➵┆Cᴀᴘ. 49┆ᴇʀᴇs ᴜɴ ᴇsᴛᴏʀʙᴏ.

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K. Nahyun

     Quedé plasmada ahí en su habitación.

     ¿Embarazada de Jung Kook? ¿De mi Jung Kook? No lo podía creer ¿Cómo tendrá los ovarios por decírmelo así tan fácil? Como si no me doliera o ella no estuviese lo suficientemente arrepentida de sus malas intenciones, decisiones y acciones.

     —Nahyun. —Me llamó. Sólo miraba un punto fijo. Parecía tonta frente a ella— ¿Estás bien? —Giré mi rostro y la miré con la expresión más fingida de todas, no quería que notara que me tomó por sorpresa.

     —Sí, estoy bien. Sólo no me lo esperaba, Sonreí falsamente— Pero ni creas que dejaré que enganches a mi hombre con ese bebé, ¿Entendiste? —La miré decepcionada y me levanté de la cama— Eres una maldita —Susurré y salí de la habitación.

     Cerré la puerta detrás de mí y sentí una mano en mi cadera, otra justo en la boca con un pañuelo de color blanco y quería gritar, pero no podía, el sujeto tenía demasiada fuerza, sentía que me iba a desvanecer.

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     Abrí lentamente mis ojos tenía la boca sellada con un tirro grueso ni podía ver el color, las manos atadas a una silla y sin ropa,  ¿Y mi ropa? ¿Qué demonios era esto? Era un milagro que no tuviera los ojos tapados.

     Giré mi cabeza un poco intentando visualizar la gran habitación tener una mejor visión de dónde estaba y vaya sorpresa, parecía la habitación de un hotel de lujo como si fuera la suite de la misma, la cama king size era lo que más se visualizaba de cualquier ángulo de la habitación y el rojo, mucho rojo había en la habitación, pétalos de rosas y alguien que estaba dentro del baño, se podía escuchar la regadera.

     Y con un demonio, no podía gritar.

     Desesperada empecé a moverme, pero la suerte no estaba de mi lado; la puerta del baño se abrió de repente dejándome ver a una figura bastante familiar. Lo miré sorprendida, mientras el llevaba el miembro erecto al aire, pero no por el tamaño de su miembro, Jung Kook lo tenía mucho más grande, solo era el hecho de que él estuviese desnudo frente a mi.

     Me enfoqué en sus ojos y me veía con mucha rabia, impotencia, maldad y sobre todo, con rencor.

     —Por fin despiertas —Se acercó lentamente a mí quitando el adhesivo que tenía uniendo mis labios.

     —¿Qué es lo que quieres? —Pregunté tragando saliva, no me asustaba, pero ese hombre era capaz de todo.

     —No fallarle a mi jefe, aunque sería divertido jugar contigo, aunque sea por sólo un rato —Acercó su mano a mi rostro como si fuese una muñeca de cristal, frágil y sin más.

     Lo miré nuevamente a los ojos y reflejaban otra cosa, no quería evitar que me rompiera él quería ser el primero en romperme, lastimarme y poseerme. Lo confirmé cuando mi mejilla comenzaba a arder, me había dado una bofetada bastante fuerte como para girar mi rostro a un Aldo.

     —Jung Kook tuvo tanta suerte, tuvo a la niña de papi debajo de él. —Rió con malicia— O mejor dicho, estuvo bien metido entre el medio de tus piernas, ¿Cómo se sintió? ¿Estás estrecha?

     No respondí.

     El silencio invadió la gran habitación.

     —No respondas, eso lo descubriré ahora mismo —Me tomó por el cuello, dejándome sin aire.

     —Por favor, suéltame —Insistí.

     Sólo podía ver en sus ojos satisfacción, placer; le gustaba lo que veía en mis ojos, desesperación para que me soltara.

     —Tranquila, no te haré daño, sólo me excita ver cómo me suplicas para que te suelte. —Alejó su mano de mi cuello. Dejándome respirar con normalidad, aunque con su presencia era normal que respirara de forma acelerada— Te soltaré para acostarte suavemente en la cama, pero si me retas o pones resistencia, será rudo y nada delicado como estas acostumbrada —Se acercó a las ataduras y aflojó las mismas.

     No sabía que hacer en este caso, ¿Golpearlo e huir? Podría matarme, al igual que a Jung Kook y a toda mi familia.

     Poner resistencia, no era buena idea.

     Me ayudó a levantarme de la silla y me dió la vuelta, atando mis manos después detrás en mi espalda, así se aseguraba de que no lo golpearía. Me tomó fuertemente de mi brazo derecho y me tiró de boca a la cama.

     —Maldito —Intenté gritar, pero era poco audible como para que alguien me escuchara.

     Sentí sus manos en la liga de mis bragas y como las bajaba lentamente, a su gusto. Al deslizarlas por mis piernas me sentía expuesta a él; se aferraba a las mismas con mucha fuerza, las abría lentamente, dejándome totalmente abierta ante él.

     —Si las cierras o me golpeas con ellas, te irá peor, Nahyun. —Escuché como reía y acercaba sus manos al interior de mis muslos, sobando uno de los mismos— Te gustará, preciosa —Rozó mi intimidad con uno de sus dedos.

     Sabía lo que se aproximaba: introduciría ambos dedos en mi intimidad, el del medio y el índice.

     El tono de llamada de un teléfono interrumpió la escena que tenía en mi cabeza. Le daba gracias a Dios internamente. Se alejó de mí en busca del teléfono que sonaba dentro de la habitación.

     —¿Si? —Contestó— No lo sé, lo único que sé es que su hijo está en cuidados intensivos. —Explicó— Sí. Aquí está conmigo, primero me divertiré con ella y luego se la entregaré. —Escuchaba que la otra persona de la otra línea gritaba— ¿Qué la mate? Ese no era el trato señor. La llevaré y usted haga lo que le plazca con ella —Trancó la llamaba y aventó el teléfono por algún lugar de la habitación.

     —¿Por qué haces esto? —Volví a preguntar.

     —Porque eres un estorbo.

     —¿Vas a matarme? —Pregunté.

     —¿Ahora? A besos, pero si me haces molestar, será a golpes. Tu decides.

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¿Teorías?

¿Eʟ Gᴜᴀʀᴅᴀᴇsᴘᴀʟᴅᴀs? || ᴊᴇᴏɴ ᴊᴋ. ❬✔❭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora