The Big Four Apocalypcis [ORIGINAL]

Capítulo 8 ~Los Dumboch 1/2~

Rapunzel... (Continuación)

  Vi una silueta, se veían los lados de el arco y cabellos alborotados... ¿Será...? ¡No, no puede ser ella!

  La silueta se va acercando y puedo obsevar mejor que es... Un niño. Un niño, con cabello alborotado y rizado, color anaranjado, ojos redondos y celestes, pecas... ¡Dios mío ese niño tenía los mismos rasgos que Mérida!

  Me quedo atónita mirándolo, ¿COINCIDENCIA? ¡No lo creo! ¿Qué está haciendo?

  Ahhh... Hace señas con las manos para que lo siguieramos. Hiccup giró a su cabeza mirándonos a todos y cada uno para que luego asintiera en forma de aprovasión. Jack y yo intercambiámos miradas y caminamos, yo iba a lo último.

  Caminamos hasta ocultarnos detrás de un tacho de basura grande que se encontraba atrás de un edificio de callejón, no veía muy bien ya que no toda la niebla se había dispersado.

  Creo que no es tan seguro venir con un extraño, pero bueno, somos cuatro y él, uno.

  Siento una respiración detrás de mí, giro mi cabeza a la izquierda para ver a Jack que sólo mirába hacia el frente. Un minuto... Si Hiccup, Astrid y la dúplica masculína de Mérida están adelante y Jack está a un lado mío... ¿Q-quién está detrás mí?

  Me giro lentamente hacia atrás con preocupación y miedo, no quería saber que podría encontrar detrás de mí. Tomé valor y me giré completamente. Tengo unos hermosos ojos celestes delante mío, veo unas pecas en la nariz y en los pómulos, el mismo cabello alborotado y rojizo que el niño. Un minúto... ¡ES EL NIÑO!

  ¿¡HAY DOS?! ¡¿POR QUÉ HAY DOS NIÑOS IGUALES?! DESPIÉRTA, RAPUNZEL, DESPIÉRTA.

  Giro rápidamente la cabeza con los ojos abiertos como platos y miro a Jack, él al sentir mi mirada penetrante gira a verme, le hago una seña con la cabeza para que mire hacia atrás, él se da vuelta y ve a el niño. Se gira otra vez con los ojos abiertos y luego me mira y dice un casi inaudíble "What the fack" haciéndo una cara graciosa, yo reí más inaudíble todavía.

  Jack era la única persona que podía hacerme olvidar de todo lo malo y sólo pensar en el momento, en él, en su sonrisa. Pálido, ojos celestes fuertes, casi azules PERFECTOS, su cabello canoso y sin duda su perfecta y hermosa sonrisa. Él es la clase de persona con la que me gusta estar. Creo que seremos buenos amigos.

— Chicos —susurra Hiccup mirándonos, yo me giro a verlo y él sólo hace una seña con la cabeza señalando a el niño que ya... ¿No estaba?

  Estiro un poco más mi cuello y alzo la mirada, el niño que aparentaba al menos unos ocho o diez años corre sigilosamente a unas puertas que están colocadas en el suelo, es el típico refugio que usan cuando hay un huracán o cosas parecidas. Las puertas están cerradas y entre las manijas hay una cadena enroyada en ambos con un candado en el medio. El niño saca una pequeña llave dorada y abre el candado, éste al abrirse cae al suelo y el chico desenreda las cadenas. Miro atentamente cada movimiento, Hiccup y Astrid son los primeros en salir hacia él, Jack y yo corremos a la vez que ellos se paran, me giro un poco y veo el niño que estaba detrás de mí también corriendo. Me fijo en su apariencia y me doy cuenta que tiene una baselina en las manos con unas flechas en su carcaj azul oscuro colgado en la espalda. Éste niño vestía diferente a el otro, que era por lo único  que se diferenciaban, pensé que serían hermanos gemelos. Miro para el frente y veo a Hiccup que entra en el refugio, luego Astrid baja con ayuda de Hiccup que la agarra de la cintura y la deja en el suelo, lo mismo hace conmigo recibiendo una mirada fulminante de Jack. Cuando estube abajo noté que era una especie de casa. Era pequeña y estaba todo junto, el comedor y la cocina lo teníamos en frente, a la izquierda había dos camas contra la pared y a la derecha otras dos, sólo que entre medio de estas dos había una puerta que supuse sería el baño, había dos sillones para una sóla persona que eran los que ocupaban el espacio cerca de la entrada. Noté que había unos muebles a unos lados, tenían fotografías de los dos niños supongo cuando eran pequeños. Tan iguales a mi hermana que me asusta. Veo una foto más y me doy cuenta de que hay tres niños iguales... ¿Son tres? ¡Son tres! Rayos. Inspeccioné un poco más las fotografías y vi una en blanco y negro de una niña, era diferente a los otros niños sólo por su nariz puntiagüda y cabellos más largos, sin contar obvio lo que la hacía más femenina. La niña era bebé y tenía un pequeño liston en la cabeza, sólo podía verse su rostro que era casi un perfin derecho, la niña miraba la ventana con los enormes ojos redondos. Juraría haber visto ese rostro antes.

  Veo a el primer niño que estaba dejando su arco y carcaj arriba de un sillón, el segundo deja la baselina arriba de la mesa y suspira. Nos miran a nosotros cuatro que estamos juntos como un grupo de adolescentes escuchando rap.

— Bueno —habla el que tenía el arco— Mi nombre es Harris Dumbroch.

  Se acerca a nosotros y le tiende la mano a Hiccup, quien se autoproclamó el líder.

— Hiccup Haddock —dice Hipo serio estrechándole la mano—. Ella es Astrid —señala a Astrid—, Rapunzel y Jack.

  Hipo se hizo a un lado para que nos viese, yo sólo dije hola con la mano. El niño asintió comprendiendo.

— Él es Hubert, mi hermano —aclaró señalando al que ahora estaba cambiando la tanza de su baselina.— ¿Qué hacen por aquí? Éste es el lugar más infestado de zombies que hay.

— Queremos salir de Londres —habló Hiccup—, creemos que todo Londres está infestado de ellos, por eso vamos a salir.

— Suerte con eso —murmuró el de la baselina.

  Hiccup miró a Harris para que le diera una explicación.

— Dicen que el virus ha llegado hasta Londres y más allá —hizo una mueca— ¿Cuánto tiempo llevan viajando?

— Yo llevo un día —dice Jack.

— Juntos llevamos sólo unas horas —dijo Hiccup e hizo una mueca.

  Astrid le acarició el brazo suavemente, Hipo sólo la miró algo triste.

— Bueno, si quieren pueden quedarse aquí —habló Hubert, el de la baselina—, no hay problema.

— Muchas gracias, mañana por la mañana nos iremos, no se preocupen —dijo Hiccup.

— Oh, no hay problema, puden quedarse el tiempo que quieran —dijo Harris haciendo una sonrisa amistosa.

  Miré a Jack una vez más, él veía la pequeña casa con algo de curiosidad... a mí me daba más curiosidad la familia Dumbroch.

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  De verdad lamento mucho la espera para el capítulo, estuve muy atareada, y cuando estaba libre la inspiración no me llegaba, así que un enorme lo lamento, pero tranquilos porque ahora activaré más rápido que antes, o al menos intentaré.