¿Eʟ Gᴜᴀʀᴅᴀᴇsᴘᴀʟᴅᴀs? || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. ❬✔❭

➵┆Cᴀᴘ. 41┆¿ϙᴜᴇ́ ʜᴀᴄᴇ ᴇ́ʟ ᴀϙᴜɪ́?

➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵

K. Nahyun

     10:30 PM.

     Tomaba el brazo de Jung Kook con firmeza, ya que me guiaba a la gran y lujosa entrada del restaurant. Era uno de los más grandes que había visto, estaba situado en todo el centro de Seúl y había una cantidad de personas elegantes, adineradas y de más con ganas de comer en este restaurante.

     —Buenas noches, dama y caballero, ¿Tienen alguna reservación ésta noche? —Preguntó una chica delgada con rasgos asiáticos, cabello largo oscuro y ojos de color café, con su vestido de color rojo pegado al cuerpo que acompañaba con una sonrisa pícara, en ese estúpido rostro.

     —Sí —Respondió Jung Kook sin pensarlo y respondiendo de la misma forma.

     —¿Cuál es su nombre, señor? —Tomó una tablet que tenía en frente y pude notar que contenía una gran cantidad de nombres de personas que hicieron reservaciones ésta noche.

     —Jeon Jung Kook —La chica abrió exageradamente sus ojos, sentía que se le saldrían en cualquier momento.

     —¿Jeon Jung Kook? —Repitió y él asintió— ¿Por qué uno de los dueños haría una reservación? —Preguntó atónita, pero resulta que la sorprendida ahora era yo.

     —Porque quería hacerlo más especial para una primera cita —Respondió serio y depositando un beso en mi frente.

     Ja! En tu cara, perra.

     —Entiendo —Tomó firmemente la tablet y uno de los porteros abrió la puerta.

     Que elegancia la de Francia.

     —Me alegro que así sea —Había mucha tensión en el ambiente y en cierta forma lo disfrutaba.

     —Síganme —Agregó entrando al gran restaurante delante de nosotros.

     La gente nos miraba más de lo que estaba acostumbrada y de lo que podía soportar, ¿Tenía algo mal? Realmente, no lo sé. Que vergüenza sentía ahora, ¿Y si el vestido se me veía fatal?

     —Llegamos —Anunció.

     Era una mesa muy privada, algo alejada de las personas, era muy íntimo y lindo para ambos. Para nuestra primera cita.

     —Gracias —Respondí con una sonrisa, mientras Jung Kook jalaba mi silla sólo para sentarme ¡Que caballeroso me salió!— ¿Eres uno de los dueños? Cada día me sorprendes más —Se sentó en frente de mí sin decir ni una palabra y en seguida trajeron una botella de vino tinto, el mesero nos sirvió un poco de éste en las finas copas e hizo una reverencia antes de retirarse.

     —Sí, quiero expandirme —Bebí de la copa de vino tinto, era dulce, no tanto como el sabor de los labios de Jung Kook, pero podía volverse adictivo.

     —Has tenido una vida algo difícil, pero al final del túnel siempre encontraste la luz y sobre todo tu paz. —Sonreí. Él sólo asintió— ¿Pasa algo? Estás callado, quizás más de lo normal y no es normal en tí —Tomé nuevamente de la copa.