Cap 2-Mundo 1

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Narra Maite

Al terminar de ver las memorias, mi piel de gallina se levantó enseguida. No podía creer la exageración de esta historia.

- Qué tengo que hacer? - pregunto por dentro.

[Misiones:

-Prevenir la desaparición de las compañeras.

-Prevenir la muerte de sus padres.

-Salvar a Federico]

-Es demasiado-

[No puedo controlar la cantidad de misiones.]

-Pero no es justo- digo.

[Las reglas son las reglas, cumplis las misiones y sobrevivirás.]

-Me arrepentí, no tengo otra opción?-

[No. La selección de los mundos no está bajo mi control.]

-Chuta...-

[Piénsalo de otra manera, estás salvando vidas. La vida de Federico debería ser de otra manera y tú tienes que guiarlo para lograr la estabilidad.]

-Haré lo que puedo, no te aseguraré nada-

[No hace falta que me asegures, intenta acostumbrarte al cambio]

Siendo sincera todavía no lo confío del todo, nada de lo que está pasando parece verdad, estas cosas supera demasiado al conocimiento humano. Tao, mundos, universos, PES, estabilidad, sistema, etc.

Pero su voz en mi mente y este cuerpo desconocido me dice que es la realidad. Hay tantas preguntas que preguntar, como por ejemplo sobre mi muerte y mi memoria.

Qué me pasó? Quién era? Porqué morí?

Suspiro del cansancio mental y no le doy más atención a esa voz robótica. Me levanto de la cama. Saco el celular y veo la fecha. Estoy justo en la segunda semana libre que me tomé después del encierro en el sótano.

Todavía hay tiempo para salvar a compañeras.

La obsesión de Federico ya debió formarse. Lo primero y principal es no dejar que se dé cuenta sobre el cambio de Maite, osea, tengo que actuar como Maite, la propietaria.

Segundo, según la memoria, alejarse de Fede sólo empeoraría las cosas, tendré que preparar otro plan.

Tercero, la seguridad de los padres de Maite también están en peligro.

Suspiro.

Ordeno bien mis planes e ideas y bajo hacia el living donde están los padres.

-Mi cielo, te sentís mejor? Te voy a preparar el desayuno- mamá se levanta caminando hacia la cocina.

-Estoy mejor- digo un poco nerviosa porque me cuesta actuar normal.

Los padres deben ser los que mejor conocen a la propietaria, qué pensarán si se dan cuenta que el alma de su hija ya no está?

Tal vez es por mi nervios, papá bajó el volumen de la tele.

-No te estreses por el colegio. Sólo descansa hasta que te recuperes- dice papá.

-Lo haré. Y estuve pensando ayer, siento que estoy mejor, quisiera volver mañana al colegio- me siento en el comedor.

No es porque quiero ir de verdad al colegio, sino porque Fede es una bomba que puede explotar en cualquier momento. Necesito asegurar de su situación mental y de ahí, tomar el próximo paso.

Mamá me mira sonriendo.

-No te presiones Mai- dice.

-De verdad estoy mejor, puede volver-

-Ella decide, me parece que ya es momento- dice papá apagando la tele.

Desayunamos los tres en el comedor como una familia. Afortunadamente no me sospecharon.

Al día siguiente, entro al colegio media hora antes del timbre. Busco el asiento que siempre se sienta Maite.

A medidas que los minutos vuelan, el aula se llena se gente de a poco. Respiro hondo para calmarme.

Miro por la ventana tratando de desviar mi atención y los nervios.

De repente, desaparece el ruido del aula, volteo a ver el pizarrón. La compañera que se sienta adelante agitó la mano para saludarme, le devolví el saludo pero ella enseguida se da la vuelta, ni siquiera vió mi saludo.

Tengo algo en la cara?? (⊙㉨⊙)

La silla a mi lado se mueve. Una mirada intensa viene hacia mí, lo puedo sentir.

Giro el cuello.

Es Federico.

Es un chico alto, ojos oscuros, pelo castaño.

- Estas mejor Mai? - Federico.

- Si... Si estoy bien- mi pulso se desordena por el miedo.

Él es la persona que tengo que salvar.

El objetivo.

-Me alegro- sonríe. Deja su bolso al lado de la silla y se sienta.

Miré de nuevo hacia la ventana en busca de tranquilidad.

-Mai?- escucho Fede llamarme.

-Qué?- volteo a verlo.

El sol de afuera refleja justo en la cara de Fede, él sostiene la cabeza con una mano en el cachete izquierdo, con una leve sonrisa que apenas se nota. Justo, un mechón de su cabello cae hacia la frente.

-Te extrañé- expresa.

A la mierda, es hermoso.

(ʘ̆㉨ʘ̆)



Yo, tú y la cebollaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora