cocina, entre besos y mordiscos cuando la manada llegó de la ciudad. Cuando llegaron estaban hablando, llevando brazadas de comestibles. Cuando vieron cómo Kyu tenía a Min contra la barra, todo el mundo se detuvo, en silencio.
—Uh... Hola —. Dijo Siwon, el primero en recuperarse de la sorpresa. — ¿Creo que fue una buena mañana?
Kyuhyun le sonrió, mientras Min escondió la cara en su cuello.
—Muy buena. — Kyu dijo, antes de besar el lado de la cabeza de Min. Taehee les sonrió, pero no dijo nada. Sabía que probablemente, estaba conteniendo un grito.
Sungmin se desprendió de los brazos de Kyu y se volvió hacia la manada, con una mirada tímida en su rostro.
—Así que chicos, ¿han traído algo bueno? — Preguntó Sungmin, claramente con la esperanza de llamar su atención. Era tan lindo que tuvo que contenerse físicamente de agarrarlo de nuevo.
—Los domingos solemos hacer el almuerzo... Bueno, yo hago el almuerzo. — le dijo a Min.
—Y nosotros, por lo general, nos lo comemos. —Yesung completó. Kyu no le hizo caso y siguió hablando con Min.
—Entonces, ¿Qué hay ser mi sous chef?
Sungmin le sonrió.
—Creo que lo vimos ayer. Puedo cortar como un profesional, pero no esperes que haga nada más aparte de eso.
Él se inclinó y besó la punta de su nariz.
—Combinado. Vamos a coger los comestibles, guardarlos y podemos empezar.
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—¡No puedo creer que nunca oyéramos hablar de esta historia! — Rain gritó a través de la mesa del almuerzo. La manada había demolido la cazuela que hizo y estaban constantemente sirviéndose el strudel de manzana y helado que encontraron escondido en el congelador.
—Sí, jefe, yo creía que sabía todo lo que había que saber acerca de ti. — Eunhyuk dijo en un tono juguetón.
Kyu miró a Sungmin, aunque no podía dejar de sonreír.
—Debería haber sabido que esto iba a acabar con ustedes intercambiando historias acerca de mí. — Se quejó.
Junto a él, Sungmin se echó a reír y le dio un codazo en el hombro.
—Awww, no seas así. Creo que tu manada tiene derecho a saber que le tienes miedo a las arañas.
—No tengo miedo a las arañas. — Kyu insistió. — Simplemente me asustó, eso es todo.
—Fue divertido. — Min dijo con una sonrisa. Incluso si era objeto de toda su burla, estaba feliz de verlo tan cómodo con su manada. —En un minuto, estaba oliendo un árbol y al siguiente está saltando, tratando de quitarse una araña de él. No sabía que los lobos podían saltar tan alto.
—Ten cuidado, gatito. —Kyu le advirtió, bromeando. — Yo sé una cosa o dos acerca de ti, recuerda eso.
—Sí, pero acabo de conocer a estas personas, perrito, y yo no soy su alfa. — Sungmin señaló. — No me puedes avergonzar.
Kyu levantó una ceja en desafío.
—¿En serio?
Sungmin simplemente le devolvió la sonrisa.