¡ADVERTENCIA! Este cuento está hecho con un fin de entretenimiento y no busca el hurto total de los derechos de autor de los creadores, debido a que muchos personajes de los que aparecen aquí no son de mi propiedad (propios del juego y otros). La si...
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Abría sus ojos lentamente una vez que el sedante dejó de hacer efecto, le dolía muchísimo la cabeza y a duras penas podía mantenerse con la mirada en alto. Estaba amarrado a un pilar y justo sus manos se encontraban dentro de la soga. La movilidad era prácticamente nula, trató con su poca fuerza mirar sus alrededores para poder identificar donde estaba, buscando una salida, de esta forma si la oportunidad de escapar aparecía, lo haría sin dudar. Su mayor preocupación aparte del bienestar de Blue era básicamente salir de allí lo antes posible, para que ningún héroe tenga que acudir al lugar.
De pronto, la silueta de la dama apareció caminando con un plato hondo en la mano, lo dejó en un taburete que contaba con ruedas para desplazarse, lo pateo hasta quedar frente de la comida, era arroz con una salsa de camarones. Por fin apareció dejando ver cómo era realmente, con los brazos cruzados le habló:
Machina: ¡Por fin! Despertaste ¡Come algo! Tienes que estar débil.
Cube: E-empecemos formal... m-mi nombre es Cube y ¿¡Quién eres tú!? A-aparte ¿Cómo pretendes que me alimente si me tienes amarrado? (un tanto tímido)
Machina: Qué bueno que al menos te presentas de manera cordial... mi nombre es Machina ¡Y te encuentras en mí fábrica! Y respondiendo a tu insignificante pregunta, si te dejo con las manos al descubierto te me escaparás y arruinarás mis planes.
Cube: V-v-v-venga, ¡No puedo comer con las manos atadas!...
Machina: ¡Por eso te deje la comida en ese taburete! Anda come, no pienso dejarte las manos al descubierto, la boca también te permite tomar los alimentos...
Algo que le llamaba la atención a Cube era que Machina no caminaba bien, parecía que algo le dolía, como si se hubiese caído. Aunque ella fue quien lo secuestró se preocupaba mucho por el bienestar de las personas, un tanto dudoso le pregunto:
Cube: Ca-caminas muy raro... ¿Te duele algo? ¿Acaso te lastimé mientras venías hasta acá?
Machina: ¿Y porque estás preguntando cosas innecesarias?
Cube: H-ha-haber, porque no me parece n-normal que alguien camines así ¿Sufriste alguna caída o algo?
Machina: ¡Escúchame bien sabandija! Tú aquí eres un rehén así que no tienes ni el más mínimo derecho de preguntar, come callado y no le prestes atención a nada. ¡No quieras pasarte de listo! Técnicas de amabilidad me las conozco como si de mí fábrica se tratara.
Y ella dejó la conversación hasta ahí, ya que se marchó para desaparecer. Cube como pudo, acercó el taburete con su pie para alimentarse, mordió el plato para acercarlo más y comenzó a ingerir la comida; había pensado que le darían algo malo pero estaba muy bien preparada. De esta manera pudo reponerse y el aturdimiento se le pasó, ahora podía pensar de forma más clara en cómo salir.
Lo que hizo fue moverse hasta que las cuerdas le dejaran un espacio por donde sacar una mano, aunque sea, logrando ese primer paso, sacó la otra mano he hizo brillar su pecho para posteriormente invocar sierras que le ayudaron a cortar las cuerdas, caminando sigilosamente salió de la oficina, gateando por el pasillo para no toparse con la otra sala donde se hallaba Machina y su hermano, luego escapó...
