Amor verdadero

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Quería cerrar los ojos pero Callum no me lo permitía. Grace, Dream y Aura no estaban allí.

"Te has librado, pero no te creas que este es el final de nuestro encuentro. Volveré". Esas palabras hicieron que me retorciera y gritara en la bañera, vertiendo un poco de agua fuera de esta.

-Tranquila Aisha, respira- me decía James, cuando el dolor pasó, me sentía mejor pero seguía sintiéndome débil.

-Ya sé dónde está mi amigo el sabio, vive en una cueva cerca de aquí con forma de calavera. Sus guardias os esperan en la orilla con una barca, él sabe que estás mal, por eso ha accedido a atenderos esta noche. Callum, ve a vestirte con el traje que está encima de tu escritorio, no tardes. En tu habitación te esperan Grace, Dream y Aura para ayudarte con un vestido que acaban de comprar para ti. Me dijo el sabio que, si desde que recuperaste la corona no te la has puesto, no te la pongas, él te explicará por qué allí, así que llévala- asiento ante las palabras de James, Devon me llevó en brazos y enrollada en toallas para secarme hasta mi habitación, allí me dejó a cuidado de las chicas.

Entre las tres me secaron el pelo, me peinaron, maquillaron y vistieron. Con su ayuda salí al salón donde me encontré con Callum, en otro momento le hubiera mirado babeando, pero no estaba en condiciones para ello. Sin embargo, él si lo hizo conmigo.

 Sin embargo, él si lo hizo conmigo

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-Venga, no hay tiempo que perder

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-Venga, no hay tiempo que perder. Le haré sabe que estáis yendo para allá- dice James, nos metimos en el coche de Callum y pusimos rumbo al puerto. Una vez allí, en menos tiempo del que esperaba, Callum me cogió en sus brazos y fuimos a la pasarela de madera que había para montarse en los barcos. Toda la gente de allí nos miraba raro, pero era normal. Las únicas personas que resaltaban por cómo iban vestidas aparte de nosotras eran un hombre y una mujer, que esperaban junto a a una pequeña barca negra.

-Ustedes deben de ser Callum Shadow y Aisha Hawk. Suban- dice la mujer amablemente, subimos y Callum me apoyó en su pecho para poder estar más cómoda. Cada segundo que pasaba, cada minuto, cada hora, tenía más ganas de cerrar los ojos y tenía menos fuerzas. Si no fuera por Callum, que repetía una y otra vez que no cerrara los ojos, creo que hubiera caído en coma o algo parecido.

Llegamos a la extraña cueva, con forma de calavera como había dicho James. Al fondo de esta se encontraba en un trono, el amigo sabio de este. Nos recibió de pie, sin ninguna expresión en la cara, y sin presentarse ni nada, mandó a Callum que me dejara en el suelo junto a la única luz de luna que entraba por un agujero en la piedra que formaba la cueva. Me ordenó que me pusiera de rodillas en el suelo, lo hice pero sin soltar la mano de Callum.

-Callum, coge su corona- yo me negaba- Aisha, si confías en él, deja que la coja- al final accedí y Callum cogió entre sus manos, soltando así la mía, mi corona.

-¿Qué tengo que hacer, señor?- pregunta Callum.

-Repite conmigo. Yo soy el elegido. Por ello corono a mi reina bajo el rayo más poderoso de la luna, en la cueva de la calavera, junto al sabio Rick

-Yo soy el elegido. Por ello corono a mi reina bajo el rayo más poderoso de la luna, en la cueva de la calavera, junto al sabio Rick- repite Callum.

-Ahora tienes que ponerle la corona lentamente, como si ella estuviera hecha de porcelana. Luego la levantas y, bajo el rayo de luna, la besas. ¿Entendido? Luego se desmayará, segundos después tendrás que llevarla de vuelta a casa y esperar a que despierte, no tardará mucho

-Vale, muchas gracias por esto señor

-No agradezcas nada hijo, le debo muchas deudas a tu padre- responde, Callum suspiró y lentamente, como había dicho el sabio, me puso la corona, mi preciada y hermosa corona, aquella que había llevado años en mi cabeza y que, al haberme acostumbrado a no llevarla, se sentía rara ahí arriba. Aquella que me hacía sentir como cuando te dan una buena noticia, como cuando eres feliz sin preocupaciones.

Callum me cogió delicadamente por los brazos para levantarme y después sentí unos labios contra los míos, segundos después de desmayé como el sabio había dicho.

Cuando volví a abrir los ojos, estaba en mi habitación. Me encontraba genial, me sentía como si fuera nueva. Tenía mi corona en la cabeza, que había sido puesta por Callum, mi herida se había curado del todo y en la casa reinaba un silencio que daba miedo.

Me senté en la cama y ví que tenía el mismo vestido de anoche, pues ya era de día. Me miré al espejo y sonreí al verme, mi madre estaría orgullosa de verme así vestida y con la corona de nuevo, pero no estaría orgullosa de lo que había hecho. Había puesto en peligro a una familia entera, aunque sólo había sido yo la herida.

La puerta de mi habitación se abrió de par en par, dándome un susto ya que no me lo esperaba. Ahí estaba Callum, respirando rápidamente y mirando a todos los lados hasta dar con mis ojos. Los suyos brillaron como nunca, sonrió de oreja a oreja y corrió hacia mí para darme un abrazo y haciéndome caer en la cama con él encima de mí.

-Callum- le llamé, pero no me hizo caso- Callum, me aplastas

-Perdón, es que pensé que nada de lo que habíamos hecho en esa cueva había funcionado. El maldito sabio dijo que despertarías en poco tiempo, maldita sea

-¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?

-Un día, el domingo entero te la pasaste sin abrir los ojos y nos empezabas a preocupar, creíamos que te habías convertido en la bella durmiente, el único que no
perdió la calma fue mi padre- me cuenta haciéndome reír.

Blood MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora