Mi dolor es tu dolor

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-¡He dicho que él va después!- me dio tal tortazo en la cara que casi parezco la niña de la exorcista- Aunque bueno, pensándolo mejor, tráele al lado de su amada para que vea en primera persona lo que va a pasar

Los hombres trajeron a Callum a mi lado.

-Dejarle suelto- pido con un hilo de voz.

-¡Cállate!- me dio otro tortazo y Callum se movió enfadado- Todos tranquilos. Luke, la espada- le dice a un hombre, este le entrega una espada- Mi querida Aisha, te aconsejo que de vez en cuando mires bajo tus pies, que lo hagas más a menudo- dicho eso clavó en mi estómago aquella espada, sentí el dolor muy fuerte, no lo soportaba. Caí al suelo escupiendo sangre y con las manos llenas de sangre, todos gritaban- Y toma tu maldita corona, que sepas que sin ella no eres nadie, y con ella te crees alguien que no eres. ¡Vámonos!

Me tiró la corona a la cara y, mientras se estaban yendo, empecé a ver borroso y a querer cerrar los ojos mientras escupía más sangre. En cuanto desaparecieron, dejando libre a Callum, todos corrieron hacia mí.

-¿Te encuentras bien?- pregunta James asustado, negué con la cabeza.

-No cierres los ojos, ¿me escuchas? Ni se te ocurra cerrar los ojos- por primera vez había visto a Callum con los ojos bañados en lágrimas, y no quería que fuera lo último que viera de él, me cogió en brazos y antes de irnos, con la poca fuerza que me quedaba, grité:

-¡La corona! Cogerla por favor- Aura fue quien la cogió.

-Callum, quítala el vestido y túmbala en la camilla- ordena James mientras colocaba todo lo que necesitaba, al ver que su hijo no hacía nada y se quedaba parado mirándole, dejó lo que estaba haciendo y le miró- Hijo por Dios, es tu novia, tarde o temprano tendrás que ver algo más allá de su ropa

-¡Papá!- reclama él avergonzado, Callum me dejó en el suelo mientras yo gemía por el dolor- Tranquila, no te preocupes, todo va a estar bien- cogió mi cara con sus manos y me dio un corto beso en los labios. No quería, me negaba a que todo aquello fuera lo último que sentiría o vería de Callum. Me puse a llorar, no podía imaginármelo.

-Vamos Callum- le mete prisa su padre, Callum bajó la cremallera de mi vestido y me lo quitó por completo, me cogió de nuevo en sus brazos y me tumbó en la camilla.

-No llores por favor, me parte el corazón verte así- murmura cogiéndome la mano y dándome un beso en ella.

-Lo siento- me disculpo.

-No tienes que disculparte por nada, nada de esto es tu culpa y gracias a ti estoy vivo, así que por favor no digas eso de nuevo. ¿Te duele mucho?- asiento ante su pregunta- Te prometo a partir de ahora, mi dolor es tu dolor

Eso fue lo último que escuché salir de su boca, lo demás fue negro. Al día siguiente me desperté dolorida, miré hacia abajo y tenía puesta una manta. A mi lado incómodamente se encontraba Callum, sentado, sujetando mi mano y mirándome.

-¿Callum?

-Dios mío, pensé que no despertarías. ¿Te sientes bien? ¿Llamo a mi padre? ¿Necesitas algo en especial? ¿Quieres...?

-Callum- le paré- Estoy bien, dolorida pero bien. ¿Qué me ha hecho tu padre?

-Te quedaste inconsciente, mi padre solo curó la herida. Eres un vampiro y la herida iba a cicatrizar sola, todavía la tienes abierta, pero se va cerrando poco a poco

-¿Cuánto llevas a mi lado?

-Desde que llegamos aquí- me quedé asombrada por sus palabras- Mi dolor es tu dolor, ¿recuerdas?- sonreí ante su respuesta.

En esos momentos estaba pensando en que la maldición de mi padre no era tan cierta como me habían contado, se supone que sufriría durante dos días si no había amor verdadero, y solo había sufrido un poco por la herida. Pero claro, ilusa de mí que se lo creyó muy pronto. Nada más caer la tarde, después de conversar un poco con cada miembro de la familia, sin que Callum se separara de mi lado, empecé a sentir mucho frío.

-Espera que te traigo una manta- dice Callum, en un segundo ya la tenía echada por encima. Contra más tiempo pasaba, más frío tenía, y Callum pareció notarlo.

-Tengo mucho frío- digo tiritando, ¿cómo era posible que un vampiro sintiera frío si era frío de naturaleza?

-¡Papá!- grita Callum sin quererse separar de mí.

-Papá está hablando por teléfono con el sabio que estaba buscando para vosotros- a ambos se nos iluminó la cara con las palabras de Grace- ¿Qué ocurre?

-Es Aisha, tiene mucho frío- el ceño de Grace se frunció.

-¡Mamá!- llama Grace a Arial.

-¿Qué pasa?- pregunta ella asomada en la puerta.

-Tenemos que hacer algo, Aisha tiene frío, y es un vampiro- dice Grace sin perder la calma, entrando en el despacho junto a su madre.

-No entiendo sobre enfermedades de humanos y no tengo ni idea de qué hacer- Arial sí perdió la calma, no era tan paciente como su hija. Callum me cogió la mano y enseguida la apartó.

-Estás ardiendo- se asombra Callum.

-Tiene fiebre- dice Aura apareciendo por la puerta- Necesitamos meterla en una bañera con agua helada. Oliver y Nash, correr a la tienda a por dos bolsas de hielo, ir rápido pero no perdáis la calma o la gente os descubrirá. Devon y Dream preparar toallas y ropa limpia para Aisha. Grace y Jason, después de esto se tendrá que alimentar así que conseguir sangre donde sea, ya. Mamá ve y habla con papá. Callum, mientras yo lleno la bañera, quédate aquí con ella- dice Aura.

Callum me intentaba tranquilizar mientras todos volvían de lo que Aura les había ordenado, él me cogió en brazos quitándome todas las mantas (por lo que me había quedado en ropa interior de nuevo) y me llevó hasta el baño.

Me metió lentamente en la bañera después de que los gemelos echaran los hielos, sinceramente no sentía nada. Jason me daba el vaso lleno de sangre y mientras yo bebía débilmente, Arial y James entraron en el baño.

Blood MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora