Q U I N C E

6 1 0
                                    

Frase:

"Ya casi es hora de que empiece a dedicarte mi insomnio"

-Mario Benedetti.

Q U I N C E

Narra Connor:

A penas suena el timbre salgo lo más rápido que puedo a buscar a Pilar. No sé porqué me desespera tanto ir a verla o tal vez si...

En cuanto la veo la alcanzo -¿Estás lista?- le pregunto y asiente. Salimos juntos al estacionamiento. Noto como se tensa al estar de nuevo aquí así que comienzo a hablar para distraerla.

Decidimos salir en nuestros respectivos autos y nos estacionamos en frente de la cafetería. Cuando entramos el olor a café invade el lugar y Pilar cierra los ojos respirando profundo.

Teclea su celular un momento y cuando termina hablo -Sentémonos junto a la ventana- acepta y nos sentamos.

Ella pide un café negro y yo un té con unos panecillos que son deliciosos.

Pasamos varias horas hablando y riéndo, me arrebata el pan y yo hago lo mismo. Me cuenta como le fue con Vlad en la tienda de tatuajes, sobre su tía Violet y los preservativos de su papá.

La observo con atención mientras habla y lo disfruto. Repaso cada uno de los detalles de su rostro y una vez más me doy cuenta de lo hermosa que es.

Sus hipnotizantes ojos verdes me miran con tranquilidad, su hermoso cabello negro se mueve un poco y sus pecas en el rostro le dan un toque de sensualidad. De vez en cuando, cuando no me mira, fijo mis ojos en sus labios, carnosos, rosados, quisiera probarlos...

Mi corazón late desbocado cuando escucho su voz, tan dulce, tan pacífica. Ella es tan madura, tan valiente, tan única. Siento que la amo cada vez más.

Sé que me necesita, que soy su escape pero también sé que la necesito, no me imagino mi vida sin ella.

-Ya debo ir a casa- anuncia. Han pasado varias horas y la cafetería cierra a las once. Después de cinco minutos discutiendo porque dice que ella también tiene derecho a invitarme, consigue la victoria y paga lo consumido.

Salimos riéndo y nos quejamos de inmediato al hacerlo. Está haciendo demasiado frío. Troto hacia mi auto en busca de mi chaqueta y cuando la encuentro regreso con Pilar, me da una falsa mirada de fastidio mientras la paso sobre sus hombros y mete los brazos.

Noto como comienza a olerla cual droga y sonrío.

-Vaya, que traidora mejor amiga- Digo - te queda mejor a ti que a mí.-Sonríe.

-Lo sé es porque eres horrible- Aprieto los labios y toma mi mano, mis ojos se fijan en nuestras manos unidas y mi corazón se acelera a un ritmo que no había latido antes, me mira seria -Pero así naciste de feo, no hay nada que hacer- muerde su labio para no sonreír y me carcajeo, la atraigo a mis brazos.

Me rodea con los brazos y me abraza, apoya su cabeza en mi pecho y temo que escuche mi corazón latir desbocado. Siento como me aprieta un poco y hago los mismo cerrando mis ojos y disfrutando este momento con ella.

Conocerla ha sido lo mejor que me pudo haber pasado.

Me rio fuerte y ella también lo hace, comento que me hizo caer y mi risa cesa de a poco, apoyo mi barbilla en su cabeza.

-Gracias, Connor...

-No es nada, te acostumbras al frío después de todo.- comento y rio.

-Ja ja ja, que gracioso.- dice con carencia de gracia y rueda los ojos pero luego me sonríe, la aprieto entre mis brazos -Gracias por hoy, por todos los días que has estado para mí- su voz suena amortiguada por mi abrazo pero logro escucharla mientras contengo la respiración por unos segundos. La aparto un poco para que me mire.

-No tienes nada que agradecer. Siempre que me necesites, sin importar qué, aquí voy a estar- Sonríe y suspiro, la miro con gran intensidad. Noto como traga saliva -Pilar...

No puedo seguir hablando, mis ojos se posan en sus labios, esos que he querido probar hace tiempo, engancho de nuevo mi mirada en la suya.

Me equivoqué, ahora mi corazón late a un ritmo más desesperado, rogándome que una nuestros labios.

Entonces, su celular suena.

Se aparta de mí y me dice que es su padre antes de contestar, no voy a negar que me asusta un poco.

-¿Qué pasa?- pregunta y la observo con atención.

Su padre le dice algo y cuelga.

Pilar se ve nerviosa, se despide rápido y sin darme tiempo de decir o preguntar algo se va.

Siento como mi estómago se revuelve y mi cabeza da vueltas.

Me subo al auto y golpeo el volante -debiste besarla- susurro para mí mismo.

Mi respiración pesada llena el espacio. Tengo que ser valiente y besarla, no puedo seguir así, no puedo seguir ocultándole que la amo, sino se lo digo mis impulsos lo harán.

No quiero besarla por impulso y que se enoje, algo me dice que ella me quiere de la misma manera pero no estoy seguro y tengo miedo a estarme equivocando, no puedo arriesgarme a perderla, no ahora.

Suspiro y conduzco hacia mi casa, deseando que esté bien.

Pilar, te amo tanto.

Asesina (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora