«Chicas rotas con el corazón lleno de pólvora, resiliencia en las venas y fuego en el alma.»
David Sant.
Apartó su vista de inmediato cuando Viktor le señaló la puerta que estaba frente a él. Yo hice lo mismo y coloqué mi vista en el suelo que aún yacía húmedo.
— ¿No crees qué...?
— Quiero creer que no.— Interrumpí en un susurro.
Mis manos estaban heladas y de repente mi estómago se endureció provocando unas inmensas ganas de regurgitar lo último que había ingerido. Estaba nerviosa y no era para menos, esperaba no volver a ver jamás en mi vida a ese tipo extraño y resultaba que ahora me lo encontraba hasta en la sopa.
¿Por qué?¿Qué buscaba?¿Quién era?¿Cómo dio conmigo?¿Nos había seguido?
¿Y sí todo lo de la noche anterior había sido una trampa? No era la primera vez que intentaban hacerme quedar mal.
No quería morir, ya me había acostumbrado a vivir en aquel infierno, tal vez los primeros meses lo había llegado a soñar y desear con toda mi alma. Pero hoy no.
No quería acabar como Lindsay y muchas otras que no habían conseguido aguantar.
— No quiero morir— murmuré después de unos minutos, cuando Viktor se había llevado a Lev a hablar con Vladimir seguramente.
Alcé mi vista del suelo tras mirarme las manos partidas y algo rojizas por el agua y quizás por la lejía. Tara me contempló durante unos segundos con una expresión de horror.
— Ni te atrevas a pensar en eso, Alena— me reprochó—. Aún sí tienen que matarte, no dejaré que lo hagan. Sí tú mueres, yo iré contigo.
Me reí porque me había parecido gracioso la forma en que lo había dicho. No se en qué momento había comenzado a parecer algo divertido hablar sobre muerte, o tal vez sí lo sabía.
— Ese sujeto da miedo.
La miré con una sonrisa y después miré al otro lado, dónde aún continuaban aquellos dos tipos nuevos de los cuales desconocía sus nombres y por supuesto, tampoco me interesaba saberlo.
— ¿Por qué?— cuestioné.
Me echó un vistazo con esa mirada de "sólo míralo". Yo la verdad es que lo había pensado mejor y había concluido que Lev no me asustaba, sino que me causaba intriga. Tenía algo que de cierta manera me atraía pero no sabía el motivo.
— Esa mirada que dice; no te metas conmigo u acabaré contigo, la cantidad de tatuajes que tiene por todo su cuerpo y hasta su altura. No lo sé, ¿no se te pasó por la cabeza no confiar en un tipo como ese?
Me encogí de hombros volviendo a meter el paño empapado en el agua que estaba algo sucia. Habían manchas pegajosas en el suelo que me hacía pensar que debían ser manchas de alcohol. Maldije a todos esos tipos en silencio.
— No lo sé, sí pudiera elegir a los clientes, estoy segura de que todo sería más fácil, ¿no crees?— ella pareció meditar lo que había mencionado anteriormente y terminó por asentir—, además, los tipos que están en este lugar, no llevan tatuajes y no lucen como él. Lucen como los abogados con los que trabajaba mi madre, pero, ¿quién desconfiaría de ellos?
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In The Night ©
RomanceAlena Davis, creía tener su vida planeada cuando ingresa a la universidad junto a su mejor amiga, pero todo aquello cambia cuando es secuestrada en plena luz del día para ser prostituida al otro lado del mundo. Novela basada en la canción In The Nig...