El Reencuentro Que Lo Cambió Todo

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El agua tiene vida. . .

Me acuna tiernamente entre sus brazos y si alguien se atreviera a internarse en mi refugio sin su permiso, sé que me defendería con sus garras, pero yo nunca llegaría hasta el punto de tenerle miedo, solo me abro paso a través de ella y así me siento libre. . .pero mi tiempo de paz y libertad termina siempre con esa voz alegre anunciando su presencia, de modo que saco la cabeza de la tina y lo miro tratando de recordar cómo es que se sentía, ya saben, sentir algo por él. . .ahora solo existe un vacío insustancial que no lastima, pero tampoco me gusta.

-Buenos días, Haru-chan

-No agregues el -chan- replico mientras tomo la mano que me extiende, nuevamente, ya no puedo sentir nada al tocarlo, pero eso es bueno, es lo que él quería al menos

-Lo siento, lo siento, pero mejor démonos prisa o llegaremos tarde

Esta es la misma rutina de todas las mañanas y al mismo tiempo es ligeramente diferente porque hoy es nuestro primer día en segundo de preparatoria, nuevos profesores, nuevos compañeros y estudios más complicados, no estoy muy emocionado que digamos. Casi me hace reír la expresión de mi mejor amigo cuando comienzo a azar un buen trozo de caballa para mi desayuno, está preocupado porque ahora sí llegaremos tarde, pero no me inmuto cuando me regaña ¿Cómo podría explicarle que tengo necesariamente que comer algo antes de poder tomar mi medicina sin contarle todo lo que sucede? Él aún desconoce todo lo que hago a sus espaldas solo para poder permanecer a su lado y yo ya no tengo ni la más mínima intención de decírselo, si es que alguna vez creí que tenía derecho a saberlo. . .no valdría la pena ahora que al fin hemos encontrado un equilibrio relativamente sano entre nosotros.

Cuando consigo desayunar, salimos de mi casa juntos. Recorremos el mismo camino de siempre pasando por la zona de la playa desde donde puedo ver el mar que tanto amo y que él teme; a lo mejor Makoto siempre tuvo razón y no somos el uno para el otro. . .somos demasiado diferentes en muchos aspectos, opuestos e incompatibles, y eso se nota en nuestros peculiares gustos, en nuestra forma de enfrentar las dificultades. . .

-Ojalá comience a hacer más calor pronto para poder nadar- dice él, seguramente me vio con la mirada perdida en el agua y eso fue lo primero que se le ocurrió

Es demasiado triste para mi admitirlo, pero desde hace un tiempo hasta él ha comenzado a fallar cuando trata de leer mi mente como solía hacer cuando éramos unos niños, síntoma de que después de todo estoy consiguiendo romper de alguna forma el extraño vínculo que se supone que teníamos. . .el lazo que nos mantenía unidos y no sé bien cómo sentirme con todo esto, si aliviado o defraudado con los resultados, al menos hasta que lo veo sonreírme con genuina alegría y me doy cuenta de que sin importar lo que suceda, para él está bien así, y si para él está bien, también lo está para mí.

Makoto, ¿ahora ves cuanto te quiero?, quiero decirle, ¡A pesar de todo estoy consiguiéndolo! ¡No quiero que te angusties más por todo esto, ya verás, me aseguraré de que puedas ser feliz de ahora en adelante y que no tengas que preocuparte mas por mí!

Llegamos a la escuela y seguimos juntos en la misma clase, pero el destino suele ser travieso, al menos cambia las cosas de su cauce natural cuando le da la gana y esa no fue la excepción.

Un chico rubio corrió a nuestro encuentro en la hora del almuerzo, alguien que conocíamos bien y con una propuesta alocada en sus labios, de esas que solo Nagisa podía soltar: quería ir al abandonado club de natación donde nos habíamos conocido hacia años para desenterrar el trofeo que conseguimos ganar en la competencia de relevos; de más está decir que no quería ir, en realidad no quería tener que volver a pensar en Rin y en esa competencia que habíamos tenido juntos, mucho menos tener entre mis manos algo que él había tocado, pero los amigos no siempre te apoyan y con la excusa de que podría nadar si iba con ellos, Makoto trató de convencerme. Lo miré con los ojos llorosos:

Destino Amargo (MakoHaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora