Prefacio

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El mundo siempre cambia. El agua, el aire, la tierra y el fuego, todo eso tiene vida y unas ganas terribles de atacar.

Las primeras generaciones que se vieron divididas entre tres nuevas razas lucharon por mantener el control de sus vidas, lucharon por seguir viviendo como siempre lo habían hecho, pero la naturaleza es más fuerte que la razón, o al menos eso es lo que decían los más ancianos, por eso es que, con el pasar del tiempo, las personas se rindieron completamente a sus instintos, se adaptaron lo mejor que pudieron y aprendieron a vivir con sus nuevas habilidades y limitaciones.

En un principio el número de alfas y omegas existentes era muy bajo, mientras que los betas los superaban por un amplio margen. . .eso pronto comenzó a cambiar.

Los alfas ascendieron rápidamente a los estratos más altos de la sociedad, dejó de ser extraño ver hombres embarazados caminando por las calles y buscando atención en los hospitales, la venta de supresores se disparó a lo más alto y las compañías que los fabricaban se hicieron grandes y reconocidas; a la gente dejó de importarle ver a dos hombres o dos mujeres en una misma relación romántica y sus prejuicios se volcaron contra aquellos que siendo de la misma raza (alfa, beta u omega) se relacionaban entre sí, y es que, admitámoslo, la gente necesita tener algo a que rechazar.

Lo normal era ver emparejados: alfas con omegas y betas con betas, otra cosa parecía ser extraña porque simplemente así no se podía procrear de forma efectiva.

Pronto se descubrió que los instintos animales que ahora tenían dentro de sí mismos eran peligrosos sin ningún control, por lo que las leyes debieron de cambiar y se asignó una mayor importancia a los encargados del orden público para evitar malos ratos a causa de los periodos de celo de los omegas, el descontrol de algunos alfas y por mordidas no deseadas. Mientras que la sociedad se acostumbraba a este nuevo modo de vida, surgió una leyenda que alimentaba el lado romántico de las personas; se decía que algunas personas venían a este mundo ligados de alguna extraña manera que transformaba su vínculo a uno mucho más fuerte que ningún otro, que los volvía casi dependientes de su contraparte, que les permitía compartir entre de ellos desde sus pensamientos hasta sus sentimientos más profundos sin necesidad de la marca que los hacia pareja, los llamaban parejas destinadas, pero en realidad nadie podía asegurar que esta leyenda urbana fuera verdad porque las parejas que aseguraban serlo eran terriblemente escasas y en realidad no se diferenciaban mucho de las que no lo eran.

Pero el amor es algo en lo que todos necesitamos creer, por más utópico que este parezca, solo para de alguna extraña manera poder sentirnos mejor con todo aquello que nos rodea, con el nuevo mundo en que habitamos, de la misma manera que a algunas personas les gusta creer que ellos tienen algo que otros no.

Los sentimientos entre alfas y omegas siempre han sido bastante diferentes y eso puede llegar a asustar demasiado.

Por un lado, están los omegas que luchan por salir adelante desde el mismo instante en que llegan a este mundo, defendiéndose de todas las personas que los rodean, luchando por cumplir todos sus sueños pese a las naturales limitaciones que vienen con su condición, todo hasta que un día finalmente encuentren a ese alguien especial cuyo principal objetivo en la vida es y será cuidar de ellos para siempre; es entonces que toda su verdadera naturaleza se revela, pues se dedican en cuerpo y alma a esa persona, sintiendo una carga menos en sus delicados hombros y un total sentimiento de paz y seguridad cada vez que se encuentran uno al lado del otro. Muchos omegas viven sus vidas esperando por que les llegue ese momento especial, otros, en cambio, tratan de evitarlo lo más posible. . .pero al final de cuentas nada de eso importa, porque cuando llega, queramos o no, la naturaleza nos llama a ser felices.

Los alfas, por su parte, son protectores naturales, sumamente celosos y competitivos en cada rama de su vida diaria: familia, escuela, trabajo o dentro de sus círculos sociales; es natural que sientan más presión por eso, porque se espera mucho de todos ellos, pero como es algo con lo que han vivido toda su vida, ya están acostumbrados. Se suele decir que ellos viven sus vidas con todos sus sentidos puestos en encontrar a su pareja perfecta, bien puede que sea cierto pero. . .no sé, muchas veces me he preguntado si es su instinto el que los obliga a hacerlo, ya saben, su deseo natural de reproducirse y todo eso, o puede que sea otra cosa. . .tal vez, y cuando finalmente han dado con esa personita que los complementa en su totalidad, se transforman en seres 100% entregados a su relación.

Se supone que así debería ser: alfas y omegas viviendo vidas felices para siempre, pero este mundo no es un cuento de hadas.

Existen alfas que prefieren vivir jugando con todos los omegas y betas que puedan en lugar de establecerse, o que marcan a un omega por un tiempo y luego cambian a otro; eso es algo despreciable, pero ocurre. También está el otro lado de la moneda, omegas que se divierten provocando a todos los alfas que pueden o que simplemente reniegan de su naturaleza llegando a extremos tales como operaciones para extirpar sus órganos reproductores. Pero todo esto es solo parte del extremismo de la sociedad, que nos obliga a pensar que todo es un poco más horrible de lo que parece, aunque también haya un determinado número de tragedias cada día, un nivel de tristeza más pequeño, uno que casi siempre pasa desapercibido. . .

Está el clásico No soy capaz de encontrar a nadie, o el aún peor La persona que amo no me corresponde, esas cosas pasan todos los días, muchas veces se soluciona, otras no, pero hay una tragedia aun peor, es más dolorosa que las dos anteriores y es trágica porque no pareciera ser del todo mala, aunque sí lo es.

Desearía no ser parte de eso, pero lo soy.

No me considero una persona que cree en la suerte, buena o mala, por lo general a mí no me afecta, pero vivir como lo hago últimamente me ha llevado a pensar que tengo la peor suerte de todo este mundo.

Destino Amargo (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora