D O C E

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D O C E

Desde que desperté he estado llamando a mi padre sin obtener respuesta. Me preocupa porque el siempre avisa si tendrá un tiempo extra, si dormirá en un hotel o se fue con sus compañeros a beber cerveza.

Y anoche, nada.

Sofía no le puso mucha atención cuando salió y no está segura si lo vio llevarse su pequeña maleta de viaje. Solo espero que esté bien y que pronto se reporte.

Bajo del auto y tomo carrera para alcanzar el elevador, no quisiese esperar hasta que esté vacío, y afortunadamente lo alcanzo. Saludo a un par de chicas que conozco y hablo con Sarah hasta que llegamos a la planta de la preparatoria.

Normalmente no hablo con nadie pero trae una blusa bonita y necesito distraerme, así que le pregunto donde la compró. Me dice el nombre de la tienda y me da indicaciones cuando le digo que no tengo idea del lugar.

Se ríe de mí y yo también, por un momento siento que mis problemas se disipan.

Durante la mañana, asisto a las clases correspondientes y en los descansos adelanto algunos pendientes, pago algunas cosas ya que soy la administradora del dinero en mi grupo y llamo a Violet las suficientes veces como para parecer una acosadora.

Le mando un mensaje de voz para ver si me envió la dirección para vernos ahí y no en la cafetería, y le pido que me llame. Pero el día transcurre y no me regresa la llamada; aunque me extraña, pronto dejo de pensar en eso por lo que tengo que hacer ahora.

Connor entra y se deja caer en una silla frente a mí con una gran suspiro, me levanto y me acerco a él besando su mejilla. Con media sonrisa, me da los papeles que trae en la mano. Los tomo y me apoyo en el escritorio.

-Estos son todos los que encontré con la descripción que me diste- dice y sus cejas se unen -Un dragón azul, letras blancas- lo miro con atención -deberían ser más originales; más de cinco locales en el área con el mismo logo es pésima publicidad- Me rio y señalo cuatro.

-Estos se parecen más, creo que serán los primeros que visite- Él se pone de pie y se coloca frente a mí.

-Pues, ¿que estamos esperando? Vamos- le sonrío dulcemente y niego. Le había pedido que me acompañara pero decidí que quería hacer esto por mi cuenta.

Se lo informé esta mañana; no lo tomó muy bien.

-Ya te dije que no es necesario, voy a estar bien- le aseguro.

-Déjame acompañarte- suspiro y bajo la vista a los papeles.

-No, estaré bien. Lo peor que puede pasar es que encuentre lo que estoy buscando- Digo amargamente mientras leo las direcciones de los locales por si me parecen familiares.

-Temo por ti, Pilar- La voz suave de Connor me hace levantar la mirada, me encuentro con la intensidad de la suya -Tengo miedo de lo que vas a enfrentar y como va a afectarte- da un paso hacia mí y trago saliva -Temo que me excluyas cuando más quiero ayudarte- me permito verlo a los ojos, esos ojos profundos que tiene antes de apartar mi vista y mirar a cualquier otro lado.

Me retiro de la mesa y la rodeo para tomar mi bolso, colgándomelo al hombro y sintiendo mi corazón latir con velocidad pero algo es nuevo; me agrada. Puedo ver por el rabillo del ojo que se pasa la mano por el cabello e intento no sonreír. Me acerco a él y pongo mi mano en su pecho, sintiendo su pulso acelerado contra las yemas de mis dedos.

-No podría excluirte- digo mirándolo a los ojos -Te necesito. Se que estarás ahí al final del día manteniéndome cuerda y no sabes cuanto lo agradezco. Además eres, literalmente, la única persona en la que confío plenamente- Sonrío -Pero tengo que hacer esto, sola- Su pecho sube y baja rápidamente y puedo ver en sus ojos que se debate entre rendirse y contradecirme.

Asesina (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora