|A Kacchan le gustan los libros|
Habían transcurrido veinticinco minutos desde que habían abandonado el pueblo.
Ambos cansados, sucios y sudados caminaban más lento que un caracol.
Izuku soltó un suspiro, observando cómo un pajarillo se detenía a observar a ambos desde una rama de un árbol con curiosidad.
—Kacchan... —murmuró, con la correa aún en su mano enrojecida debido a los apretones.
Katsuki le ignoró completamente.
Otro suspiro salió de la boca del pecoso, que miraba sus manos. —Incluso acabé dejando todos los víveres en el pueblo... ¿Ahora qué podría hacer? —Se lamentaba, mientras sintió como Katsuki con rudeza tomó la correa, arrebatandosela con brusquedad de las manos de sus manos.
Izuku rápidamente abrió sus ojos y frunció levemente el ceño. —No te atrevas. —dijo, mientras sentía el chocar de la correa contra las piedras.
Ahora su cadena era arrastrada por el suelo.
Katsuki se le quedó mirando de manera molesta, mientras guardaba sus manos en los bolsillos y simplemente continuaba su camino adelante de Izuku.
—Tch.
Soltó mientras le miró por el rabillo del ojo molesto.
Ahh... Él está muy molesto.
Pensó preocupado.Le quería hablar, pero analizando bien la situación, era mejor permanecer callado y seguir avanzando atrás del rubio, quien de vez en vez pateaba las rocas que se le cruzaban en el camino con notoria molestia.
Una vez llegando a casa, se aseguraría de dejarlo en algún buen lugar e iría a terminar sus compras.
—Si... Debo volver. —murmuró avergonzado, rascándose la nuca. — ¿Qué cara debería poner, o mejor dicho, qué debería decir una vez regrese? —Se preguntaba. —No. —añadió con su ceño fruncido. —Debes disculparte, Izuku. —Se regañó a sí mismo. —Es lo que debes hacer.
De pronto sintió la mano de Katsuki tapar su boca con brusquedad.
Sus ojos carmines le miraban con nula paciencia.
—Sí, sí, lo siento. —respondió el pecoso una vez había quedado libre.
Soltó otro suspiro mientras observaba la espalda del rubio frente a él.
Debía ir... Su principal responsabilidad ahora era Katsuki y no permitiría que pasara hambre.
.
.
.— ¡Muuuuu!
La vaca Sussie movía su cabeza contenta, y pato apareció a un lado de ella, somnoliento.
— ¡Ya llegamos! —respondió Izuku alegre. —Gracias por cuidar la casa. —añadió.
—Muuu. —respondió Sussie acomodándose en la paja.
Katsuki entró a la casa sin saludar, molesto.
Izuku se rascó la nuca y lanzó una risa nerviosa, entrando detrás de él.
—Mira, sé que tienes curiosidad del mundo, Kacchan. —rompió el silencio tenso que se encontraba en el interior de la casa. —Es por eso que realmente no estoy molesto. —añadió, observando como Katsuki le miró por el rabillo del ojo durante un segundo.
Luego se sentó con desgano en el suelo de la cocina, apoyando su espalda en contra la pared color mantequilla.
Izuku le sonrió y se acercó lentamente, acuclillandose ante él.
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Frankenstein Explosivo ¦Katsudeku¦
Fanfiction«¿Qué sucede cuando eres científico y terminas creando vida? Era la más hermosa criatura creada, perfecta y admirable. Pero claro, sólo cuando dormía.» ______________________________________________ ×Advertencia: Contenido YAOI (chicoxchico) estás...